Boldini y el París de la belle époque

Boldini y el París de la belle époque

La Fundación Mapfre presenta la figura poco conocida del italiano en la primera retrospectiva organizada hasta la fecha en nuestro país. Retratos burgueses, escenas costumbristas y paisajes componen su certera mirada decadentista del último tercio del siglo XIX, a la que se suman españoles como Madrazo, Fortuny o Zamacois.


Giovanni Boldini. "En el banco del Bois". 1872. Óleo sobre tabla. Colección particular.

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Cuando Marcel Proust escribió En busca del tiempo perdido, consideró que era “inútil querer evocarlo”, pero reconoció que este podía ser recuperado “a través de la literatura y el arte”. Ese tiempo anhelado por el literato, y por tantos creadores de su generación –posteriormente perdida tras el estallido de la Primera Guerra Mundial–, puede volver a apreciarse en la Fundación Mapfre. Al menos por unos meses.

Boldini y la pintura española a finales del siglo XIX. El espíritu de una época recrea precisamente ese París idílico y fascinante de la belle époque, con su optimismo exagerado, su hambre de capitalismo y su alegría de vivir, a través de un centenar de obras del artista ferrarés. Antes, ilustra con igual precisión cómo era la sociedad italiana de la década de 1860.

“Fue un autor hábil y prodigioso, el Paganini de la pintura. Tuvo una capacidad extraordinaria para captar la esencia de la sociedad de su tiempo, esa ‘gioia di vivere’ que precedió a la Primera Guerra Mundial”, explica Francesca Dini, comisaria de la muestra junto a Leyre Bozal Chamorro.

Giovanni Boldini. “Mary Donegani”. 1869. Óleosobre tabla. Instituto Matteucci, Viareggio.

Ellas dos son la cabeza visible de este proyecto, que ha costado dos años de trabajo y que consta de muchos préstamos particulares (en total se exhiben 120 pinturas). La italiana, además, ha empleado tres décadas de su carrera profesional para elaborar el catálogo razonado del artista, que en esta muestra “se libera de la crítica de superficialidad” que a menudo le ha acompañado. También se exhiben algunas pinturas con nueva atribución, como algunas de Román Ribera tradicionalmente consideradas del ferrarés.

Giovanni Boldini. "Pareja en traje español con papagayos". Hacia 1873. Óleo sobre tabla. Colección Banca Carige, Génova.
Mariano Fortuny. "La elección de la modelo". 1868-1874. Óleo sobre tabla. National Gallery of Art, Washington, Corcoran Collection.

La retrospectiva ahora presentada en la Fundación Mapfre es la primera monográfica de Boldini en España y está organizada de manera cronológica. El recorrido plantea, por tanto, seis secciones que permiten apreciar la evolución en el pincel del artista, desde su participación en la invención del retrato macchiaiolo florentino, a la pintura de moda en sus primeros años franceses, la influencia puntual de Fortuny, su interés por las escenas de la vida moderna o sus obras de madurez en las que se impone como retratista de la belle époque.

Giovanni Boldini. "El mantón rojo". Hacia 1880. Óleo sobre tabla. Colección particular. Imagen cortesía de Galleria Bottegantica, Milán.
«Fue un autor hábil y prodigioso, el Paganini de la pintura. Tuvo una capacidad extraordinaria para captar la esencia de la sociedad de su tiempo, esa ‘gioia di vivere’ que precedió a la Primera Guerra Mundial»

Obras como Mary Donegani (1869), Indolencia (1872), Pescador en el Sena (1873) o Place Clichy (1874) están cargadas de una pincelada breve y dinámica, nerviosa en ocasiones, preciosista en otras, que deriva hacia unas formas prácticamente abocetadas, como Desnudo de mujer joven (1890- 1900).

Raimundo de Madrazo. "Retrato de Aline Masson". Hacia 1870. Óleo sobre lienzo. Colección particular.
Giovanni Boldini. "Desnudo de mujer joven". 1890-1900. Óleo sobre lienzo. Arkas Collection.

El paseo por la pintura de Boldini se completa además con un intercambio de miradas de aquellos autores españoles que, como Zuloaga, Madrazo o Fortuny, acudieron a la capital francesa para completar sus estudios. De este último, por ejemplo, se exhibe la sublime Playa de Portici, último cuadro que dejó sin terminar y que recientemente ha adquirido el Meadows Museum de Dallas.

Giovanni Boldini (Ferrara, 1842 – París, 1931) viajó a Florencia con apenas 20 años; allí frecuentó el Caffè Michelangiolo, lugar de tertulia en el que coincidió con la alta burguesía y la nobleza internacional. Después viajó al París de la Tercera República, en 1871, donde se vio atrapado por el dinamismo de aquella metrópoli en crecimiento vertiginoso. Más tarde, se dejó seducir por la vida moderna, que también dibujó con interés. Finalmente se rindió al retrato elegante con personajes que posan pero no están inmóviles, cargados de joyas y ropas distinguidas, aunque dentro de una dimensión cotidiana. Su certera mirada sobre el espíritu de toda una época se puede ver hasta el 12 de enero. Sol G. Moreno