José Manuel Capuletti (1925-1976) es uno de esos personajes vinculados al mundo surrealista que obtuvo un enorme éxito fuera de nuestras fronteras y aquí es apenas conocido. Sus razones hubo, pues tras trabajar en el mundo del teatro y del ballet diseñando decorados y vestuarios, pronto marcha a París; establecido allí, expone con frecuencia en Estados Unidos donde logra importantes éxitos, artística y económicamente.
‘El hombre propone y Dios dispone’, reza un viejo adagio bastante usado cuando las cosas no salen como uno ha previsto…. Así sucede a veces con las subastas, y eso sucedió el pasado 26 de abril en Goya.
En nuestro artículo de previos (ver), comentamos la interesante oferta de retratos del siglo XVIII y del XIX, además de otras piezas, claro. De los mencionados retratos, desgraciadamente no se vendió ninguno; me temo que es conocida la dificultad que tienen estas piezas hoy día, por antiguas y por retratos, que no por precio.
‘El hombre propone y Dios dispone’, reza un viejo adagio bastante usado cuando las cosas no salen como uno ha previsto…. Así sucede a veces con las subastas, y eso sucedió el pasado 26 de abril en Goya.
En nuestro artículo de previos (ver), comentamos la interesante oferta de retratos del siglo XVIII y del XIX, además de otras piezas, claro. De los mencionados retratos, desgraciadamente no se vendió ninguno; me temo que es conocida la dificultad que tienen estas piezas hoy día, por antiguas y por retratos, que no por precio.
En una semana plagada de subastas en la capital madrileña, con cita también en Sevilla, la de Durán era la última. Pienso que eso se notó en la asistencia física, que no telefónica ni online.
El gran protagonista de la cita del pasado 27 de abril fue, sin duda, el Retrato de Clarita Seminario (O/L, 150 x 109 cm; lote 212) de Raimundo de Madrazo (1841-1920). Firmado, dedicado y fechado “A mi cuñada Clarita Seminario, R. Madrazo, 1911” y con una mínima falta de pintura en el ángulo superior izquierdo, salió a pujas por 18.000 euros, y en ese precio se adjudicó. Retrato grandioso y muy técnico, Madrazo demuestra su buen saber hacer con un atractivo juego de matices de color, herencia técnica del siglo XIX en general y de su padre Federico en particular. Buena compra, sin duda.
