Carlos Cruz Díez reinará de nuevo en Fernando Durán
En su cita de los días 26 y 27 ofrece una Physichromie de 2013 por 230.000 euros y un interesante conjunto de obras de artistas internacionales
(Si quiere ver el resultado de la subasta, pulse aquí)
Cualquier aficionado al arte del siglo XX habrá disfrutado muy probablemente con los matizados y sugerentes cambios en la percepción de las obras del valorado venezolano Carlos Cruz Díez (1923-2019). Basta un sencillo movimiento, lento, de basculación, entre un punto de vista y el siguiente, y el objeto contemplado parece otro; las varillas verticales en acero, dispuestas a lo largo de toda la obra, son pintadas según tramos, con diferente color cada una, aportando un ligero matiz entre ellas, sabiendo que hay dos superficies, la izquierda y la derecha, que suelen ser pintadas con colores diferentes para producir esa sensación.
Lo del op-art no es algo nuevo, lo sabemos, pero Carlos Cruz Díaz y Jesús Rafael Soto llevaron esa técnica y esa calidad hasta extremos más que notables, y por eso ahora, en los últimos años, sus piezas son especialmente buscadas y valoradas.
Fernando Durán ofrece Physichromie 1825, 2013 (pintura y láminas verticales de plástico sobre estructura de aluminio, 80,5 x 160,5 x 4 cm; lote 91), con su típico formato apaisado que facilita y potencia la transición. Realizada en París, se piden 230.000 euros.
En este sentido, debemos recordar las dos ventas importantes de obra de su mano que tuvieron lugar en esta misma sala. La primera, en junio de 2015, cuando por su Physichromie nº 975, 1978 (101 x 101 x 4 cm; ver), un teléfono ofreció los 130.000 euros. Poco más tarde, en julio de 2017 ya, su Physichromie nº 694, 1973 (70,5 x 141 x 5 cm; ver), expuesta en la galería Denise René de París en 1973 y en Aele de Madrid en 1975, subió de 120.000 euros a los 170.000 euros finales. Veremos en qué queda, sabiendo que la adjudicación por los 230.000 euros pedidos conlleva unos gastos del 22% de comisión de la sala, IVA ya incluido, 50.600 euros, que hacen un total de 280.600 euros.
Además de esta pieza, la licitación se distingue por su apuesta por lo internacional, con piezas de menor cuantía pero con interés. Destacaría, en ese sentido, la apuesta por Jake y Dinos Chapman, con su Doggy, 1997 (fibra de vidrio, resina pintada, pelucas y zapatillas, 80 x 65 x 58 cm; 59), procedente de la galería Victoria Miro, de Londres: comprada en julio pasado en Christie’s Londres (ver) y expuesta en el Contemporary Art Centre, P.S.1 Reopening (New York 1997-1998) y en The Flag Art Foundation, Jake and Dynos Chapman. Disturbing Innocence (New York 2014-2015), se ofrece por unos no especialmente baratos, si tenemos en cuenta su reciente venta, 27.000 euros. Sobre papel, de Sonia Delunay, Projet de carte de vœux pour Madame Georges Pompidou, c. 1978 (gouache y rotulador sobre papel, 14,8 x 23 cm; 49), por 18.000 euros, y un collage de recortes de cartulinas de colores sobre papel, Sonora 4, c. 1976 (21 x 15 cm; 90A) de Victor Vasarely, por 8.000 euros. Y en fotografía, un magnífico Eli (Serie Utópicos), 2005 (3/5, 148 x 125 cm; 75), de Pierre Gonnord por 10.000 euros, y Fântome Créole Series (Cinema, Cinema), 2005 (díptico, 3/6, 119,5 x 119,5 cm cada una; total 119,5 x 239 cm; 73), de Isaac Julien, por 10.000 euros.
En nuestro siglo XX, no se pierdan uno de esos reconocidos lienzos de Eduardo Naranjo, Los tiempos fundidos de Isadora, 1977 (O/L, 87,5 x 70 cm; 28), expuesta en la galería Biosca de Madrid en abril de 1979; buen ejemplo del hiperrealismo del extremeño con su particular visión entre surrealista y mágica, se ofrece por 50.000 euros. Será, sin duda, todo un test para valorar cómo está su interés en el mercado… De Juan Genovés, mucho más buscado hoy día por los coleccionistas, se ofrece un papel de su mano por 24.000 euros, en la línea de los remates de los últimos años: Secuencias 7, 1996 (A y pigmento/papel, 57 x 76,5 cm; 45), procedente de la Marlborough de Nueva York. Como contraste, la pintura esencialista y con una buscada simplicidad de Joan Hernández Pijuán: Trobant el blanc, 2002 (O/L, díptico, 162 x 290 cm; 54), procedente de la galería Joan Prats de Barcelona, por apenas 30.000 euros, que deberían subir.
Del siglo XIX, y con poco interés para nuestro coleccionismo nacional, la pieza más cara de los maestros antiguos: Celebración en la feria de ganado, 1863 (O/L, 137 x 220 cm; 795), firmada y fechada por Wilhelm Karl Hahn, por nada menos que 80.000 euros. De ese siglo, me parece interesante también el lienzo de fray Manuel Bayeu, Visitación de María a su prima Isabel (O/L, 62 x 64 cm; 762), boceto muy detallado de un fresco del techo con ese mismo motivo en bóveda de la iglesia de la cartuja de Las Fuentes, donde ingresó el pintor a los veinte años y pintó entre 1768 y 1777 más de dos mil metros cuadrados. Un boceto similar, pero con La presentación de la Virgen en el templo se conserva en las colecciones del Banco de España (CAT.P_79); quizá por ello se piden 18.000 euros.
Por último, sorprende, todo sea dicho, la presentación del buen lienzo con la Virgen de Guadalupe (O/L, 212 x 141 cm; 623), de Escuela mexicana del siglo XVIII por 50.000 euros, cuando en diciembre de 2021 no se adjudicó por 45.000 euros. Daniel Díaz @Invertirenarte