Un Jardín de Aranjuez, de Meifrén en Goya
En la oferta del 7 de mayo destacan otras piezas de paisajistas como Menchu Gal o Francisco Bonnin
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Tras las enseñanzas del belga Carlos de Haes en la Academia, surgió una generación de paisajistas que buscaban con denuedo el verismo del natural, intentando captar al aire libre los efectos lumínicos y atmosféricos lo más fielmente posible. De alguna manera, ese lenguaje y técnica pronto quedó superado por el afán expresivo de otra generación que miraba con el rabillo del ojo las novedades parisinas. Entre esos pintores finiseculares españoles, además del más internacional, Joaquín Sorolla, sobresale por derecho propio el vasco Ignacio Zuloaga y el catalán Hermenegildo Anglada-Camarasa, cuyas vertientes paisajísticas son tan singulares; y en ese mundo de renovación de lo catalán Santiago Rusiñol y, en menor medida, Eliseo Meifrén.
Esta breve ordenación se refleja claramente en sus precios; y mientras los primeros han tenido fuertes ventas internacionales y, con sus altos y bajos, han conservado su pujanza en el mismo, los más locales han notado especialmente la crisis económica, pues su fuerza se limitaba a coleccionistas locales de mediano alcance.
Valga esta breve introducción para situar la figura de Eliseo Meifrén (Barcelona, 1859-1940), “considerado uno de los primeros introductores del movimiento impresionista en Cataluña”, en el contexto histórico y en el mercado. Goya Subastas ofrece el próximo día 7 de mayo un atractivo y luminoso Jardín de Aranjuez (O/L, 86 x 89,5 cm; lote 97), típico de su mano y de su producción cercana a los planteamientos impresionistas. De la antigua colección del Marqués de Riscal, de Madrid, y reproducido en la revista La Esfera (en julio de 1921) y en Eliseo Meifrén: ensayo biográfico y crítico, de Bernardino de Pantorba en 1942, se ofrece con un precio mínimo de 30.000 euros.
No será fácil encontrar nuevo dueño para el lienzo pues pocas han sido las piezas del catalán que, en los últimos tiempos, han superado esa cifra. Recordemos los 45.000 euros pagados en diciembre de 2009 en Segre por Vista del puerto de Ibiza, c. 1912/5 (O/L, 60 x 80 cm), los 50.000 euros en Balclis en mayo de 2010 por Cadaqués, 1936 (O/L, 100 x 110 cm) o los 40.000 euros en la misma sala en mayo de 2015 por Noche de luna (Palma de Mallorca) (O/L, 97,2 x 110,7 cm), lejos todos ellas de los 144.250 euros ofrecidos finalmente en Christie’s Madrid, en octubre de 2007, por Bañistas (O/L; 80 x 100 cm), justamente un año antes de estallar la crisis…
De una generación ya más moderna, con una mirada con tintes abstractos y simplificadores pero sin abandonar nunca la figuración, y con una amplia buscada producción durante la segunda mitad del siglo, es la vasca Menchu Gal (1919-2008). De ella se ofrecen dos coloristas óleos: Puerto de Zumaya, 1991 (O/L, 60 x 78 cm; 101), con un celaje que recuerda los del adalid paisajista de postguerra, Benjamín Palencia, y Casas de la Olmeda (O/táblex, 60 x 73 cm; 102), con etiqueta de la Galería Biosca, de la exposiciones en 1978 y 1983, y con una visión más clásica, más constructiva. Ambos partirán desde los 15.000 euros. Su pieza más reciente, Playa de Ereaga y puerto viejo de Algorta (O/táblex, 54,5 x 67,5 cm; ver), que comenzó en Ansorena hace menos de un mes desde los 9.500 euros y terminó en nada menos que 30.000 euros, se había en enero por 15.000 euros…
Por último, no se pierdan dos buscadas acuarelas del canario preciosista tardío Francisco Bonnin, que sigue obteniendo buenas ventas. Paisaje canario (67 x 48 cm; 103) partirá de los 500 euros, y Calle canaria (62 x 48 cm; 104), firmada en 1951, desde los 400 euros. Oportunidad a la vista, pero que no pasará desapercibida como tampoco sucedió en junio de 2017 en Durán, cuando Pueblo canario (50 x 36 cm) y Casa canaria (58 x 40 cm), pasaron de 700 y 800 euros, respectivamente, a 2.500 euros finales cada una (ver). Daniel Díaz @Invertirenarte