La mirada feminista e irónica de Anna Weyant llega a Madrid

La mirada feminista e irónica de Anna Weyant llega a Madrid

El Museo Thyssen-Bornemisza presenta este verano la primera muestra monográfica en un museo de esta artista canadiense, exponiendo 26 de sus obras, seleccionadas entre la producción más reciente de la pintora, junto con cinco piezas de la colección permanente.

Anna Weyant. Wit of the staircase. 2020. Colección privada.

Esta exposición temporal que recorre el universo de Weyant es fruto de la pasión de Blanca y Borja Thyssen-Bornemisza y se expondrá hasta el 12 de octubre en la sala -1 del museo.

Anna Weyant (1995) destaca por sus pinturas figurativas, en las que combina referencias artísticas con elementos de la cultura popular contemporánea. En sus obras crea infinidad de alusiones a autores del pasado, desde el Barroco hasta la primera mitad del siglo XX.

En 2022 se convirtió en el fichaje más joven de la megagalería Gagosian y desde entonces su proyección y su presencia en el mundo del arte no ha parado de crecer.

Anna Weyant. That's All Folks. 2024. Cortesía de Gagosian

Suspendidas entre lo onírico y lo cotidiano, sus pinturas representan la complejidad de la adolescencia femenina, “una época muy dramática, traumática y cómica a la vez”, según Guillermo Solana, director artístico del Museo Nacional Thyssen Bornemisza y comisario de la muestra. Las jóvenes mujeres que protagonizan los trabajos de la artista canadiense captan ese tránsito entre la infancia y la adultez, explorando su vulnerabilidad.

Así se aprecia en las 26 obras autógrafas presentes en el recorrido, que se acompaña de cinco cuadros procedentes de la colección permanente del museo madrileño. Estos últimos han sido seleccionados por la propia Weyant, para crear conexiones tanto visuales como conceptuales con su trabajo.

El primero de ellos es La partida de naipes (1948-1950) de Balthus, que se encuentra al comienzo de la exposición. La obra del francés, especialmente cuando aparecen chicas jóvenes, contiene un sutil erotismo, aunque siempre predomina su perspectiva masculina. La pintora utiliza precisamente esos elementos de “mirada masculina” como contrapunto a su trabajo, que parece una contestación.

El concierto (hacia 1630-1635), de Mattia Preti, por ejemplo, muestra influencias que van más allá de la pintura holandesa, como el caravaggismo, que se hace evidente en los intensos claroscuros de la artista.

También la ilusión creada en La llave de los campos (La Clef des champs) de Magritte nos adentra en el surrealismo y la atmósfera enigmática visible en las obras de la joven pintora. Porque Weyant, al igual que el autor belga, “siempre incluye algo siniestro e inquietante”, según el comisario.

Vista de una sala de la exposición. Fotografía: © Francis Tsang.

Basta con fijarse en la obra titulada She Drives Me Crazy (2022). Este bodegón de objetos relucientes “despliega una historia de intento de asesinato”, donde a través de estas cacerolas se puede observar a una figura con un puñal cometiendo un crimen.

Esta y otras de sus naturalezas muertas resultan extraordinarias, aunque sean mucho menos populares y cotizadas. Se pueden interpretar como “regalos envenenados que encierran una amenaza”, pues están llenas de elementos extraños y objetos que se muestran al borde del colapso.

Otro elemento inquietante tiene que ver con la cuestión del doppelgänger (doble en alemán) y se aprecia ya desde el inicio de la muestra gracias al cuadro A Disaster, Such A Catastrophe(2022), donde se desdobla la imagen de una figura. El contraste entre el personaje público y la vida privada de la artista es representado a través de este concepto, donde la figura realista se yuxtapone a la de dibujos animados. Esta dialéctica de los dobles también está presente en otras pinturas.

Finalmente, las obras de Weyant conversan con un par de retratos de la colección Thyssen. Del pintor Piazzetta, se puede ver el Retrato de una joven de perfil con una máscara en la mano derecha (hacia 1720- 1730), que conecta con el tema de la temporalidad. También esta expuesto el Retrato del Dr. Haustein (1928), un lienzo de Christian Schad.

Anna Weyant. She Drives Me Crazy. 2022. Colección privada de Marc Jacobs.

Según Solana, Weyant fusiona una “mirada feminista” con humor negro, y a pesar de que es rigurosamente contemporánea, tiene las “cualidades de una maestra antigua”.

Su producción abarca tanto retratos como bodegones, a menudo titulados con nombres de canciones o referencias pop, que funcionan como pistas de sus obras, añadiendo capas de significado y aportando un toque humorístico.

Weyant se ha convertido en una de las voces más referentes del arte figurativo actual. Esto es debido a que sus obras son accesibles para todo tipo de público, pero también captan la atención de gente más conocedora del arte. Mencía López Guadalix