Eduardo Rosales, Venta de novillos, 1872, detalle

¿Dos óleos de Eduardo Rosales para el Estado en Segre?

Pintados en su retiro murciano, probablemente sean lo más destacado de la cita del 25 de marzo junto al lienzo de Fernando Zóbel


Me temo que para el gran público, Eduardo Rosales (1836-1873) sigue siendo un gran desconocido a día de hoy, una de esas figuras de las que hablan a veces los especialistas pero que, en realidad, no termina de entenderse exactamente por qué. Algo de eso le sucedió en vida al propio pintor, sobre todo con sus últimas obras cuya técnica fue absolutamente incomprendida. Pero el hecho de que el Museo del Prado le dedique prácticamente toda una sala (ver, ver y ver) debería hacer abandonar su sospecha a más de uno. Porque el paso del tiempo lo único que hizo fue darle la razón.

Pues bien, la sala del Viso, Segre, ofrece dos óleos de su mano. El primero, un interesante Estudio de cabeza de ¿san Juan Evangelista? (O/L, 35 x 28 cm; lote 34), pintado como estudio para su último encargo, la decoración de las pechinas de la iglesia de Santo Tomás en Madrid, en la calle Atocha, para las que terminó dos evangelistas, san Juan y san Mateo, actualmente en la madrileña iglesia de los Jerónimos (ver y ver) y un Estudio de san Mateo en el Museo del Prado (ver). Con etiqueta de la Junta de Incautación y Protección del Patrimonio Artístico (colección Villalobos) y procedente de la testamentaría (rúbricas de Vicente Palmaroli y Gabriel Maureta en la etiqueta al dorso), estuvo presente en la Exposición 1er Centenario de la muerte de Eduardo Rosales, en 1973 (Museo del Prado, nº 52) y sale a pujas por apenas 6.000 euros.

La segunda, ligeramente anterior, está fechada en 1872. Ese año, Rosales se trasladó a Murcia buscando un clima más benigno y para alejarse del ambiente de los últimos meses, vinculado aún al fallecimiento de su hija Eloísa y a las malas críticas recibidas por su incomprendida Muerte de Lucrecia en la Nacional. En sus excursiones por la pedanía de Algezares, en la cordillera sur, debió entusiasmarse con los coloridos trajes de los campesinos de la huerta. Y así pintó Venta de novillos, 1872 (O/L, 38,3 x 69,2 cm; lote 35) considerada su obra más significativa en Murcia junto al Naranjero de Algezares (óleo sobre lienzo, 37,5 x 46,5 cm, de la Fundación María Cristina Masaveu Peterson (ver), adjudicada en Alcalá en junio de 2021 por 70.000 euros, ver). De la composición se conserva, por cierto, una antigua fotografía que forma parte de un álbum con 27 fotografías editado por Jean Laurent a la muerte de Eduardo Rosales. Expuesta también en la muestra del 1er centenario de su muerte (Museo del Prado, nº 42, etiqueta al dorso), se ofrece por 50.000 euros.

Mencionemos además que sus siguientes mejores ventas fueron por cinco millones y medio de pesetas (33.000 euros) en marzo de 2000 en Ansorena por La enferma, 1864 (O/L, 97 x 121 cm), y 24.000 euros en la misma sala pero en noviembre de 2021 por Mujer con mandolina (O/L, 55,2 x 34 cm; ver y ver).

Ligerísimamente más tarde, Federico de Madrazo, con su habitual habilidad de pincelada suelta, de gran calidad, pintó a su hijastra y a su marido: doña Manuela Garcés de Marcilla, 1877 (O/L, 55,5 x 46,5 cm c/u; 47) y Francisco Santa Cruz, 1875 (48). Ofrecidos por 7.000 euros el del Francisco y por 12.000 el de Manuela, me parece especialmente interesante el contraste en apenas unos años entre estos retratos, tan alineados con la moda, y los lienzos antes mencionados de Rosales, adelantados a su época.

Si retrocedemos al siglo XVIII, de Miguel Jacinto Meléndez se ofrece una Pareja de retratos regios de Isabel de Farnesio y Felipe V con armadura  (O/L, 80 x 62,9 cm c/u; 83), pintados entre 1723 y 1727. Felipe V aparece revesti­do con una armadura completa al estilo francés, algo poco habitual, mientras Isabel de Farnesio sigue la efigie que Jean Ranc pintó para La familia de Felipe V. Presente en la muestra de Domenico Scarlatti en España. Salón y Corte, una nueva sensibilidad, en el Palacio de Velázquez (Madrid, 1985), salen a pujas por 60.000 euros.

Del siglo XVII y XVI, tres piezas interesantes. La primera, de Matthias Stom, un San Andrés (O/L, 75 x 62 cm; 67) inédito, gozosa incorporación -tras el estudio del especialista Tommaso Borgogelli- al corpus pic­tórico del enigmático pintor caravaggista. De su periodo de madurez, a caballo entre su estancia en Nápoles y su traslado a Sicilia, se piden 7.000 euros, una cifra atractiva.

La segunda, un Retrato de Felipe IV con toisón de oro, c. 1656 (O/L, 77 x 63 cm; 84), con bastante calidad, del taller de Velázquez. Procedente de la colección Max Bine, París, 1955 (según el certificado de Georges Terrisse), para el estudioso Javier Portús seguiría el modelo del Felipe IV de la National Gallery de Londres (ver y ver), creado a partir del del Prado, pero que pronto pasó a convertirse en su imagen oficial. Su salida, 15.000 euros, gustará a más de un coleccionista.

