Destacaron además, las ventas de autores extranjeros como la tabla de Cuyp, dos lienzos mexicanos o una Alegoría prerrafaelita.
Del pintor nacido en Quesada, Rafael Zabaleta (1907-1960) se ofrecían tres lienzos de calidad, con tamaños medios y un colorido muy atractivo. A pesar de todo ello, no hubo interesados por su Matarife, 1951 (O/L, 100 x 81 cm; 144) muy probablemente por lo duro del asunto -un cerdo abierto en canal como primer plano-, y quizá también por los 50.000 euros que se pedían. Tampoco los hubo para su Puerto de Barcelona, 1948 (O/L, 65 x 80,5 cm; 663), que se había expuesto tres veces en la ciudad Condal y una en Madrid, y por el que se pretendían 40.000 euros que, a la postre, se han demostrado altos para el mercado del jienense.
En cambio, Bodegón de peces, 1948 (O/L, 50 x 61 cm; 661), el menor de los tres, pero con una temática muy querida y un rico colorido, además de ser el más barato, subió de 25.000 a 31.000 euros: una puja en mesa, un teléfono, puja en sala y nuevamente el teléfono anterior, que se lleva una buena pieza, sin duda.
Y ya que hablamos de bodegones, fue interesante la venta del del taller de Melchior de Hondecoeter, Paisaje con aves (O/L, 134 x 172 cm; 467), que se pujó al teléfono, subiendo de 5.000 a 7.000 euros. También de los Países Bajos, debemos destacar la de la Presentación de Jesús en el templo (O/T, 86 x 116 cm; 207) de Benjamin Gerritsz Cuyp, por los 13.000 euros dados en sala.
Si avanzamos en el tiempo, y ampliamos el radio internacional, no fue extraño que la atractiva, y de buen tamaño por cierto, Alegoría (O/L, 111 x 82 cm; 83) de la Escuela Prerrafaelita subiese, gracias a dos pujadores en sala, de 3.000 hasta unos nada despreciables 7.000 euros. Por otra parte, de nuevo volvieron a llamar la atención las compras mexicanas: el primer día, una Asunción de la Virgen (91,5 x 74 cm; 200), con incrustaciones de nácar de la Escuela colonial del siglo XVIII, subió de 2.400 hasta los 9.000 euros, adjudicados en sala; y el segundo, una pequeña Virgen de Guadalupe (O/L, 28 x 20,5 cm; 451) de Escuela colonial XVIII/XIX subió de 800 a 1.800 euros, adjudicándose finalmente a un teléfono, suponemos que mexicano.
Pero volvamos a la pintura española del siglo XX, donde nos habíamos quedado porque, aunque no se haya vendido ninguna pieza especialmente importante, sí hay que mencionar algunas. Como por ejemplo, el pequeño táblex con Composición (15 x 20,3 cm; 591) de Luis Feito, que se adjudicó por 2.700 euros a un teléfono que también compró De utere, 1976 (A/L, 89 x 116 cm; 594) de Alberto Porta Zush por los 6.000 euros de la salida.
Como ya viene siendo habitual en esta casa, se vendió una pieza de Eduardo Arroyo: su Místico y moscas, 2001 (O/L, 81 x 65 cm; 139) subió de 2.250 a 3.100 euros; lo mismo sucedió con El palmero, 1990 (O/L, 195 x 162 cm; 138) de Juan Antonio Aguirre, adjudicado a un teléfono por apenas 2.600 euros; gran compra también, aunque en estos momentos el mercado de Aguirre no pase por sus mejores momentos, como es evidente. En esta línea, también hay que celebrar la venta del pequeño lienzo del siempre interesante José Hernández, Mirada cabal, 1989 (O/L, 33 x 41 cm; 587), que se remató por 1.900 euros, lejos de los 5.500 euros –la salida- en que se adjudicó Peñalver. Guadalajara, 1982 (O/L, 65 x 81 cm; 14) de Agustín Redondela.
Dentro de las obras sobre papel, destacaron tres ventas. De Picasso, la portada de Toros y toreros, 1967 (ceras, 36 x 25 cm) con dedicatoria, fecha y dibujo, se adjudicó también a un teléfono por la salida, 4.000 euros. Por ese mismo precio, salida también, la mesa recibió una oferta por el buen y fantasmagórico papel de Chema Cobo, Sin título, 1984 (1150 x 113 cm; 601), al igual que por el gouache de Ismael de la Serna, Composición con jarra (30 x 22 cm; 667), adjudicado finalmente por 2.800 euros. Daniel Díaz @Invertirenarte