EL PRADO ADQUIERE UNA VIRGEN DEL CUARTO ARCHERO
La primera subasta del año de la casa sevillana ha finalizado con llamativos remates y un porcentaje alto de lotes vendidos. Sin duda, el más notable, no tanto por su precio sino por el comprador, fue la Virgen con San Antonio [sic] de escuela madrileña del s. XVII, sobre la que el Estado ejerció su derecho de tanteo y retracto tras una encendida puja que no dejó indiferente a ninguno de los asistentes. Aunque esta obra figuraba en el catálogo como «Virgen con San Antonio», la iconografía representa a la Virgen del Carmen imponiendo el escapulario a san Simón Stock. La tela se alzó desde los 8.000€ hasta los 22.000 finales sobre los que el Ministerio ejerció su derecho. Está firmada en la trasera por el pintor Gabriel Antonio Courvoisier en 1697 y su importancia radica en el hecho de que el artista fue, al igual que Juan Van der Hamen, Felipe Diricksen y Miguel de Pret, Archero de Corps de la monarquía española. Por cierto que el Prado compró, hace años, un «Camino del Calvario» de Diricksen procedente de la colección Granados.
Siguiendo con la estela del tardío barroco, fue destacable la serie que comprendía seis escenas del Vía Crucis del sevillano Andrés Pérez. Estos lotes, caracterizados por los efectos escenográficos de sus profundas perspectivas, se vendían por separado. Salían en 2.000€ y se remataron cada uno en 2.400.
Un salto cronológico a la pintura de finales del XIX y principios del XX nos lleva a un lote rematado en cinco cifras. Figuraba en la portada del catálogo: Escena de sastrería de toreros de Salvador Viniegra y Lasso, que subió de los 18.000€ iniciales hasta los 30.000€. Además, la Joven sentada de Vila y Prades se vendió en sus 5.000€ iniciales. Estos resultados, junto con otros que se están dando en otras casas de subastas, parecen ser algo esperanzadores, tras la caída considerable en la última década de la pintura del siglo XIX, que poco a poco parece recuperar su valor. Por último, me gustaría mencionar dos lotes de Gustavo Bacarisas; sus dos jarrones con flores se vendieron también en sus 2.800€ iniciales. Este polifacético artista gibraltareño supo aportar con éxito su concepto moderno a la pintura andaluza del momento, que se puede apreciar claramente en estos dos óleos sobre lienzo.
Uno de los fuertes de la casa es la escultura y las artes decorativas. Por eso no extraña que el Retablo barroco de escuela mexicana del s. XVIII se rematara en 15.000€ ni que el Belén napolitano del XVIII en terracota y dentro de su hornacina en madera tallada y policromada se vendiese por 9.000€. Respecto a escultura, pero esta vez contemporánea, la Cabra fundida en bronce de Rolando Campos obtuvo un precio de martillo de 12.500€. Enrique Tercio Santos Molina.