El Estado adquiere el Archivo Lafuente por casi 30 millones
El Ministerio de Cultura y Deporte adquiere este conjunto documental propiedad del empresario y coleccionista José María Lafuente, que consta de más de 130.000 revistas, cartas, manifiestos y piezas dedicadas al arte moderno y contemporáneo. Las obras se expondrán en el centro de nueva creación situado en la antigua sede del Banco de España de Santander y estará asociado al Museo Reina Sofía. El precio que deberá pagar el Estado es de 29,7 millones de euros repartidos en 11 anualidades.
Por fin es oficial. El Archivo Lafuente pasará a engrosar los fondos del Museo Nacional Reina Sofía, tras la firma ayer en Heras (Cantabria) del contrato de compraventa entre el director de la institución, Manuel Borja-Villel, y el coleccionista José Lafuente. De esta manera, el conjunto es finalmente adquirido por el Estado y pasa a tener titularidad pública.
Tras numerosas conversaciones y varias operaciones previas –una donación temporal por parte del coleccionista en 2014 y el anuncio de la creación en Santander de un centro asociado al Reina Sofía cuatro años después–, la transacción se ha cerrado esta semana en 27 millones de euros más IVA, lo que asciende a un total de 29.795.045 euros que se abonarán en once anualidades (hasta 2032). El pasado martes la operación se aprobó en el Consejo de Ministros y el miércoles tuvo lugar el acto con las rúbricas correspondientes. Una firma que supone poner el punto final a un proceso iniciado hace años, cuando José Lafuente manifestó su interés en que sus fondos pasasen al Estado.
En 2014, el empresario gallego hizo una donación de parte de su archivo documental. Un año después, se firmó el protocolo de intenciones para que este conjunto se incorporase a un centro de nueva creación situado en la localidad y asociado al Museo Reina Sofía. En 2018, se dio un paso más al firmar un convenio que confirmaba la implantación de dicho centro en la antigua sede del Banco de España de la capital cántabra (en aquella ocasión asistió el entonces ministro de Cultura José Guirao, ayer en cambio acudió el Secretario General de Cultura Víctor Francos).
El Archivo Lafuente fue creado como tal en 2014 y se compone de miles de libros, revistas, carteles, collages y cartas pertenecientes al arte moderno y contemporáneo europeo, especialmente español, pero también latinoamericano y norteamericano. Un conjunto de más de 130.000 piezas que el coleccionista comenzó a adquirir durante la década de los ochenta y que fue creciendo a lo largo de los años, con legados como por ejemplo el del crítico Miguel Logroño o el editor y profesor universitario Pablo Beltrán de Heredia. Se trata de uno de los fondos artísticos más completos y exhaustivos que existen en el mundo, comparable quizá con otras colecciones particulares como la de Merrill C. Berman o la de Egidio Marzona. Una constelación de fondos de numerosos artistas, colectivos, escritores o críticos que aportan un sinfín de datos, detalles o explicaciones para una mejor lectura de los movimientos contemporáneos.
Entre sus puntos fuertes, destaca el óptimo estado de conservación de los archivos, así como la importancia de los documentos relativos al futurismo, dadaísmo y surrealismo. Especial mención merece también sus fondos relativos a las vanguardias rusas de Goncharova, Larionov y Rozanova, entre otros, porque constituyen una de las colecciones más importantes conservadas de esa época.
No faltan, por supuesto, los nombres españoles como Eduardo Arroyo o José Luis Castillejo; las fotografías de Grete Stern o los cuadernos de dibujo de Maruja Mallo; la escritura experimental de Julio Cortázar, Octavio Paz o Nicanor Parra ni el arte conceptual de Alexanco. Entre sus fondos se encuentran también ejemplos del diseño gráfico de Alberto Corazón, El Cubri o Mariscal, la colección completa de la revista Martín Fierro o los manifiestos de Marinetti, Depero o Breton.
Justo diez años después de iniciarse los trámites para que el Archivo Lafuente pasase a formar parte de nuestros fondos culturales, el coleccionista consigue cerrar el acuerdo por cerca de 30 millones de euros. Los papeles, dibujos y documentos pronto quedarán alojados en el futuro museo cántabro; el pago por los mismos, en cambio, se extenderá hasta 2032.