Algo similar puede suceder con la María Magdalena (O/L, 61 x 44 cm; 85), obra también de taller, en este caso del Greco. Seguiría la versión autógrafa del Nelson-Atkins Museum of Art de Kansas City (O/L, 101,6 x 81,92 cm; ver), datable hacia 1585, modelo segundo de las cinco composiciones de Magdalenas del Greco, según el estudioso Wethey. Su salida, 25.000 euros.

Si avanzamos al final del siglo XIX, y ya más brevemente, nos encontramos con un buen y atractivo Retrato de niño, c. 1889 (O/L, 82 x 63,5 cm; 111), de Joaquín Sorolla. Firmado y dedicado “Al amigo Saint-Aubin”, procedente colección Valls-Taberner, Barcelona, h. 1970, y con el certificado de Blanca Pons-Sorolla (nº BPS 3924), el lienzo respira ligereza y buen hacer, a base de pinceladas libres, muy sueltas. No es extraño, por tanto, que se pidan 70.000 euros.

En la segunda mitad del siglo, por orden cronológico, no se pierdan el papel de Esteban Vicente, Sin título, 1964 (tinta y carboncillo sobre papel, 37 x 47,5 cm; 388), procedente de las galerías Elvira González y Guillermo de Osma, de Madrid, y entre medias de Alejandro Sales, de Barcelona. Expuesta en esas salas y en la de Marc Doménech en 2017, se piden 7.000 euros, dada su relación con su aventura americana. De 1972 y de la mano de Lucio Muñoz, Tum X, 1972 (óleo sobre madera, 81 x 100 cm; 393), procedente de Juana Mordó, por 11.000 euros (un precio magnífico si lo comparamos con el la galería Maisterra en Arco, la pasada semana, aunque sea mercado primario).

Me parece especialmente atractivo el lienzo de Luis Gordillo, de 1973, aún en época de plenitud, pleno de color y de fuerza, con menos de 40 años: Demoiselle (A/L, en marco de artista, 140 x 74 cm; 407). Con certificado del artista y procedente de las galerías Edurne y Vandrés, de Madrid, iniciará las pujas en 18.000 euros. Y del rey Midas, Fernando Zóbel, un luminoso y vaporoso Fragmento III. La playa (74-1), 1974 (O/L, 80 x 80 cm; 390), con su habitual punto de abstracción donde todo sucede. Fechado en Cuenca el 1 de enero de 1974, aparece en el razonado de de la Torre y Pérez Madero, con el nº 74-1 (pág. 495). Su salida, 75.000 euros, atraerá a varios coleccionistas extranjeros que, sin duda, subirán la cifra final.

Apenas tres años después, en esa línea abstracta pero con campos de color más contundentes, se ofrece un gouache sobre papel de José Guerrero: Sin título, 1977 (63 x 48 cm; 389). Publicado en el razonado de Baena, Vallejo y Romero (Granada, 2007, nº 843, pág. 868), donde aparece fechado hacia 1967, comenzará por 19.000 euros. Mucho más compleja y por 31.000 euros, sale a pujas una lírica tela metálica del granadino Manuel Rivera: Alberca poniéndose de pie, 1985 (Tm/T, 144 x 110 cm; 396), con sus típicos azules metálicos, sobrios, elegantes e inquietantes. Recogido también en su razonado, de de la Torre (Madrid, 2009, nº 756, pág. 437), y procedente de la galería Theo, donde se expuso por vez primera, no es extraño que estuviera además en las muestras del Bilbao Bizkaia Kutxa, Pedro Barrié de la Maza y Museo Gustavo de Maeztu. Por último, en grabado, veremos dónde termina la locura por el aguafuerte con collage de Manolo Valdés: Reina Mariana I, 2000 (H.C. 4/10, 170 x 97 cm; 611), estampado en el Taller Mayor, de Madrid, y editado por Art of this Century, de Nueva York, que comienza en 12.000 euros. Daniel Díaz @Invertirenarte

Eduardo Rosales, Estudio de cabeza de ¿San Juan Evangelista? Segre. Salida: 6.000 euros
Eduardo Rosales, Estudio de cabeza de ¿San Juan Evangelista? Segre. Salida: 6.000 euros
Taller del Greco, María Magdalena. Segre. Salida: 25.000 euros
Taller del Greco, María Magdalena. Segre. Salida: 25.000 euros
Eduardo Rosales, Venta de novillos, 1872. Segre. Salida: 50.000 euros
Eduardo Rosales, Venta de novillos, 1872. Segre. Salida: 50.000 euros
Joaquín Sorolla, Retrato de niño, c. 1889. Segre. Salida: 70.000 euros
Joaquín Sorolla, Retrato de niño, c. 1889. Segre. Salida: 70.000 euros
Federico de Madrazo, Retrato de doña Manuela Garcés de Marcilla, 1877 y de Francisco de Santa Cruz, 1815. Segre. Salida: 12.000 y 7.000 euros, respectivamente
Federico de Madrazo, Retrato de doña Manuela Garcés de Marcilla, 1877 y de Francisco de Santa Cruz, 1815. Segre. Salida: 12.000 y 7.000 euros, respectivamente
Fernando Zóbel, Fragmento III. La playa, 1974. Segre. Salida: 75.000 euros
Fernando Zóbel, Fragmento III. La playa, 1974. Segre. Salida: 75.000 euros
Taller de Diego de Velázquez, Retrato de Felipe IV con toisón de oro, c. 1656. Segre. Salida: 15.000 euros
Taller de Diego de Velázquez, Retrato de Felipe IV con toisón de oro, c. 1656. Segre. Salida: 15.000 euros
Manuel Rivera, Alberca poniéndose de pie, 1985. Segre. Salida: 31.000 euros
Manuel Rivera, Alberca poniéndose de pie, 1985. Segre. Salida: 31.000 euros