Antonio Puerta López-Cózar: «Es muy bueno ir a una exposición de la que no entiendes nada»

Antonio Puerta López-Cózar: «Es muy bueno ir a una exposición de la que no entiendes nada»

Autor de Gafas para entender el arte moderno: de Manet a Banksy, Antonio Puerta López-Cózar es arquitecto y socio fundador de APL ARQUITECTOS. De 2000 a 2005 fue el presidente de la Fundación Instituto de las Artes de Madrid y del Seminario Permanente de Investigación Artística (SEPIA), ambos desaparecidos hoy en día. Actualmente, es consultor de proyectos de arquitectura y colaborador habitual en publicaciones de humanidades.

Ha escrito varios libros que, como el presente volumen, analizan el arte contemporáneo desde distintos puntos de vista. En este caso, lo que pretende es ayudar a su comprensión, aplicando toda la información que ha ido obteniendo en sus años de ejercicio al frente de la fundación y en su trabajo como arquitecto.

  • ¿Cómo surgió la idea de este libro?

*He ido trabajando en esto con calma durante unos cuantos años y para mí ha sido maravilloso. Yo soy arquitecto, que tiene esa doble faceta técnica y artística. En España cuando estudias la carrera ves que prima la parte de ingeniería, que es muy importante, pero yo siempre me he decantado por la otra. Lo que realmente me ha gustado ha sido diseñar, estar vinculado al mundo del arte.

  • ¿En la práctica también?

*En ocasiones he pintado, pero con el ejercicio de la actividad profesional lo dejé. Aun así, fundé con unos amigos en el año 2000 la Fundación Instituto de las Artes. Aquello duró pocos años pero me dejó huella, por lo que decidí escribir todo lo que había aprendido. Eso fue el humus del libro, aunque luego necesité ir contrastando la información, consultando, pidiendo ayuda a otras personas…

  • ¿Cuál era la labor de la Fundación Instituto de las Artes?

*Consistía en ver la óptica de filósofos, músicos, pintores… aplicada a la arquitectura. El enriquecimiento fue total.

Antonio Puerta López-Cózar, autor de 'Gafas para entender el arte moderno: de Manet a Banksy'.
Portada del libro. Ediciones encuentro.

LA OBSERVACIÓN Y EL ARTE VAN SIEMPRE DE LA MANO»

  • ¿Y a qué dificultades se ha enfrentado a la hora de editar el libro?

*Ha costado mucho, sobre todo por las imágenes. Cuando estuve buscando editorial todas me ponían muchas pegas por ello. Lo enseñaba y me decían: te lo editamos ya, pero sin las fotografías. Y yo pensaba: ‘¿cómo vas a explicar el arte sin enseñar las obras?’ Sé que ahora puedes poner códigos QR o algo similar, pero no es lo mismo. Es importante la inmediatez, si tienes la imagen al lado de lo que se está contando sobre ella, la explicación gana enormemente.

  • Mientras iba escribiendo, también seguirían pasando en el ámbito de las artes cosas que le interesasen…

*¡Claro! Es un mundo en el que casi no te da tiempo a estar a la última. Por eso, en algún momento tienes que decidir cuándo terminar lo que estás escribiendo, porque si abarcas todo lo que te interesa simplemente no acabas nunca. Además, he tenido especial cuidado con respetar a todo el mundo y no herir sensibilidades en el libro.

  • Entre el público existe la tendencia de pensar que el arte antiguo tiene más valor que el moderno, ¿por qué cree que sucede?

*Creo que el principal problema es que la gente no entiende el arte contemporáneo, y entender es básico, conocer el significado de lo que está representado. Comprender ya es otra historia, tiene que ver con el corazón, con hacer tuyo lo que estás viendo. El hecho de que el público no entendiese lo que veía, me llevó a querer explicarlo, y para ello tenía que responder primero a una pregunta: ¿por qué el arte contemporáneo es como es? ¿Cómo hemos llegado hasta ahí?

  • Entonces el contexto es especialmente importante para entender las tendencias actuales…

*Bueno no lo es todo, no da la última respuesta. Pero en mis años en la fundación descubrí que sí es vital conocerlo, porque ayuda a entender y situarse. Si eso mismo lo contrastas con otras disciplinas, además, la visión se enriquece. De este modo, posibilita el acercamiento a la obra de arte contemporáneo, que resulta chocante porque en un momento dado se produjo una ruptura voluntaria y buscada con todo lo anterior.

  • ¿Qué buscaba el artista con esa ruptura?

