Zóbel gana de nuevo la partida en Ansorena
Las buenas ventas de piezas extranjeras enmascaran la falta de coleccionismo español
Pasadas las primeras impresiones de la subasta de ayer en Ansorena, a la hora del recuento y de las valoraciones ya sosegadas, una idea permanece clara y distinta: la importancia de las ventas extranjeras, pues el coleccionismo patrio no pasa por sus mejores momentos. Por decirlo de forma suave, el incierto futuro político y la crisis que se acerca hacen mella en los compradores de arte español mientras el resto del mundo aprovecha las ocasiones y sigue comprando fuerte. Veámoslo con datos concretos.
De Fernando Zóbel, español nacido en Manila y muy comprado por los asiáticos en los últimos años, se ofrecía un lienzo titulado Fútbol XIII (O/L, 50 x 50 cm; 422), pintado en abril de 1973 según consta en la parte trasera, donde aparece también titulado, numerado y dedicado. Los irrisorios 15.000 euros en que se ofrecía, como comentamos en nuestro artículo de previos (ver), se vieron muy pronto superados por las pujas procedentes de seis teléfonos con coleccionistas extranjeros, que fueron subiendo alternativamente sus pujas hasta cerrar la última por 48.000 euros, un precio mucho más acorde no tanto con la calidad y el tamaño de la obra como con el nombre del artista. La última de las compras extranjeras se convirtió finalmente, como era de esperar, en la más fuerte.
Poco antes, había habido una serie de cuadros de los Países Bajos que fueron muy pujados y subieron notablemente su precio. El más alto fue a parar a una atractiva tabla firmada por Jan Abrahamsz Beerstraaten (Ámsterdam, 1622-1666) y titulada Puerto (91 x 123 cm; 301), que subió de los 18.000 euros iniciales hasta unos nada despreciables 40.000 finales. Dado el tamaño parece un buen precio de compra, y más si tenemos en cuenta que una versión muy similar y reducida de la misma como Capriccio of a Mediterranean Harbour with Elegant Figures embarking a boat… (O/T, 37,1 x 58,4 cm) se vendió en Sotheby’s Ámsterdam en mayo de 2009 por 13.750 euros (ver).
De Pieter Meulener se ofrecía una Escena de la Guerra de los 30 años (O/L, 66,5 x 108,5 cm; 300); de 9.000 subió a 13.000 euros, ofrecidos por un teléfono. Otro teléfono ofreció los 8.000 euros pedidos por el lienzo de Escuela flamenca del siglo XVII, La sentencia del rey Midas ante Apolo y Marsias (O/L, 155 x 237 cm; 305); por el cobre con La adoración de los Magos (69 x 87 cm; 121), del Anagramista A. W., hubo algo más de pujas, y pasó de 6.000 a 7.500 euros, comprado en sala. Y, finalmente, subieron también otros dos cobres de 68,5 x 88 cm, pareja separada de Escuela flamenca del siglo XVII, que iniciaban las pujas desde 1.900 euros: Diana y ninfas cazando (298) subió hasta los 6.000 euros, comprado por un extranjero en la sala, y Mercurio y Herse (299) se lo adjudicó el mismo por 4.200 euros.
Queda el capítulo de lo colonial, con un interesante remate, que sigue mostrando el interés en absoluto disminuido por este tipo de composiciones virreinales. Me refiero al lienzo que se ofrecía como de Escuela colonial, Perú, siglo XVII, de Carlos II y la defensa de la Eucaristía (O/L, 156 x 123 cm; 303), que subió de 15.000 a 32.000 euros, como parecía que sucedería. Y en línea similar, aunque mucho más modesto, sucedió lo mismo con Santiago Apóstol (O/L, 71,5 x 92,5 cm; 118), de Escuela cuzqueña, XVII-XVIII, que pasó de 1.500 a 5.000 euros, comprado por el mismo coleccionista al teléfono que el anterior.
En el capítulo español, como decíamos al inicio, se observan más notas preocupantes que positivas, desgraciadamente. En este sentido, lo más destacado no fue la sorprendente venta del lienzo de José Mongrell, Vendedoras de flores, 1918 (O/L, 92 x 73 cm; 326), un cuadro muy empastado de raíz sorollesca, por los 20.000 euros pedidos, que es importante, sino más bien la ausencia de pujadores para tres piezas de mayor calado: el magnífico dibujo Estudio de rosal, 1964 de Antonio López (50.000 euros), el colorista lienzo de Benjamín Palencia, Salvanés, 1953 (60.000 euros) y el Retrato de Carlos III con traje de corte, c. 1775/85 de José del Castillo (20.000 euros).
Sorprendió, gratamente también, la subida de la Playa de Honfleur, Normandía (O/L, 36 x 55 cm; 66), de Santiago Rusiñol; firmada y dedicada se adjudicó a una puja previa por escrito de 23.000 euros. Por último, las dos piezas de Antoni Clavé que, como era previsible, subieron algunas pujas: Femme peintre, 1951 (O/L, 65 x 54 cm; 226) pasó de 9.000 a 11.000 euros, mientras su más decorativa y más trabajada tabla con Bodegón, 1947 (47,5 x 78 cm; 412), hizo lo mismo desde los 9.000 euros iniciales hasta los 14.000 euros finales. Como ha hecho Ansorena en esta ocasión, nuestras salas deberían intentar ampliar su cartera internacional… Daniel Díaz @Invertirenarte