Casi 170.000 euros por el cuadro de Lavinia Fontana en Segre

Casi 170.000 euros por el cuadro de Lavinia Fontana en Segre

Casi 170.000 euros por el cuadro de Lavinia Fontana en Segre

Grandes resultados en una cita que cumple las expectativas, que suma casi 450.000 euros sólo con las ventas de Zóbel, Sorolla y Guerrero, y donde el Estado compra para la Residencia de Estudiantes ocho obras


 

Se había creado una gran expectativa, como parecía lógico, con el redescubierto cuadro de la boloñesa Lavinia Fontana (1552–1614), que ofrecía Segre.

Por muchos motivos. Fundamentalmente, porque era una obra de una pintora, lo cual ya es bastante atípico, y a la que el Museo del Prado había dedicado una exposición en su año del bicentenario. Pero también porque la retratada, la consorte de Marcello di Fabrizio Garzoni, Lucia Annibale Bonasoni Garzoni (O/L, 113,5 x 87,5 cm) -cuyo nombre escribió expresamente la pintora en su retrato, LUCIA BONAS:A D, GARZO[N] / ANNO ÆTATS SUE / XXVIII[I]-, era una figura conocida en la época, de la que se hablaba en las crónicas y aparece citada en varios libros del momento; porque era un cuadro cuya pista se había perdido y, gracias a la paciencia del vendedor y a los especialistas, se había podido encontrar una parte importante de documentación; porque la obra, a pesar del tiempo transcurrido, estaba en buenas condiciones. Y un largo etcétera de razones, como comentamos en nuestro artículo dedicado en exclusiva a la obra (ver).

A esa razón, debemos unir una última: el atractivo precio de 50.000 euros. Y así, como comentamos ayer mismo al dar la noticia de su venta (ver), lo que se veía venir y se esperaba, sucedió: que pasó en poco tiempo de esa cifra a los 140.000 euros finales, ofrecidos por uno de los coleccionistas que pujaba al teléfono. Alguno preguntó por el Estado, dada esa especie de fervor en las redes sociales; pero lo cierto es que ni se le esperaba ni apareció. Y, para cerrar la información, tampoco había sido declarado inexportable por lo que el lienzo podría abandonar el país en los próximos días si el comprador hubiese sido un extranjero.

Antes de avanzar, mencionemos al menos la venta de la tablita atribuida a la sevillana Josefa de Óbidos, Bodegón con plato azul y blanco, frambuesas, manzanas, avellanas, pájaro y sortija (24,3 x 36 cm; 63), que subió de 12.000 a 13.000 euros, la del San Francisco recibiendo los estigmas (O/L, 101 x 82 cm; 61), de Francisco Herrera, el viejo, que pasó de 3.500 a 6.5000 euros, y la sorpresa con un dibujo de Escuela española de principios del siglo XVIII, El milagro de santo Domingo en Soriano (tinta y aguada, 35,5 x 26 cm; 26), que probablemente tenga más que ver con algún reconocido pintor, pues se disparó de los 1.200 euros a unos mucho más serios ya 4.600 euros. Y los 10.000 euros ofrecidos, los pedidos, por la tabla con pan de oro de San Francisco recibiendo los estigmas (121 x 53 cm; 57), de un seguidor de Alvise / Luigi Vivarini, del siglo XV.

Tras los siglos XVIII y XIX, con escaso interés para los coleccionistas, llegó Joaquín Sorolla para poner su nota de calidad. Su atípico Boceto para cartel. Niños jugando en una barca, c. 1906 (O/cartón, 61,5 x 60 cm; 160), que perteneció a su hija Blanca, que fue publicado por Pantorba y que contaba con el visto bueno de Blanca, se adjudicó a una oferta previa por escrito que aportaba los 65.000 euros que se pedían por él.

El siglo XX comenzaba bien y prometía éxitos. La colección de obras sobre papel de Benjamín Palencia, de Ruiz Nicoli, del lote 236 al 254, tuvo un éxito tremendo, con importantes subidas y apenas tres de ellos no vendidos; como era de esperar, todo sea dicho. El destacado, la acuarela con tinta de Figura surrealista 12 (Mujer en un jardín), 1933 (43 x 28 cm; 251), que subió de 2.500 a 6.000 euros. El Estado compró cinco de ellos, casi los más surrealistas, para la Residencia de Estudiantes del CSIC, junto a un Bodegón de Alberto, que firmaba ya en Moscú, una acuarela de Rafael Barradas y un sencillo dibujo a tinta de Ismael González de la Serna, por un total de 24.656 euros, comisiones ya incluidas (ver).