*Era una herramienta para obtener más libertad y ampliar los límites.

  • Precisamente hay tres capítulos del libro dedicados al tema de la libertad: el de Picasso, el de Matisse y el de Kandinsky. ¿Qué importancia tiene?

*Desde Manet, el arte ha tendido cada vez más a un nivel mayor de libertad, cada vez tiene menos ataduras. A la par, la belleza se va viendo como una ilusión o un engaño, por lo que se olvida. De alguna manera, el arte se deja seducir por lo feo o lo vulgar, pensando que ahí está la auténtica verdad. En su contexto lo entiendes: es una época de guerras mundiales, desolación… no hay belleza. Esto acaba con una arte que no sabe adónde va, sin una orientación clara.

  • ¿A qué condujo todo eso?

*A un punto en el que todo se enfoca hacia los procesos y la materialidad. Antes el arte trataba de desvelar lo que había en la naturaleza o la realidad de divino, de misterio, pero al anular eso solo queda el objeto, la praxis. También lleva a un arte muy lúdico, y en ocasiones efímero, como ocurre con las instalaciones o performances, que buscan el disfrute en el instante. En el libro se explica todo este proceso junto a su contexto, porque es lo que hace que se entienda.

Composition IV. Vasili Kandinsky. 1911.

El problema es que a veces no sabemos observar, vemos una obra de la que creemos que no entendemos nada y eso nos aleja».

  • Además del contexto, ¿qué otras cosas ayudan a entender el arte contemporáneo?

*La obra nunca te habla inmediatamente, porque muchas veces tienen numerosas capas de significados superpuestas una sobre otra. Hay que tomarse tiempo, detenerse ante ella y observar. El problema es que a veces no sabemos observar, vemos una pieza de la que creemos que no entendemos nada y eso nos aleja. El otro día hablaba con un vigilante de sala de un museo que me dijo que llevaba 20 años ejerciendo. Contaba que hay gente que llega, hace una foto al cuadro y se va. Me comentaba: «Claro, ese no se ha enterado de nada». Un día, uno de los visitantes le preguntó por la autoría de un cuadro determinado y el vigilante le dijo: «La observación y el arte van siempre de la mano». Lo que ocurría es que en el propio lienzo, como parte de la composición, aparecía el nombre del autor. Lo que está faltando es, por tanto, saber observar.

  • Quizá para determinado público, el arte se ha convertido en un bien de consumo, relacionado con las redes sociales y con la imagen que queremos proyectar de nosotros mismos.

*Sin duda hay una mirada consumista, sí, que viene un poco forzada por las circunstancias: tú estás en una fila, te van empujando, no te da tiempo a ver el cuadro, hay mucha gente delante… pero bueno, puedes contar que lo has visto, y con suerte incluso te has sacado un selfie para demostrarlo, si te dejan. Por otro lado, sin embargo, sigue existiendo la mirada contemplativa, la que se para, se acerca, se pregunta… Ahora se habla mucho de saber escuchar a las personas, que es lo mismo que saber observar en el caso de los cuadros: poder mirarles a los ojos y tratar de comprender lo que les ocurre.

La montaña de Sainte-Victoire vista desde Bellevue. Paul Cézanne. 1885-1895.
  • ¿Y cómo se puede aprender a mirar?

*Creo que es muy bueno ir a una exposición en la que no entiendes nada (aunque, por supuesto, siempre entiendes algo). Es una experiencia positiva, pues el acercamiento al arte siempre nos enaltece. Siempre te llevas algo bueno de una exposición. Además, hay que empezar a abordar el arte contemporáneo con la idea de que vas a disfrutar, no pensando que es complicado. De este modo, va a llegar el momento mágico en el que te ocurra como con el dominio de un idioma: ese en el que ya no estás traduciendo, sino que hablas y piensas directamente en esa lengua.

  • Para terminar, ¿qué capítulo destacaría del libro?

*Por ejemplo, el de Cézanne, que es el precursor del cubismo, del que sigue viviendo el arte hoy en día. La modernidad no se entiende sin él, aunque su figura haya quedado eclipsada por otros artistas como Picasso, que dijo del francés que era su único maestro. Cuando Cézanne se plantaba ante la montaña de Sainte-Victorie, lo que intentaba descubrir es lo que había tras ella, dentro de ella. Se trata de un proceso interesantísimo, de un ejercicio de observación de la realidad fundamental, lo que ya hemos comentado que es clave para entender primero y disfrutar lo que se contempla.