Un Goya inédito en el Museo de Antequera

Un Goya inédito en el Museo de Antequera

La institución andaluza ha presentado esta mañana una nueva pintura del artista aragonés: se titula San Joaquín, es un óleo perteneciente al periodo zaragozano de Francisco de Goya estudiado por José María Palencia y Rafael Romero, y acaba de ser depositado por la Colección Delgado en el museo antequerano.

Francisco de Goya. San Joaquín. Óleo sobre lienzo. 78 x40 cm. Colección Delgado, en depósito en el Museo de Antequera.

Aparece una nueva obra de Goya. El historiador y exdirector del Museo de Bellas Artes de Córdoba, José María Palencia, ha presentado esta mañana San Joaquín en el Museo de Antequera, una figura de 78 centímetros de alto que sitúa en el periodo más temprano del artista aragonés.

Así lo ha anunciado durante el acto celebrado esta mañana en la institución andaluza, junto al restaurador Rafael Romero, que ha respaldado la autoría y se ha encargado de devolverle al cuadro su antiguo esplendor (mantenía el bastidor original, pero la tela estaba ennegrecida).

Esta nueva pintura que se exhibe por vez primera al público, procede de una colección particular francesa que salió a subasta el año pasado como anónima y fue adquirida por la Colección Delgado. Tras ser estudiada por Palencia y restaurada convenientemente en Icono I & R –Adelina Illán y Rafael Romero son autores de una de las escasas publicaciones sobre la técnica de Goya–, se atribuyó al artista aragonés.

La tela se ha cedido en préstamo al Museo de Antequera. Y ya suman 40 del mismo conjunto, si tenemos en cuenta que, en junio del año pasado, el mismo coleccionista cordobés ya hizo entrega –por un periodo de cinco años– de 39 pinturas de grandes maestros nacionales e internacionales como Carlos Saraceni, Velázquez o Murillo.

Radiografía de "San Joaquín" de Goya.

San Joaquín presenta una figura de cuerpo entero pintada con tonos amarillos en el manto y una factura suelta en el fondo. Aunque no se ha encontrado documentación que pueda acreditar su procedencia o autoría, el historiador José María Palencia sitúa el cuadro en su periodo de juventud; es decir, entre 1760, cuando entra a estudiar en la Academia de Dibujo de Zaragoza, y 1775, momento en que llega a Madrid para trabajar en la Real Fábrica de Tapices.

El estudio técnico ha revelado datos interesantes, como la presencia de una capa preparatoria de color rojo terroso que coincide con la utilizada por Goya durante su periodo zaragozano. Además, el pintor recurre a esa capa preparatoria como un elemento visual más de la composición.

Palencia relaciona esta figura con la Santa Bárbara pintada en Zaragoza en 1772 tras su vuelta de Italia para contentar a los rectores de la Fábrica de Tapices. También ve similitudes con “la pincelada suelta y esponjosa” de Goya cuando hizo la bóveda del coreto del Pilar de Zaragoza con La adoración del nombre de Dios y el Aula Dei.

Por sus dimensiones, es probable que este San Joaquín estuviese destinado al primer piso de un pequeño retablo, tal vez de devoción particular, y quizá formase pareja con una Santa Ana. Como antecedente iconográfico de la obra, cabe mencionar el San Joaquín pintado por el maestro zaragozano en los muros del oratorio del Palacio de los Condes de Sobradiel, hoy conservado en el Museo Goya Colección Ibercaja.

Detalle de cómo ha quedado instalada la obra en el Museo de Antequera.