Un acrílico de Penck sube hasta los 35.000 euros en Segre
Además, buenas ventas para los trabajos de Pijoán y Millares en la licitación del 20 de septiembre
A nadie se le oculta ya que los euros de las compras van encaminados a pintores internacionales mientras el mercado de los artistas nacionales sigue siendo reducido, con poca revalorización a la vista. Lo hemos comprobado una vez más esta semana, en la subasta de Segre, en cuyos previos (ver) algo de ello escribimos.
Del pintor alemán A. R. Penck se ofrecía Harte Stand, 2007 (A/L, 110 x 130 cm; lote 269) por 19.000 euros. Autor ya casi octogenario de origen alemán, el fuerte mercado de su país que lo sostuvo durante unos años, lo que ha hecho que su cotización internacional se haya consolidado, como muchos otros de su generación. Y así, no fue en absoluto extraño que hubiese varios interesados por su tela que terminó adjudicándose a un coleccionista en sala por 35.000 euros.
El otro ejemplo, un lienzo de Joan Hernández Pijuán, catalán que de unos inicios más geométricos y matemáticos terminó su camino en una senda poética marcada por su sencillez en la composición y su lirismo en el color. Tres fulles sobre negre, 1983 (O/L, 130 x 100 cm; 244) se había vendido en esta misma sala, Segre, en octubre de 2006 –al año de su muerte- por 34.000 euros; justo once años después, su venta a un coleccionista por teléfono por 35.000 euros habla de su pervivencia como autor importante y de referencia, sin duda, pero no de su crecimiento ni de un interés mayor por parte de nuestro pequeño coleccionismo que, por esas cantidades, prefiere buscar piezas más internacionales…
En este sentido, parece percibirse también un cierto estancamiento en las piezas menores de los artistas vinculados a la primera abstracción. De Manolo Millares, se vendió por los 30.000 euros pedidos Hombre caído, 1966 (óleo, tinta y aguada sobre papel, 51 x 72 cm; 204); pero su mejor Figura caída, 1963 (Tm/papel/L, 69 x 98 cm; 201, ver), por año, calidad y tamaño, que había sido la portada del catálogo y que se ofrecía por 32.000 euros, apenas 2.000 más quedó, ante el asombro de los asistentes, sin interesados… De Manuel Hernández Mompó, subieron sus dos papeles de 1971: de los 3.900 euros iniciales hasta 4.500 euros el primero (24,5 x 34,5 cm; 213, ver) y 5.000 euros el segundo (22,5 x 33 cm; 214, ver), más trabajado. Pero por los dos trabajos de Antoni Tàpies –Sin título, 1966 (pintura y lápiz/cartón; 27 x 39 cm; 212, ver) y Empremtes de fulla, 1982 (óleo y acrílico/L, 112 x 66 cm; 267, ver)-, que se ofrecían por 12.000 y 54.000 euros, respectivamente, no hubo interés alguno; se ve que este autor debe seguir ajustando sus precios en el mercado nacional…
En este sentido, me parece significativo un cierto giro que parece entreverse en el coleccionismo. Me refiero a las obras del nada complaciente cordobés Pepe Espaliú y sus piezas conceptuales: se vendieron todas (lotes 251 a 262), salvo la más importante (Four Provisional Suicides, 1989; 257, ver). Sus distintos papeles, realizados con grafito unos y con grafito y lápices de color otros, se adjudicaron entre 950 y 1.100 euros. Sus reconocibles jaulas tituladas El bosque, 1993 (hierro, 30 x 70 x 50 cm; 252) subieron de 9.000 a 16.000 euros, mientras Sin título, 1993 (muletas en hierro pintado, 121 x 21 x 21 cm; 256, ver) pasaron de 7.000 a 9.000 euros, compradas también por un coleccionista al teléfono. Enhorabuena a la sala por su valentía con estas piezas y su venta.
Dos datos más. Un difícil Soller, 2005 (pigmentos y cera/T, 182 x 154 cm; 265) de José María Sicilia, se vendió por la salida, 17.000 euros; en cambio, por El punto amarillo, 1987 (A/L, 191 x 130 cm; 243, ver) de José Manuel Broto, que se ofrecía por los mismos 17.000 euros, no hubo interés.
Y dos clásicos. El toro, 1969 (O/L, 36 x 48 cm; 163), a pesar de ser una obra tardía y muy deshecha ya de Benjamín Palencia, se adjudicó por 8.000 euros. Y de Salvador Dalí, La Crótalos, 1974/80 (bronce patinado en oro, 18 x 11,5 x 7,5 cm; 188), ejemplar sin numerar de una edición de 250 ejemplares, fundición de 25 ejemplares (¿?), subió de 5.000 a 8.500 euros.
Pienso que estas ventas muestran bien a las claras las tendencias en nuestro actual exiguo mercado, donde domina la segunda mitad del siglo XX y donde la pintura antigua y del siglo XIX es nombrada por su ausencia. Daniel Díaz @Invertirenarte