‘Antes de que venga la noche’, libro a dos voces: Lita Cabellut y Javier Santiso
Hoy se ha presentado en Madrid el libro Antes de que venga la noche, publicado por La Cama Sol, obra a cuatro manos que incluye el segundo poemario de Javier Santiso (Saint Germain in Laye, Francia, 1969), inspirándose en la vida y pinturas de Lita Cabellut (Sariñena, Huesca, 1961), artista plástica española que vive y trabaja en Holanda desde casi tres décadas y que es una de las creadoras españolas más cotizadas en el mercado internacional del arte. En la presentación de esta tarde intervendrá junto a los dos autores, Antonio Garrigues Walker.
Este libro – que incluye un prólogo del compositor y director de orquesta Ramón Torrelledó – se ha ido construyendo de un modo espontáneo, donde han convergido la fuerza de la palabra de los versos de Javier Santiso con la figuración singular de los Rostros y Rastros de Lita Cabellut, esto último derivado de los rodillos que la pintora española utiliza para pintar. En ese fluido diálogo entre la palabra precisa de Santiso y los poemas visuales de Cabellut surge un nuevo modo de mirar la vida, apostando por lo imaginario y captando esencias de la realidad. Ambos subrayaron que ha sido muy fácil crear Antes de que venga la noche porque hablan un idioma muy similar, a la búsqueda de la belleza y la empatía y con una intención común que facilita la comunicación entre los dos.
A lo largo de más de un centenar de páginas se alternan los poemas de Javier Santiso y las pinturas de Lita Cabellut hasta conseguir un ritmo cargado de música y denota la buena interrelación de dos creadores que comparten el fluir la vida y la pasión por el hecho creativo. El poeta señaló que «la vida es un encuentro y que la poesía es vida» y añadió que «el lector es igual de importante que el autor, sobre todo en poesía, porque de su lectura surge una nueva interpretación que transforma la obra». Por su parte, Lita Cabellut ahondó comentando que «la creatividad a veces te sorprende y te ofrece nuevas oportunidades para desarrollarte» y reveló que su pintura viene de la abstracción pero que en los últimos 15 años ha optado por una figuración, «que es pura abstracción en el fondo, de aquello que percibimos y no vemos porque los colores son capaces de expresar emociones».
En los versos de Javier Santiso se observan influencias de poetas franceses como Christian Bobin y Henri Pichette o españoles como los catalanes Joan Margarit y Pere Gimferrer. En el libro hay un continuum en su modo de traslucir con la palabra las emociones que habitan en los cuadros de Lita Cabellut, una pintora que sabe extraer el alma de los personajes que retrata, y lo hace siguiendo la estela de los grandes maestros que han influido en su obra: El Greco, Rubens, Rembrandt, Goya, Van Gogh o Bacon, entre otros, pero también de otros como Paul Klee o Rothko.
La poesía de Javier Santiso, es molecular, de emulsión, como la denomina Ramón Torrelledó, en su prólogo del libro. Es solar, celebra la vida como lo hacían Odisseas Elytis o Eugenio de Andrade, poetas a los que admira, pero también es lunar, envuelta en la temática del tiempo que pasa, sin pausa, sin pauta. La relación con lo gráfico, el poema visual y lo visual en el poema, está en el corazón de su escritura. En su libro anterior, El Octavo día, tocaba la temática del tiempo, en este sobre todo la temática de la creación. Los poemas no deja de ser palabras que buscan dar a ver y los cuadros obras que buscan hablarnos. De ahí el diálogo entre el poeta y la pintora.
Lita Cabellut también busca conversar con los grandes retratistas. Esta otra indagación queda patente en los más de 25 reproducciones de sus cuadros que se incluyen en la publicación, donde sigue practicando una singular figuración que ahonda en las cicatrices de la piel de esos rostros, con esas grietas provocadas por su modo de craquelar y de utilizar el rodillo para dejarnos rastros, una técnica que confiere una seña de identidad a sus composiciones. Tanto en la serie de Rostros como en sus Rastros, Lita Cabellut deja constancia de experiencias vividas, que obligan al espectador a interactuar emocionalmente con las mismas, apelando a la poesía y la belleza, pero también a removernos cuando contemplamos sus obras. Llama la atención el uso del color en sus pinturas, muchas veces intenso que obliga a abrirnos a nuevas perspectivas por su modo tan original de pintar la expresividad de la piel del ser humano. Todas las obras incluidas en el libro podrían considerarse una síntesis retrospectiva del universo de Lita Cabellut. Julián H. Miranda