Dos papeles de Millares abren la temporada en Segre

Dos papeles de Millares abren la temporada en Segre

Dos papeles de Millares abren la temporada en Segre

Junto a sus habituales nombres españoles del siglo XX, destaca para la cita del 20 de septiembre una colección de piezas de Pepe Espaliú

(Si quiere ver los resultados de la subasta, pulse aquí)

El desgarramiento que debieron sentir los artistas de El Paso cuando la guerra civil sembró de dolor su entorno más cercano aparece, de alguna manera, en su pintura quince años más tarde, en su primera madurez. Con el negro, blanco y rojo, renunciaban a lo decorativo y superficial, se quedaban con lo esencial, y mostraban en su esforzado trazo, la quiebra del mundo exterior conocido y su apertura a lo más profundo de su espíritu, roto. Sólo el tiempo se podía encargar de ir cicatrizando las heridas y dulcificando su pintura, como así sucedió con Millares, Saura, Canogar, Feito, etc.

Especialmente atractivo es, en este sentido, el papel adherido a lienzo -no sabemos si por el propio autor o posteriormente- que Manolo Millares firma en 1963: Figura caída (68 x 98 cm; lote 201), con amplia presencia de heridas rojas y raspaduras en la capa pictórica con la parte trasera del pincel. Por su fuerza y tamaño, los 32.000 euros que se piden en Segre están justificados. De su mano también, pero ya ligeramente posterior, de 1966 para ser exactos, y más dulcificado, es Hombre caído (51 x 72 cm; 204; ver), en este caso con óleo, tinta y aguada, que deberá comenzar las pujas desde los 30.000 euros.

En el universo catalán viajaba durante ese tiempo otro solitario con un lenguaje muy personal, Antoni Tàpies. Ese año de 1966 realizaba sobre cartón Sin título (pintura y lápiz, 27 x 39 cm; 212; ver); dedicado a Miquel Gaspar y con certificado de la Comissió Tàpies, partirá desde unos atractivos 12.000 euros. De él se ofrece también una pieza de mayor envergadura e importancia: Empremtes de fulla, 1982 (óleo y acrílico/L, 112 x 66 cm; 267), pero dulcificada ya también, aunque con sus signos, grafías y gestos habituales. Publicada en el Agustí (nº 6205), su precio se eleva a 54.000 euros, la obra más cara de la cita…

Ya que estamos en esos años, les recomiendo que vean los dos papeles de Manuel Hernández Mompó, Sin título, 1971 (gouache y tinta, 24,5 x 34,5 cm; 213, ver; y 22,5 x 33 cm; 214, ver), por 3.900 euros cada uno, y su lienzo Sin título, 1969 (54 x 65 cm; 297) por 12.000 euros. Y de Joan Hernández Pijuán, un lienzo especialmente atractivo y de calidad como Tres fulles sobre negre, 1983 (O/L, 130 x 100 cm; 244); comprado en Segre en octubre de 2006 por 34.000 euros, se ofrece ahora por 33.000 euros. Sin duda, será una buena oportunidad para ver cómo ha evolucionado su mercado…

De la siguiente generación como quien dice, los nacidos en los años 50, destaca el nombre de Miquel Barceló, del que se subastará una sencilla acuarela con lápiz de 1988: Rui a Tali (50 x 66 cm; 245, ver); en plena crisis, en mayo de 2009, se pretendieron 32.000 euros, así que los 19.000 pedidos ahora son un precio mucho más atractivo. Sin embargo, me parecen mucho más interesantes otras piezas de autores con menor eco internacional, pero con una gran calidad a precios de remontada de la crisis. Me refiero, en primer lugar, al lienzo El punto amarillo, 1987 (A/L, 191 x 130 cm; 243), de José Manuel Broto, por 17.000 euros; al de Manolo Quejido, El pozo 4, 1991 (O/L, 92 x 80 cm; 237, ver) por unos escasos 1.600 euros; al de Alfonso Albacete, Arimatea I, 1995 (A/L, 74 x 91 cm; 236, ver), interesante lectura pero por unos más complicados 2.900 euros; o al óleo sobre papel de 50 x 50 cm, Sin título, 1990 (241, ver), de Miguel Rodríguez Acosta, por 1.000 euros.

Inmersa en esa generación que defendía y propugnaba la pervivencia de la pintura, aparece la mirada conceptual diferente con un lenguaje más críptico y adelantado de Pepe Espaliú. Del lote 251 al 262, se proponen piezas delicadas como sus grafitos (ver por ejemplo, los lotes 251 y 255 por 950 euros), esculturas relevantes dentro de su producción (El bosque de 1993 (252; 9.000 euros) o Sin título, 1993 (256; 7.000 euros)) y su conocida instalación en hierro y algodón, Four Provisional Suicides, 1989 (166,8 x 100,3 x 85 cm; 267), expuesta recientemente en el IVAM y en el Centro de Creación Contemporánea de Andalucía, en Córdoba, por 30.000 euros. Toda a una valiente apuesta de la sala, hay que reconocerlo.

En pintura antigua -acabamos ya-, no se pierdan el Retrato de niño con perro y paloma, 1847 (O/L, 108,5 x 81,5 cm; 87) de Antonio María Esquivel, por 10.000 euros. Y conocido su éxito con el mundo filipino, seguro que subirán las dos acuarelas de Félix Martínez y Lorenzo, Paisaje de Filipinas con dos cabañas y río (19,6 x 33,2 cm; 17) y Paisaje filipino con cabaña (19,5 x 33 cm; 18), pues parten por apenas 3.000 euros… Lo contaremos en directo el próximo martes. Daniel Díaz @Invertirenarte

Manolo Millares. Figura caída, 1963. Salida: 32.000 euros
Joan Hernández Pijuán. Tres fulles sobre negre, 1983. Salida: 34.000 euros
Antonio María Esquivel. Retrato de niño con perro y paloma, 1847. Salida: 10.000 euros
Antoni Tàpies. Empremtes de fulla, 1982. Salida: 54.000 euros
José Manuel Broto. El punto amarillo, 1987. Salida: 17.000 euros
Félix Martínez y Lorenzo. Paisajes de Filipinas con cabaña. Salida: 3.000 euros cada una
Manuel Hernández Mompó. Sin título, 1969. Salida: 12.000 euros
Pepe Espaliú. Four Provisional Suicides, 1989. Salida: 30.000 euros