Juan de Juanes no encontró comprador en Segre

Antonio Saura. Crucifixión, 1979. Salida y remate: 31.000 euros

Juan de Juanes no encontró comprador en Segre

La cita del martes 20 de marzo dejó, en cambio, buenas ventas para Saura y un récord mundial de César Manrique


 

No pudo ser. La expectación levantada entre los coleccionistas en torno a la atractiva tabla con la Virgen de la Esperanza (O/T, 89 x 64 cm; lote 66) de Juan de Juanes (c. 1507-1579), quedó finalmente en decepción pues no hubo interesados que pagasen los cien mil euros pedidos por ella en Subastas Segre. En nuestro de artículo de previos (ver) hablamos largo y tendido de ella, de su calidad, procedencia, posible dibujo preparatorio en el Museo del Prado, etc., pero la rotundidad de la pintura, su frontalidad, su asunto o quizá simplemente su pretensión excesiva de precio, hizo que la venta no se produjese.

Como compensación, por decirlo de alguna manera, su imponente Virgen de la Antigua en su advocación del Rosario (O/T, 219 x 159 cm; 65), de Escuela sevillana del siglo XVI, una figura de gran presencia con doce personajes masculinos y femeninos a su alrededor y dos angelitos, sí encontró un comprador que pasada la subasta, en la postventa como suele denominarse, ofreció por ella 32.000 euros y en ese precio la adquirió. Por último, en lo que a pintura antigua se refiere, mencionemos también la venta por los 5.000 euros pedidos de la Alegoría de la Caridad (O/T, 71 x 53,5 cm; 93), de un seguidor de Pompeo Battoni, del siglo XVIII.

Pero, vayamos ya a las ventas del arte español del siglo XX, especialidad de la casa como se ha vuelto a comprobar. Las más destacadas fueron, finalmente, las relacionadas con los componentes del grupo El Paso, que tanto tirón en el coleccionismo español siguen teniendo.

El primero de ellos, no por ser el mejor sino por ofrecer esta vez mejores piezas, fue el oscense Antonio Saura. Su doliente Crucifixión de 1979 (70 x 100 cm; 255), una pintura sobre cartulina procedente de la galería Carmen Durango de Valladolid, se adjudicó por los 31.000 euros pedidos (lejos de los 45.000 pedidos en diciembre pasado). Algunos lotes antes, con el óleo sobre papel firmado en Estocolmo en 1960, Sin título (97,5 x 67 cm; 251), pesó más la antigüedad y las pujas escalaron desde los 12.000 euros iniciales hasta los 18.000 finales (muy lejos también de los 35.000 euros en que se ofreció en mayo de 2016). Algo similar ocurrió con el Hombre caído, 1966 (óleo, tinta y aguada sobre papel, 51 x 72 cm; 254) de Manolo Millares; expuesta en Kiev en 2011 (60 years artista modern and contemporary art, en el Mystetsky Arsenal Musseum) y con certificado de Elvireta Escobio, fue comprada en Christie’s Londres en febrero de 2010 por 25,000 GBP (28.457 euros), por lo que los 21.000 euros de su venta, siendo reseñables, muestran el reajuste que este tipo de piezas están sufriendo en los últimos tiempos.

Con soportes similares, debemos mencionar también la venta por 4.200 euros de Buen hacer, 1965 (pintura sobre cartón, 35 x 49,5 cm; 252) de Manuel Hernández Mompó, y por 5.500 euros de Sin título, 1996 (óleo y collage sobre papel, 13,5 x 26,5 cm; 253), de Esteban Vicente.

Del canario César Manrique, de la misma generación que Manolo Millares pero con un lenguaje muy diferente, hay que destacar la venta de su Enterrado en jable (Insecto calcinado), 1975 (Tm/L, 200 x 165 cm; 268) por los 27.000 euros pedidos, lo que supone su mejor venta hasta el momento. Enhorabuena a la sala por esta apuesta, nada fácil de conseguir, y al comprador por hacerse con una pieza superior, sin duda.

Ligeramente posteriores, sin más una trabazón común que la fecha de realización pues cada artista realiza su producción con un lenguaje muy diferente de los otros, resaltaron tres ventas más. La primera, la tela de Rafael Canogar: Eugenio VI. Serie Papas, 1984 (O/L, 73 x 60 cm; 271), se adjudicó por 8.500 euros, la salida. Naturaleza muerta, 1984 (O/L, 65 x 81 cm; 295), de José Hernández, con su tremenda pero exacta figuración, se vendió por 6.000 euros. Y la tercera, de Rafael Ruiz Balerdi, Sin título, 1990 (O/L, 130 x 175 cm; 300), que subió de 2.700 a 7.000 euros.

Dos pinceladas más para terminar. La primera, del mundo relacionado con París grosso modo pues el bronce de Salvador Dalí, Rhinocéros cosmique. Chair de poule rhinocérontique, 1956-2014 (48/99 VF, con sello de fundición Cire Vasuani Perdue, 92 x 22,3 x 44 cm; 344) se vendió por los 19.000 euros pedidos, y el pequeño y temprano Bodegón, 1959 (O/L, 27 x 41 cm; 229) de Xavier Valls se adjudicó por 3.900 euros, claramente reseñable.

La segunda, las dos sorpresas de la pintura finisecular: el Retrato de Francisco Buschell y Laussat (O/L, 38 x 30 cm; 110), fechado en Sorrente en 1864, de Carolus Durán, se disparó de 400 a 4.200 euros, como parecía lógico dado el pintor; y Maestro y discípulo (O/L, 113,5 x 98 cm; 113), firmado en 1859 por H. Gabriel, un discípulo de Theodor Hildebrandt de la escuela de Düsseldorf, subió de 3.500 a 5.500 euros. En lo español, Paisaje (O/L, 101,5 x 54 cm; 121), de Eliseo Meifrén, con etiqueta al dorso de la sala Parés de Barcelona, subió de 3.800 a 7.500 euros; y, Mujeres en la iglesia (O/L, 54 x 69 cm; 123) de José Benlliure, expuesto en la XI Edición de la Exposizione Internazionale d’Arte di Venezia de 1914, y publicado ese mismo año en La Ilustración Artística (núm. 1695, vol. III, pág. 416), se adjudicó por el precio de salida, 5.000 euros. Daniel Díaz @Invertirenarte

Escuela sevillana, siglo XVI. Virgen de la Antigua en su advocación del Rosario. Salida: 40.000 euros. Remate: 32.000 euros
César Manrique. Enterrado en jable (Insecto calcinado), 1975. Salida y remate: 27.000 euros. Récord mundial de venta en subasta
Antonio Saura. Crucifixión, 1979. Salida y remate: 31.000 euros
Salvador Dalí. Rhinocéros cosmique. Chair de poule rhinocérontique, 1956-2014. Salida y remate: 19.000 euros
Manolo Millares. Hombre caído, 1966. Salida: 19.000 euros. Remate: 21.000 euros
Carolus Duran. Retrato de caballero, 1864. Salida: 400 euros. Remate: 4.200 euros