El Barroco británico y sus circunstancias
La Tate Britain acoge la exposición British Baroque: Power and Illusion, la primera dedicada a este periodo en particular de la historia del arte británico.
La historia del arte más tradicional ha buscado etiquetar los distintos periodos –Edad Media, Renacimiento, Barroco…– y reducir las particularidades regionales, cronológicas o personales. En las últimas décadas, cada vez hay más esfuerzos para demostrar que esa homogeneización es ficticia y que responde a una simplificación excesiva. La Tate Britain se suma a esta corriente dedicando la primera exposición aislada al Barroco británico.
La muestra se centra en la etapa transcurrida desde la Restauración –momento en el que se restablece a Carlos II como monarca tras la Revolución Inglesa en 1660– hasta la muerte de la Reina Ana en 1714. A pesar de que en el imaginario colectivo Europa en estas décadas está mejor representada por la figura de Luis XIV, los comisarios –Tabitha Barber, David Taylor y Tim Batchelor– ponen de relieve las peculiaridades de la sociedad inglesa del momento.
Algunos de los temas a través de los cuales se articula la exposición son el nacimiento de los partidos y la política parlamentaria moderna; la complejidad de una corona debilitada tras la ejecución de Carlos I, la primera de un rey europeo en la Edad Moderna; la competencia entre católicos y protestantes; o el peso de la investigación y las nacientes sociedades científicas, como la Royal Society.
De la misma manera, también son tratados temas relegados por la historiografía tradicional, como es el papel que tuvieron en la corte las amantes de los reyes –el lienzo de Peter Lely Barbara Villiers, Duquesa de Cleveland con su hijo, como la Virgen con el Niño es el mejor ejemplo–, o la representación visual del poder de la reina consorte.
Junto a las piezas de autores más conocidos –y esperados para una exposición con esta premisa– como Lely, Godrey Kneller o James Thornhill, podemos encontrar recientes descubrimientos y obras que son presentadas al público por primera vez. Muchas de estas últimas son préstamos de las mismas familias nobles que las encargaron y que aparecen retratadas en ellas.
La arquitectura, vehículo de los programas políticos más ambiciosos, también tiene su espacio, con croquis, grabados y modelos en madera de Christopher Wren, Nicholas Hawksmoor o John Vanbrugh. Además, se incluyen los grandes lienzos que representan las fincas nobiliarias a vista de pájaro.
British Baroque: Power and Illusion podrá visitarse hasta el 19 de abril. Además de la exposición, el museo organiza varias actividades que relacionan el arte clásico con movimientos culturales de plena actualidad, como un taller de voguing o una sesión de música electrónica experimental inspirada en las composiciones barrocas.