Ansorena, entre Miró, Genovés y Herrera Barnuevo
Atractiva oferta para esta ‘vuelta al cole’ de los días 27 y 28 de septiembre, con estas salidas que suman ya 278.000 euros
(Si quiere saber los resultados de la subasta, pulse aquí)
No son tiempos fáciles, pero Ansorena continúa fiel a su cita mensual con un catálogo donde podemos encontrar abundantes obra, para todo tipo de gustos, clases y bolsillos.
Para resumir la oferta de lo más destacado del siglo XX, me serviré de tres piezas, cada una con un soporte diferente. La primera, un papel de Joan Miró, a base de pequeños trazos de lápiz y tres manchas de acuarela a modo de figuras. Se trata de Sin título, 1927 (26,5 x 20 cm; lote 306), un simplicísimo estudio para el cuadro del Pompidou Composición, 1927 (O/L, 116 x 89 cm; ver), con el que presenta ligeras diferencias, la más llamativa el cambio del ‘peso’ de la composición y el aumento del colorido. No es un papel que enamore a primera vista, hay que reconocerlo, precisamente por su sencillez, pero sí contiene una fuerza que se hace presente cada vez que se mira con sin prejuicios, con mirada limpia. Con certificado de Dupin de 1990 y etiqueta de Contemporary Paintings The Park Lane, New York, se piden por él 75.000 euros, nada fáciles me parece si fuera una obra sin esa historia posterior. Veremos…
La segunda, un lienzo de Juan Genovés, de 2005: Territorio (A/L/T, 180 x 220 cm; lote 307) es un espacio amplio donde sus personajes, con un cuerpo colorido a base de objetos encontrados y configurado, y sombreado personal hecho a mano, bordean un espacio, un territorio desconocido, al que parece que no pueden acceder, dejando en dispersión la otra parte de la composición. Obra típica de su etapa final, con etiqueta de la Marlborough de Madrid, se piden 150.000 euros, que sumados el 22% de la comisión y los impuestos supondrían de inicio 33.000 euros más, 183.000 euros finales. No es una ganga, obviamente, pero el mercado primario maneja cifras más altas, aunque también hay más variedad, todo hay que decirlo.
El tercero, a medio camino en lo que a soporte y fecha se refiere: un cartón de Antoni Tàpies: Sin título, c. 1970 (90 x 99,3 cm; 305), a base de pintura, lápiz y collage, con sus típicos rojos, blancos y negros, cruces y demás elementos, y con certificado de la Comissió Tàpies de 2018. En los últimos años, se nota que estas piezas medias se han resentido, quizá también por la disparidad de pretensiones entre los coleccionistas centroeuropeos y los de aquí, a la espera ambos de una mayor clarificación en su mercado… En cualquier caso, se piden 53.000 euros.
En el paso a los maestros antiguos, dos recomendaciones. La primera, dos lienzos de buen tamaño y calidad de Godofredo Ortega Muñoz, por los que se piden 39.000 euros por cada uno: Paisaje (O/L, 73 x 92 cm; 69) y Campos de olivos, c. 1974 (O/L, 73 x 92 cm; 70). Con horizonte muy alto, paisaje a base de campos de color y elementos verticales, paleta muy reducida…, son algunas de las características típicas del pacense que se perciben aquí de forma clara, sin tamices, como su pintura, contundente. No deja de sorprender, para mal, estos precios actuales, cuando hace años estos lienzos superaban con creces los quince y veinte millones de pesetas… Pintura de calidad, a precio de… oportunidad.
La otra, un Caballo de circo, 1932 (bronce, 3/7 (+3PA + 1HC para exposiciones + 1 en el Museo Pablo Gargallo), 17,5 x 29 x 12,8 cm; 48), de Pablo Gargallo. El primero yeso que envió el zaragozano a la fundición se quemó en un incendio, por lo que este Caballo es del segundo modelo. Adquirida por los propietarios en la galería Theo de Madrid en 1975 y publicada en el catálogo razonado, Gargallo-Anguera (pág. 194, nº 89), se piden 38.000 euros.
En pintura antigua, sobresale por lo inusual un lienzo del madrileño Sebastián Herrera Barnuevo, Pintor de cámara de 1667 a 1671. Se trata del Retrato de Carlos II niño y Mariana de Austria (O/L, 194,5 x 137 cm; 675), un doble retrato donde se muestra al rey ricamente vestido como manda el protocolo y la distinción, con su madre, la regente, la fondo, tocada de viuda; distintos objetos en la mesa y el águila imperial y un león, delante. Con estos trabajos, Barnuevo terminó creando un prototipo diferente de retrato real, aunque sólo se conocen otros tres ejemplares pintados (según la catalogación de la sala). Su salida: 53.000 euros.
A vuelapluma ya, me parecen interesantes, entre otras, las obras de los extranjeros Andrea Vaccaro, Arcángel san Gabriel (O/L, 80 x 67 cm; 674) por 10.000 euros, y de Kaspard Memberger el viejo, una inédita Crucifixión (O/T, 141 x 95 cm; 670) firmada con sus iniciales y fechada en 1605, por 9.000 euros. Y de los españoles Pedro Orrente, San Jerónimo escuchando la trompeta del Juicio Final (O/L, 158 x 112 cm; 678), publicada ya por Angulo y Pérez Sánchez en 1972 (CSIC, pág. 334, nº 337, lám. 252), con evidentes recuerdos venecianos, por 11.000 euros, y de Juan Sariñena, un austero San Luis Beltrán (O/L, 117 x 90 cm; 666), vera efigie del santo tomada del lecho de muerte, perteneciente a los Condes de Parcent, y que en su momento Sotheby’s lo subastó como de Valdés Leal, por 6.000 euros. Daniel Díaz @Invertirenarte