¿Apunta Retiro quizá demasiado alto?
En la primera cita de 2019, la sala ofrece el 26 de febrero un conjunto muy interesante de piezas nacionales e internacionales aunque quizá por encima de los precios del mercado secundario
(Si quiere ver los resultados de la subasta, pulse aquí)
La tesis ha quedado planteada. La conclusión la conoceremos en apenas unos días. Y ojalá me equivoque, así de claro lo expongo. Aparentemente esta semana es la más idónea para la venta pues vienen coleccionistas nacionales e internacionales a las ferias de ARCO y de sus satélites. Pero ya se sabe que con tanta abundancia –subastas además en Ansorena y en Durán, los Open studio que hemos disfrutado este fin de semana, y las demás actividades dirigidas y perfectamente enfocadas a la venta en galerías y estudios tipo desayunos y comidas y cenas con coleccionistas más o menos vip- no será fácil llevarse el gato al agua. Y menos cuando muchos de esos coleccionistas apenas pisan el mercado secundario…
La propuesta de Sala Retiro para esta semana es ambiciosa y muy atractiva, y hay que reconocer el esfuerzo de propuesta diferente. Pero entiendo que quizá los precios están al nivel del mercado primario. Y así, muy probablemente, haya poco que hacer…
Comienza el catálogo con tres piezas internacionales de calidad. Un sencillo dibujo en sanguina de Los ahora afamados y buscados Carpinteros: Construimos el puente para que cruce la gente, 1997 (19,5 x 45 cm; lote 110), fondo para el tríptico en la exposición de Galería Habana titulada Mecánica popular. Los Carpinteros, en 1997. Su precio son 6.500 euros, por debajo de la línea de las últimas ventas…, internacionales. Y así, Christie’s Nueva York vendió en noviembre pasado por 18,750 USD (16.450 euros), Injertos, 1997 (acuarela, 56 x 76 cm; ver), y en mayo Sin título, 1999 (acuarela, 155 x 127 cm; ver), por 20,000 USD (17.043 euros). Phillips también ha obtenidos buenas ventas (ver): en mayo de 2014, Se vende tierra de Cuba, 1995 (acuarela y lápiz, 55,9 x 75,6 cm; ver), llegó a los 12,500 USD (9.180 euros), el mismo precio en que se remató en Escape energético, 1999 (acuarela, 75 x 111 cm; ver).
La segunda pieza es una delicada fotografía de Priscilla Monge, La belleza es cosa de vida o muerte, 2003 (1/5; 100 x 150 cm; lote 116), de su serie El artista nos revela verdades místicas, pero por la que se pretenden nada menos que 13.000 euros. Y la tercera, una pieza de la alemana Eva Lootz, Ist-Est, 1990 (fieltro, lacre y plomo, 40 x 60 x 50 cm; 120), pieza única por la que se piden 10.000 euros.
Dicho lo cual, referido al ámbito internacional, me parece que con el nacional sucede algo similar. Veamos algunos ejemplos que lo aclaren, primero de obras más o menos recientes y luego más antiguas.
De Daniel Canogar, uno de los artistas más interesante en el panorama actual, especialmente vinculado al mundo tecnológico pero con una fotografía con gran fuerza visual e imaginativa, se ofrece Wamba. De la serie Osarios, 2001 (3/3, 100 x 100 cm; 165), con etiqueta de la galería Juana de Aizpuru; de la serie con la que concurrió a la IX Bienal de El Cairo, representa “una serie de restos fosilizados que flotan en un espacio ingrávido, en el vacío más absoluto”, por 10.000 euros. De Darío Villalba, un artista con gran predicamento pero con menos éxito entre sus coleccionistas del mercado secundario, tres piezas de calidad, técnicas mixtas sobre photolinen entelado: Abstracción. Serie London II, 1994 (162 x 130 cm; 166), por 8.000 euros; A herida, 1988 (162 x 130 cm; 171), por 10.000; y Homenaje a Valdés Leal, 1985 (160 x 120 cm; 176), por 7.500 euros.
Las piezas más antiguas. De Eusebio Sempere, se ofrece Sin título, 1961 (69 x 35 cm; 172), un gouache sobre tabla de los buscados por año, calidad y soporte, pero se piden 11.000 euros, muy cerca de los 12.000 euros en que se remató, tras salir por 4.000 euros, el fantástico La Alhambra, 1972 (Tm/T, 58 x 60 cm), en Durán, allá por febrero de 2015; más cercano al actual, Gouache nº 21, 1962 (gouache/cartón negro, 56 x 30,5 cm) se adjudicó en Fernando Durán en diciembre de 2013 por 8.000 euros, la salida. De Juan Manuel Díaz Caneja, Paisaje, 1977 (O/L, 54 x 65 cm; 288), con etiqueta de la galería Juan Gris y publicado tanto en el catálogo de la exposición en 1981 del Centro Cultural Conde Duque (Madrid, 1994; pág. 357) como en la del Claustro de la catedral de Palencia (lám. XXXV), por 14.000 euros. Si en septiembre de 2006, Durán vendió por 25.000 euros Paisaje, c. 1975 (O/L, 60 x 73 cm), que se ofrecía por 15.000, en abril pasado, Fernando Durán apenas consiguió 5.000 euros para Paisaje (O/L, 54 x 45 cm)…
Y, por último, del jienense Rafael Zabaleta, sale a pujas un soberbio Personajes y bodegón, 1949 (O/L, 81 x 100 cm; lote 291); expuesta en 1951 en el Museo Nacional de Arte Moderno (Madrid, número 58), en 1952 en la sala Syra de Barcelona (número 11), en 1955 en el Museo de Bellas Artes de Bilbao (número 13), en 1972 en la sala Roca de Madrid (número 5; repr. en calendario Roca), en 1975 en la galería Biosca de Madrid, en 1976 en las Galerías Layetanas de Barcelona 1976 (numero 10) y en 1976 en la Colectiva de la sala Durán de Madrid, y apareciendo en diez publicaciones, se piden 100.000 euros. No será fácil alcanzar esa cifra: 132.143 euros se pagaron en Castellana 150, en junio de 2000, por Dormitorio y estudio del pintor (81 x 100 cm), su obra más cara hasta el momento, y 124.000 euros en Segre, en diciembre de 2005, por Campesinos en la era, 1952 (O/L, 81 x 100 cm). En diciembre pasado, la misma Sala Retiro ofreció El comedor, 1948 (O/L, 82 x 65 cm) por 32.500 euros y no hubo interesados… Lo dicho, ojalá me confunda y el mercado me quite la razón, porque clientes que compren estas piezas, haberlos, haylos. Daniel Díaz @Invertirenarte
