Laure Prouvost explora el origen de la vida en La Casa Encendida
En su primera exposición individual celebrada en nuestro país, la artista francesa, premio Turner 2013 y representante de su país en la Bienal de Venecia 2019, presenta una serie de instalaciones inmersivas donde teje historias deliberadamente sorprendentes y extrañas.
Si algo tienen en común todas las obras de Laure Prouvost es su voluntad de narrar algo al espectador. La artista destaca por su manera de contar historias, por eso se mueve en su elemento cuando, en la rueda de prensa celebrada en La Casa Encendida, comienza a describir a los periodistas que aún no conocen su obra lo que se van a encontrar a continuación.
Con la voz pausada de quien relata un cuento infantil, narra lo que va a ocurrir entre las salas de su exposición: el recorrido comenzará abriendo dos puertas, una de ellas especialmente pesada, según afirma. Además, detalla no solo la temática de sus piezas, sino también su aspecto físico y los caminos que el visitante tendrá que recorrer para encontrarse con ellas.
De las instalaciones que componen En la profundidad el calor se fuga, dos se ven ahora por primera vez, mientras que el resto han sido creadas por Prouvost durante los últimos 12 años. La artista juega con el lenguaje, utilizando intencionadamente frases extrañas, malas traducciones y enfoques inesperados, buscando que el espectador imagine sus propias historias a través de los elementos que ofrece: imágenes aparentemente inconexas y textos inesperados. Según cuenta, “las palabras para mí son muy poderosas visualmente, porque con ellas las personas crean su propia visión. Solo estoy insinuando y sugiriendo posibilidades, pero es la audiencia quien debe hacerse su propia imagen en su cabeza. También se trata de malentendidos, malas interpretaciones, malas comunicaciones, palabras que también sugieren fracaso y otros sentidos”.
En la primera obra titulada It, heat, hit —la más antigua de la muestra, de 2010—, puede verse perfectamente este planteamiento. Se trata de una sala a oscuras en la que se proyecta un vídeo. Las fotografías que aparecen en él son al principio inocuas: una rana nadando, un paisaje nevado. Junto a ellas aparecen comentarios escritos, que parecen narrar una historia inocente, pero que poco a poco se va transformando en una mezcla de declaración de amor y amenaza, sugerencia constante de violencia.
Al mismo tiempo que la narrativa se enturbia, empiezan a colarse en el metraje imágenes extrañas, incómodas. La historia que cuentan los textos e imágenes no es explícita, sino sugerente, pero queda claro para el espectador que los hechos que se están esbozando son turbios y aberrantes.
De los dos nuevos trabajos que se muestran ahora, Surrounding you y From the depth, destaca este último, coproducido por la Finnish National Gallery y La Casa Encendida. El eje central es el vídeo Four for see beauties rodado en Finlandia, en el que la artista explora el origen de la vida, relacionándolo con el concepto de calor y de líquido, ambos elementos indispensables en la gestación del feto durante el embarazo.
Para ello, utiliza como escenario principal el interior de una sauna, espacio que tradicionalmente se asocia con la frontera entre lo material y lo espiritual, la vida y la muerte. En ella se encuentran una serie de personas en actitudes sensuales, además de un bebé –Esmé Blue, hija de Prouvost– que juguetea con los tentáculos de un animal marino que funciona como punto de unión entre dos mundos separados: el de la superficie terrestre y el de las profundidades acuáticas.
Esta muestra, compuesta íntegramente por instalaciones inmersivas como estas, podrá contemplarse en La Casa Encendida hasta el próximo 8 de enero. Sofía Guardiola