Y llegamos a la segunda mitad del siglo XX, el plato fuerte de la cita, los quilates de los que habíamos hablado en nuestro artículo de previos (ver). La gran venta fue la del lienzo de Fernando Zóbel. Insistir en la importancia del mercado asiático en general y filipino en particular es ya una nota conocida, pero es la explicativa de esa subida a los cielos del artista. Su Guadalquivir por la Cartuja, 1973 (O/L, 80 x 80 cm; 290), despertó el interés de varios coleccionistas, que subieron la cifra de los 80.000 euros de inicio a los 100.000 finales. Ligeramente posterior, Frigiliana azul, 1985 (O/L, 94 x 64 cm; 293), de José Guerrero, superó los 60.000 y se adjudicó por 65.000 euros, mostrando una vez más la fuerza del granadino en el color y en el mercado. El año anterior, 1984, Manuel Hernández Mompó había firmado un atractivo Paisaje en fiestas (O/L, 160 x 188 cm; 295), que también subió ligeramente, de 30.000 a 32.000 euros.

De los años 70, 1973 para ser exactos, y con esa sobriedad y pesadumbre características, Juan Genovés firmaba El sospechoso (O/L, 115 x 125 cm; 287), que serviría de modelo para el cartel de la galería Marlborough de Nueva York; de 27.000 a 29.000 euros. Y de 1971, Troca y la penumbra (Tm/madera, 89 x 116 cm; 294), de Lucio Muñoz, también subió, de 25.000 a 27.000 euros, mostrando la capacidad de la sala para vender este tipo de obras.

En un mundo paralelo a ese desarrollo, el de la belleza anclada en el clasicismo, mencionemos los 13.000 euros ofrecidos por un tardío lienzo de Pere Pruna, Mujer con vestido verde, 1963 (O/L, 81 x 62 cm; 226), y el paisaje de la vasca Menchu Gal, Costa vasca (O/L, 54 x 65 cm; 217), adjudicado por los 22.000 euros pedidos.

Por último, los extranjeros entre los que destacaron estos tres. De la cubana Loló Soldevilla, Sin título, 1955 (pintura sobre madera, 51 x 63 cm; 264), subió de 7.000 a 17.000 euros; del alemán Peter Zimmermann, BL/BA, 2003 (resina epoxi/L, 270 x 170 cm; 343), de 11.000 a 16.000 euros; y del mexicano Bosco Sodi, Sin título, 2003 (Tm/L, 140 x 137,5 cm; 345), de 11.000 a 14.000 euros.

Terminamos con tres papeles, que deben ser incluidos entre las buenas ventas de ayer. El primero, los 12.000 euros en que se remató 1955-1999, 1999 (tinta sobre papel encerado, 105 x 95 cm; 344), de Jaume Plensa; los 9.000 euros de El instante, 2012 (pigmentos sobre papel japonés, 100 x 100 cm; 346), de José María Sicilia; y la subida más que esperada desde 1.200 a los 7.000 euros definitivos del Boceto del cuarto dorado de la Alhambra, c. 1987 (A/papel/T, 111 x 81 cm; 337), de la gran Soledad Sevilla. Cualquier que haya llegado hasta aquí supone que apenas hemos citado remates por debajo de los 10.000 euros, pero había muchos, muchos. Sólo queda dar la enhorabuena a la sala por su atractiva oferta y por sus buenas ventas. Daniel Díaz @Invertirenarte

Lavinia Fontana. Retrato de Lucia Bonasoni Garzoni. Salida: 50.000 euros. Remate: 140.000 euros
José Guerrero. Frigiliana azul, 1985. Salida: 60.000 euros. Remate: 65.000 euros
Peter Zimmermann. BL/BA, 2003. Salida: 11.000 euros. Remate: 16.000 euros
Joaquín Sorolla. Niños jugando en una barca. Boceto para cartel, c. 1906. Salida y remate: 65.000 euros
Manuel Hernández Mompó. Paisaje en fiestas, 1984. Salida: 30.000 euros. Remate: 32.000 euros
Bosco Sodi. Sin título, 2003. Salida: 11.000 euros. Remate: 14.000 euros
Fernando Zóbel. Guadalquivir por la Cartuja, 1973. Salida: 80.000 euros. Remate: 100.000 euros
Juan Genovés. El sospechoso, 1973. Salida: 27.000 euros. Remates: 29.000 euros
Soledad Sevilla. Boceto del cuarto dorado de la Alhambra, c. 1987. Salida: 1.200 euros. Remate: 7.000 euros