Chus Burés: orfebre, artista y maestro
El diseñador de joyas presenta en la Academia de San Fernando una exposición que repasa lo mejor de sus tres décadas de trabajo; desde su aprendizaje en talleres de orfebrería de todo el mundo, hasta sus colaboraciones con artistas como Barceló, Soto o Bourgeois, y sus series más célebres (por ejemplo ‘Infinity Lines’, especialmente admirada por Zaha Hadid). La muestra, que se completa con varias fotografías de Alberto García Alix sobre sus piezas, se integra dentro de la IV Muestra de Orfebrería Contemporánea, que ha querido reconocer así la trayectoria de este maestro del oro y las piedras preciosas.
Cuenta Chus Burés que la primera vez que quiso exponer sus piezas en Juana de Aizpuru –en 1985–, la galerista mostró sus reticencias por las imágenes que había hecho Alberto García Alix de sus diseños. Quizá porque los modelos posaban con las joyas de forma un poco atrevida para la época.
Hoy, algunas de esas fotografías únicas y reveladas a mano se muestran en la Academia de Bellas Artes de San Fernando como complemento a las joyas del diseñador catalán, tal y como ocurría hacía 30 años. Los tiempos han cambiado, pero la esencia prístina y transgresora de estas piezas de oro, diamantes y rubíes se mantiene intacta.
«Alberto ha sabido retratar muy bien el espíritu de mi trabajo», confiesa Burés durante una visita guiada a su exposición Chus Burés, maestro orfebre en la tercera planta de la Academia. Ese gusto por el lenguaje corporal –lugar donde mejor luce una joya– y la sensualidad un tanto seductora que se aprecia en las fotografías de García Alix es la misma que puede verse en cada una de las alhajas expuestas en las vitrinas.
Materia, forma, artesanía y experimentación se alían para conseguir, en las manos del diseñador, colgantes y pendientes de carácter único. Son piezas en las que se aprecia la técnica de un maestro de la orfebrería –aprendida durante sus viajes por medio mundo para conocer los secretos artesanales de culturas milenarias como la del antiguo Reino de Siam– pero también la mente de un artista con inquietud y curiosidad por evolucionar.
La muestra, comisariada por Lorena Martínez del Corral, ahonda precisamente en esos límites difusos que a menudo queremos ver entre la artesanía y el arte, como si ambas no perteneciesen a la misma esfera de la creación. En el caso de Burés, resulta evidente su capacidad para reinventarse en cada una de sus piezas, a menudo seriadas. «Ensambla y construye de forma diferente cada vez», señalaba en una ocasión Frèderic Bodet, co-comisario de La conciencia de la materia, última exposición que pudo verse en Madrid sobre el diseñador.
Para esta ocasión, Martínez del Corral ha seleccionado aquellas joyas que mejor ilustran la metodología y creación del autor a lo largo de sus 35 años de trayectoria, así como sus puntos de referencia, sus experiencias y sus intereses. El recorrido sigue un orden cronológico y comienza con una pulsera africana de los años 80 que ilustra sus inicios, cuando el objeto encontrado definía prácticamente el desarrollo de todo lo demás.
Con el cambio de década, cambió también de materiales. Además, empezó a colaborar con artistas para hacer ediciones limitadas. Las líneas geométricas de Carmen Herrera o las formas orgánicas marinas de Miguel Barceló cobraron así un nuevo sentido fuera del lienzo, gracias a los objetos de oro y plata de Chus.
Entre las piezas que ahora se pueden ver en la exposición, destaca un colgante concebido junto a Santiago Sierra para denunciar la obtención de ciertos diamantes en Angola –»no todos los diamantes son de sangre», remarca Burés– y una araña hecha en colaboración con Louise Bourgeois (quizá su serie de artista más exitosa). «Hace tiempo que está agotada. Estos broches se vendieron muy bien. Alguien llegó a pagar hasta 250.000 libras».
En una vitrina contigua, una collar perteneciente a Subverted Jewelry trata de perturbar la idea que tenemos de joya como elemento caro o lujoso. Y, si Richard Burton regaló un espectacular diamante a su entonces pareja Liv Taylor, Burés concibe una pieza igualmente exclusiva donde la piedra preciosa convive con el canto rodado.
Pero no todo es producción seriada, también hay alguna creación única. Es el caso de A rose for Rosina, un broche creado expresamente para Rosina Gómez Baeza; encargo recibido en 2005 por un grupo de galeristas que quiso tener este detalle con la directora ARCO cuando se despidió, tras 15 años al frente de la feria.
Chus Burés, maestro orfebre puede verse hasta el 29 de marzo de la Academia de Bellas Artes de San Fernando. Sol G. Moreno