Buenas ventas en la edición presencial de TEFAF Nueva York

Buenas ventas en la edición presencial de TEFAF Nueva York

Por primera vez en dos años la feria consiguió una notable asistencia de público durante los días 6 y 10 de mayo en Park Avenue Armory, donde no faltó la presencia institucional de museos como el Metropolitan, el MoMA o el Guggenheim. Todos los participantes se alegraron de volver al contacto directo con los coleccionistas, quienes se animaron a comprar obras de hasta siete cifras, como ocurrió con Ecriture No. 51-79 de Park Seo-Bo, adquirida en White Cube por 1,3 millones de dólares.

Vista general de los pasillos del Park Avenue Armory donde se celebra TEFAF Nueva York.

La primera feria de la temporada en Nueva York cierra con un balance positivo. Importantes ventas, gran asistencia de público –tanto institucional como particular– y satisfacción de los galeristas. Expectativas cumplidas, por tanto.

Ya durante los primeros días de TEFAF, que esta edición ha contado con el patrocinio de Bank of America, se dieron las primeras ventas, especialmente durante la preview del 5 de mayo, una cita muy esperada después de estos años de interrupción forzosa. Alrededor de 60 museos e instituciones culturales asistieron a la feria, entre ellos el Metropolitan, el MoMA o el Guggenheim. También viajaron a la Gran Manzana miembros del LACMA y los museos de arte de Dallas, Seattle y Filadelfia, así como del Städel de Fráncfort o el Pompidou parisino.

Entre las ventas más destacadas, cabe mencionar la obra del coreano Park Seo-Bo ofrecida por White Cube, por la que un coleccionista particular pagó 1,3 millones de dólares. En esta mismo stand se vendieron unas pintura de Cy Twombly por medio millón de dólares y una escultura de acero de Isamu Noguchi por 120.0000 dólares. También alcanzó las siete cifras, o casi, el lienzo Sin título de Jean-Paul Riopelle en Applicat-Prazan, pues rozó el millón de dólares. Perrotin ha colaborado por primera vez con el patrimonio de la artista noruega Anna-Eva Bergman, quien ha acaparado varias miradas entre los visitantes. Finalmente hubo dos instituciones que adquirieron varios de sus cuadros por valor de 250.000 y 500.000 dólares.

Una escultura de metal de Alexander Calder encontró comprador en el espacio de La Mayor Gallery por una cifra cercana al medio millón de dólares. Aunque no se ha hecho pública la identidad del nuevo dueño, se sabe que es miembro del comité de un museo; así que estaremos pendientes de los anuncios de nuevas adquisiciones en los centros norteamericanos. David Zwirner, por su parte, vendió Study for Homage to the Square de Josef Albers por un precio que no ha trascendido.

En esta ocasión, la confluencia de arte clásico y contemporáneo ha permitido a los coleccionistas disponer de todo tipo de piezas, no solo contemporáneas sino también arqueológicas –Charles Ede vendió una docena de antigüedades romanas datadas entre los siglos I a.C y II d.C.– , clásicas y de diseño.

«Estamos encantados con la cálida acogida que hemos recibido durante nuestro regreso a Nueva York. Las fuertes ventas en todas las categorías demuestran el impacto positivo de reunirse con los clientes en persona», manifiesta el presidente Hidde van Seggelen.

Park Seo-Bo. Ecriture No. 51-79. 1979. Vendida en White Cube por 1,3 millones de dólares.