Abalarte, de Velázquez a Goya
En la cita de los días 6 y 7 de julio se ofrece por 2,5 millones un Bautismo de Cristo, pintado con menos de treinta años por el aragonés
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Hace algo más de tres meses, el 3 de marzo pasado, Abalarte conseguía la mejor venta en subasta en nuestro país, al conseguir adjudicar por 3.500.000 euros un pequeño Retrato de caballero, 1621/3 (O/L, 32 x 23,5 cm) de Diego de Velázquez; con la comisión de la sala y los impuestos, el comprador abonó 4.270.000 euros, precio final (ver).
Ahora, con ese prestigio rejuvenecido, ofrece a los coleccionistas con una cifra de inicio de 2.500.000 euros, una obra de primera madurez, por decirlo de alguna manera, de otro de los grandes maestros españoles: Francisco de Goya. Se trata del Bautismo de Cristo, c. 1774 (O/L, 45 x 39 cm; lote 204), declarado en octubre de 2019 Bien de Interés Cultural, inexportable por tanto, por ser «una obra unánimemente considerada de Goya, de gran calidad técnica y expresiva y encontrarse en un excelente estado de conservación».
Limpiado en los talleres del Museo del Prado en 1994, con motivo de la exposición Goya. El capricho y la Invención, y en un magnífico estado de conservación pues se encuentra sin reentelar y con su bastidor y su marco dorado originales, se conoce perfectamente la procedencia del cuadro, con una trazabilidad envidiable. Habiendo pasado de Juan Martín de Goicoechea, amigo del pintor, a Pedro Miguel López de Goicoechea, por descendencia llegó al Conde de Orgaz, Castrillo y Sumacárcer, Gonzalo Crespí de Valldaura y Bosch-Labrús, recientemente fallecido; y son sus recientes herederos, los actuales propietarios, los que rápidamente lo han puesto a la venta.
Expuesto por primera vez en 1986 en la atrevida muestra Goya joven (1746-1776) y su entorno, en el Museo e Instituto Camón Aznar de Zaragoza, comisariada por Buendía, era un lienzo que ya Gassier y Wilson había aprobado en su catálogo razonado de 1970 (cat. 174, vol. I y cat. 114, vol. II), y que el resto de especialistas sólo ha confirmado, pues existe práctica unanimidad sobre la autoría y calidad.
Dicho lo cual, recordemos que la pasada semana Alcalá no consiguió comprador para su Aparición de la Virgen del Pilar al Apóstol Santiago y sus discípulos, 1775 (O/L, 107 x 80 cm), BIC también, por el que pedían dos millones de euros. Tampoco Ansorena consiguió a mediados de junio que un coleccionista comprara por los 150.000 euros su pequeño Martirio de san Lorenzo (O/L/T, de 10,7 cm de diámetro). Para la venta de una cifra cercana es interesante saber que debemos retroceder hasta septiembre de 2012, cuando Koller Zúrich, vendió por 1.901.870 euros su Lot y sus hijas (O/L, 91 x 125 cm; ver); por encima, 2,617,250 GBP (3.038.627 euros), se vendió en julio de 2009 en Sotheby’s Londres, su Retrato ecuestre de Manuel Godoy (O/L, 55,2 x 44,5 cm; ver). Antes de la crisis, en enero de 2003, por Bodegón con liebres muertas (O/L, 45 x 63 cm), se pagaron en Christie’s Nueva York 5,069,500 USD (4.716.155 euros; ver), a mucha distancia ya de las 2,350,000 GBP (2.881.286 euros) pagados en julio de 1996 en Sotheby’s Londres por La muerte del picador (O/hojalata, 43 x 32 cm; ver).
Los dibujos importantes que se han subastado, y vendidos por cifras astronómicas, son distintos: son más goyescos, si se me permite la expresión, más cercanos a la esencia goyesca, y pienso que precisamente eso es lo que los ha hecho mucho más atractivos a los coleccionistas que estos óleos. Recordemos que Bajar riñendo se adjudicó por dos millones de libras (2,281,250 GBP con premium, 2.876.200 euros), en Christie’s Londres, allá por julio de 2008 (ver); Hútiles trabajos, en la misma sala pero tres años después, se adjudicó por la misma cifra (pero su conversión a euros descendió a 2.525.115 euros; ver y ver), mientras el Toro mariposa, por citar sólo tres, se adjudicó por 1,300,000 GBP (1,464,000 GBP con premium, 2.174.479 euros; ver), en la misma sala en diciembre de 2006… Veremos.
Seguir hablando de otras piezas parece que es menospreciar al importante, pero aunque sea brevemente señalaré algunos más, a vuelapluma como quien dice. De ese entorno temporal, un buen Moisés con las tablas de la Ley (O/L, 82 x 65 cm; 203), de Vicente López, por 4.000 euros; lienzo inédito se puede relacionar con un dibujo de su mano, Moisés y San Bartolomé, de hacia 1829-30, que José Luis Díez publicó en su catálogo razonado (D-525, p. 389 y 713).
Del siglo XVII, Aqueloó vencido por Hércules. El origen de la cornucopia (O/L, 159 x 180 cm; 1209), de Jacob Jordaens y taller, estudiado por extenso por Díaz Padrón en su Jacob Jordaens y España (2018, pp. 314-317), y por el que se piden 150.000 euros. De esta composición se conserva en el Statens Museum for Kunst de Copenhague un lienzo mayor (245 x 311 cm; ver y ver) y en el Musées Royaux des Beaux-Arts de Bélgica en Bruselas el boceto a la aguada (ver).
Del XVI, una muy interesante Coronación de la Virgen (O/L, 160 x 117 cm; 1095), de Hans Rottenhammer y taller también, obra inédita procedente de la antigua colección Conde de Adanero, Madrid (nº 120). Aunque se conocen otras versiones, para la sala “ninguna con tanta calidad como el cuadro aquí presentado”. Su salida: 60.000 euros.
Por último, del siglo XIX, un álbum con 35 dibujos de barcos, detalles, y otras figuras a lápiz del filipino Juan Luna; firmados con sello «Juan Luna y Novicio Pensionado» en 25 hojas, muchas de ellas a doble cara (15,5 x 22 cm, medidas del álbum; 1018), sale a pujas por 25.000 euros. @Daniel Díaz
