Casi 100.000 euros por el Saura surrealista en Ansorena
Pintado en 1952, se ofreció por apenas 18.000 euros, en una cita donde sobresalió también la venta de Federico de Madrazo y una compra del Estado
Se notan ya los calores del verano y las vacaciones de muchos coleccionistas. Decíamos en nuestro artículo de previos (ver), que la época surrealista de Antonio Saura, transición hacia su más conocida visión expresionista y dolorosa de la vida, tendría su atractivo, aunque sólo fuera por la escasa frecuencia con que aparecen en el mercado piezas de este tipo.
De su mano Ansorena ofrecía por apenas 18.000 euros un óleo titulado El canto del ruiseñor y el corazón del agua (O/L, 60,5 x 73 cm; lote 633), pintado en 1952 y firmado y fechado en el reverso. Procedente de la colección Odón Alonso Ordás, de Madrid, se trataba, decíamos, de una obra de juventud, como buscando aún su propia voz, aunque los ecos surrealistas de Tanguy fueran aún bastante evidentes.
Y ese sucederse de distintos elementos, lentamente, como algo sutilmente interconectado, despertó el interés de varios coleccionistas que pujaron repetidamente en la sala, por teléfono y por los medios electrónicos habituales, más allá incluso de otros remates pasados que también citamos en el artículo. Y no fue extraño, por tanto, que terminase adjudicándose por 80.000 euros, que sumado el premium de la sala, el 23%, alcanza la cifra final de 98.400 euros.
Por otra parte, se esperaba también un buena venta del Perfil I, 2006 (aguatinta con collage de de Kooning, 35/50, 168 x 130 cm; 634), de Manolo Valdés, que se ofrecía por apenas 10.000 euros. La oportunidad la intentaron aprovechar los coleccionistas pujando por él, pero el resultado final de su remate, 16.000 euros, habla del interés del gran público por hacerse con una pieza de su mano, y eso que son grabados con las mismas planchas, variando colores y collages. Pero, claro, es Manolo Valdés, uno de los reyes de las ventas.
Por el contrario, la técnica mixta sobre papel de Rafael Canogar: Sin título, 1976 (78,5 x 105,5 cm; 631), se adjudicó por los 6.500 euros que se pedían. Más interés hubo, claramente, por el atractivo collage de papeles de Gustavo Torner, Sin título, 1978 (48 x 38 cm; 627), que subió de 1.400 a 2.600 euros.
En la pintura de cambio de siglo, me cuesta que no hubiera interesados en el luminoso lienzo de Eliseo Meifrén, Vista de la bahía de Palma de Mallorca (O/L, 80 x 100 cm; 239), con la catedral al fondo, que se ofrecía por 19.000 euros. Pero lo mismo sucedió con los óleos de Anglada Camarasa (567) y de Joaquín Sorolla (238). Quizá haya que achacarlo, como decíamos al inicio, al período estival en el que ya están muchos coleccionistas.
La otra gran venta de la cita fue la del lienzo de Federico de Madrazo. Aunque en el catálogo apareció por error la cifra de 3.000 euros, la realidad era que se pedían 15.000 euros por su atractivo Retrato de caballero con uniforme militar, 1853 (O/L, 65 x 53 cm; 233). Y esa cantidad seguía siendo atractiva, como manifestaron los distintos coleccionistas que pujaron por él hasta adjudicarse en unos más interesantes 22.000 euros de martillo, que reflejan mejor la evidente calidad del pintor pero también su reducido número de coleccionistas hoy día.
Si retrocedemos a los maestros antiguos debemos mencionar, en primer lugar, la inesperada subida de 4.000 a 18.000 euros del lienzo de un seguidor de Pietro da Cortona. Se trata de una buena tabla con la Aparición de la Virgen con el Niño a santa Martina (O/T, 51,5 x 56,5 cm; 103), que respiraba calidad, además de antiguas etiquetas y numeración de colección en el reverso… Veremos si aparece de nuevo con una catalogación más ajustada.
En segundo lugar, dos buenos lienzos del holandés Hermanus Koekkoek con paisajes fluviales, que se ofrecían por 10.000 euros cada uno. El primero, de 1852, Paisaje fluvial holandés (O/L, 40 x 56,5 cm; 114), subió de 10.000 a 15.000 euros, con un coleccionista al teléfono que no terminó superando la oferta previa que defendía la mesa. Mientras el segundo, Paisaje holandés con río, barcas y personajes (O/L, 39 x 55 cm; 115), con etiqueta de la galería Richard Green de Londres, donde fue adquirido, se remató en su salida, 10.000 euros, esta vez sí, al coleccionista al teléfono.
Del finales del siglo XVI, y de Escuela holandesa, se adjudicó por los 11.000 euros pedidos un interesante Retrato de caballero (O/T, 49 x 41 cm; 111), procedente de la colección del infante Sebastián Gabriel, dada la SG coronada que aparece en el reverso; quizá haya sido un coleccionista que busca algo más tras una limpieza…
En lo hispano, otro coleccionista al teléfono ofreció los 8.000 euros pedidos por un San Francisco de Borja (O/L, 82 x 59 cm; 89), del sevillano Bernardo Lorente Germán, publicado ya en la monografía de Quiles y Cano (Madrid, 2006, págs. 206 y 207, donde aparece reproducido). Y, por último, la compra del Estado: una Batalla naval (O/L, 155 x 223 cm; 101), que se ofrecía como Anónimo del siglo XVIII-XIX, sin más datos, pasó de 2.800 a 3.200 euros, momento en el que el Estado ejerció su derecho de tanteo y se hizo con él. Feliz verano. Daniel Díaz @Invertirenarte