La modernidad de Eduardo Rosales en el Museo del Prado
Este año se conmemora el 150 aniversario de la muerte de Eduardo Rosales (1836-1873), uno de los pintores más influyentes junto a Mariano Fortuny, que trabajaron durante las décadas de los años 60 y 70 del siglo XIX. Ahora con motivo de esta efeméride el Museo Nacional del Prado presenta en la sala 60 del edificio Villanueva una muestra con 17 obras de Eduardo Rosales, seleccionadas por Javier Barón, jefe de Conservación de pintura del siglo XIX.
El presidente del Real Patronato del Museo Nacional del Prado, Javier Solana, calificó de poco usual presentar una muestra como la dedicada a Eduardo Rosales en presencia de personas vinculadas con este pintor y que han legado una de las piezas al Museo del Prado. En esa misma línea profundizó el director adjunto de Conservación e Investigación, Andrés Úbeda, que destacó que el Museo del Prado posee la mejor colección de obras de Eduardo Rosales y además en buen estado de conservación: Subrayó que era un pintor polifacético, que cultivó diferentes géneros como el retrato, escenas de historia, paisajes y nuevamente reiteró su agradecimiento tanto a la familia que legó una de las obras como a la Fundación de Amigos del Museo del Prado por su apoyo constante a las actividades del museo.
Por su parte, Javier Barón dijo que en esta misma sala se han celebrado 17 presentaciones de autores que están en la Colección del Prado, casi todas de pintores del siglo XIX, y se han organizado con varios objetivos: dar a conocer conjunto de pinturas y obras sobre papel de creadores poco representados en la colección permanente; celebrar efemérides importantes; y presentar nuevas restauraciones como las ocho que se han realizado para presentar en esta muestra de Eduardo Rosales, todas ellas realizadas por Eva Perales en el Taller del Prado, que ha sido la persona encargada de devolver gran parte de la pintura del siglo XIX en las últimas cuatro décadas.
Y Barón añadió que resulta significativo que el Museo del Prado haya ido adquiriendo obras de Eduardo Rosales con cierta recurrencia en los últimos años hasta completar un total de 26 pinturas -seis de ellas incorporadas desde 2019- , algunas expuestas en la Colección Permanente, de un pintor con una gran dominio de la técnica y que tocó muchos géneros a pesar de haber fallecido con tan solo 37 años.
La muestra que estará abierta hasta el 29 de enero puede complementarse con algunas obras expuestas en la Colección permanente y que cuelgan de la sala 61 B, que protagoniza Rosales, y en la 101, dedicada a la historia del museo, en la que se exhiben El Salón del Prado y La iglesia de San Jerónimo.
En el recorrido por esa sala oval se exhiben 14 pinturas y tres obras sobre papel. Además de la influencia que tuvo para él contemplar a los grandes maestros del Renacimiento cuando pasó una larga estancia en Italia, siempre se sintió atraído por cultivar el género del retrato en esa serie de efigies familiares como el de Maximina Martínez de Pedrosa (1860), María Isabel Manuel de Villena, IX condesa de la Granja de Rocamora (1865) y de Antonia Martínez de Pedrosa (1867); su pulsión por los cuadros de historia como El castillo de la Mota, La Sala de Constantino en el Vaticano y La celda prioral del monasterio de El Escorial.
También realizó paisajes de gran lirismo como el donado por la Comisión Siglo XIX de la Fundación Amigos del Museo del Prado en 2022, sin olvidar esa visión de Ofelia en otro lugar bucólico, ya que algunas de sus obras estuvieron influidas por la literatura y los mitos. Y además se exhiben algunos ejemplos de tema religioso como la Estigmatización de santa Catalina de Siena (1862), a partir de Il Sodoma (1477-1549) o Tobías y el ángel, un óleo pintado entre 1858 y 1863.
Además de las 26 pinturas de Eduardo Rosales, el Museo del Prado atesora más de un centenar de dibujos. En esta muestra se exhiben una tinta parda y negra a pluma para plasmar Muerte la Cava (1860-1861), una acuarela para fijar una imagen del paisaje de Panticosa (h. 1869) y un interesante estudio para el cuadro de La reina doña Juana en los adarves del castillo de la Mota y Estudio para la Presentación de Juan de Austria al emperador Carlos V en Yuste (h. 1873) ejecutados con maestría, a base tintas parda y negra con pluma.