Abalarte hizo historia con 400.000 euros

Abalarte hizo historia con 400.000 euros

Impresionante lucha entre los teléfonos por hacerse con el Álbum filipino de José Honorato Lozano, que salía a pujas por apenas 9.000 euros

En nuestro artículo de previos (leer), ya adelantábamos que el álbum de 23 acuarelas (23,5 x 31,5 cm; lote 1109) firmado en 1857 por el pintor filipino José Honorato Lozano (1821-1885) daría que hablar. Y así ha sido. Los días previos el álbum fue solicitado en repetidas ocasiones por coleccionistas venidos de distintos países, pero sobre todo por filipinos, que querían hacerse con él, o intentarlo al menos.

Se especulaba con el posible precio de remate; en la sala, de hecho, la opción más optimista se alejaba casi hasta los 250.000 euros… Nueve pujadores telefónicos y otros en sala fueron incrementando las pujas poco a poco hasta quedar, cerca de los 300.000 euros, sólo dos coleccionistas extranjeros, que dudaban ya si dar una puja más o no. Al final, el alucinante remate por 400.000 euros, más la comisión de la sala y los impuestos, se queda en unos asombrosos 484.000 euros, que hacen que pase a convertirse en récord mundial absoluto para este autor, superando con creces la venta en el ya lejano julio de 1995 de Christie’s Londres cuando remató por 240,000 GBP (284.165 euros, premium incl.) su Album de Manille et ses environs, con 25 acuarelas de 25 x 34 cm. Ahora sólo queda imaginarse la sorpresa y la alegría de la propiedad, que habría pensado una venta por un precio muy inferior y que ni en sus mejores sueños llegaría a esta cantidad. Enhorabuena, pues, al vendedor y, obviamente, a la sala por esta gran venta, trabajada incluso en redes sociales.

Pero como la vida, la subasta continuó y hubo otras interesantes ventas que debemos comentar también. La siguiente más destacada fue, dado el interés suscitado, la de la copia de Velázquez por el joven Joaquín Sorolla, realizada en opinión de Blanca Pons Sorolla entre 1881 y 1884: Detalle de un bebedor según el cuadro de Los borrachos de Velázquez (O/L, 50 x 33,5 cm; 1069), pintado con unos 18 ó 20 años, pasó de 13.000 hasta los 35.000 euros dados por un teléfono, mostrando de nuevo el interés del mercado por la obra del valenciano, incluso por estos temas digamos no tan atractivos como sus playas, escenas de niños o incluso flores.

Sin embargo, hubo un remate por encima de esta cantidad; 42.500 euros se ofrecieron al teléfono –una puja más de la salida por 40.000 euros- por las Cuatro figuras antropomorfas: alegoría de las cuatro estaciones (O/L, 98 x 73 cm c/u; 131) del círculo del milanés Giuseppe Archimboldo, y que la casa en su texto de catalogación apuntaba a Francesco Zucchi o incluso a Giovanni Stanchi; buena venta, sin duda, como los 7.500 euros dados por otro teléfono, la salida esta vez, por las cinco tablas con Los cincos sentidos (29 x 21,5 cm; 118) de un seguidor de David Teniers.

Del círculo de Pietro Longhi, no fue extraño que el atractivo Retrato de joven dama (O/L, 46 x 34 cm; 90) subiese de 1.500 a 3.250 euros, como tampoco lo fue el de Interior de taberna (O/L, 53 x 86 cm; 87), del italiano Francesco Bergamini, que comenzó por 2.500 y acabó en un teléfono que ofrecía 3.750 euros. Por 3.500 euros se remató la Mater Dolorosa, 1765 (O/L, 55 x 41 cm; 1102) del mexicano José de Páez. Fue una pena, sin duda, que no hubiese coleccionista que pagase los 3.500 euros que se pedían por el magnífico pastel de Francisco Domingo Marqués, Familia del pintor (56 x 112 cm; 1165).

Igual que hemos reconocido los logros anteriores, hay que señalar que la venta de la pintura moderna y contemporánea no fue tan bien… Apenas 2.000 euros pagados por El café (26/75, 77 x 56,5 cm), una serigrafía de Manolo Valdés, 850 euros por la acurela de José Hernández, S/T, 1970 (22 x 15 cm; 169), y poco más, pues finalmente no hubo comprador para el espectacular Hacia Lisboa de Lucio Muñoz (1083; 30.000 euros), ni para Sombras luminosas y maceta de Manuel Ángeles Ortiz (174; 19.000 euros), ni para el paisaje tardío de Ginés Parra (1201; 14.000 euros). Una pena, que no debe empañar en absoluto la alegría por lo vendido estos días, los nuevos clientes a los que se ha llegado y, sobre todo, el consolidarse en el complicado panorama madrileño como una subasta a tener muy en cuenta. Buen verano, e incluso mejor temporada que viene. Daniel Díaz @Invertirenarte