Eliseo Meifren. Camino de la finca, detalle. Salida: 60.000 euros
ANSORENA COMIENZA EL AÑO CON UN GRANDIOSO PAISAJE DE MEIFRÉN
En su licitación de los días 31 de enero y 1 de febrero sobresale también un retrato de Julio Romero de Torres y una naturaleza muerta de Celso Lagar
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Hay que reconocer que uno de los fuertes de Ansorena es la venta de paisajes más o menos decimonónicos; sus coleccionistas buscan este tipo de piezas y la casa con cierta frecuencia saca a la venta óleos con calidad. En esta línea se sitúa la portada del catálogo de su próxima licitación, con un grandioso Camino de la finca, un óleo de nada menos que 250 x 192 cm (lote 631) del paisajista Eliseo Meifrén. Según cuenta la catalogación, era el mayor de una serie de seis que colgaban en el comedor de una casa palacio en Las Palmas de Gran Canaria, a donde el catalán se trasladó en 1897. Es cierto que no estamos ante esas visiones y encuadres más modernos de Joaquín Mir ni ante los colores cegadores y a veces casi planos de Santiago Rusiñol, sino ante un más modesto pintor, con mucho oficio y calidad, todo hay que decirlo. Este paisaje tiene grandiosidad, detalles muy realistas en los primeros planos y casi la mitad de cielo con variaciones de luz y de color por doquier; esta calidad unida al tamaño hace que esté justificado su precio inicial, 60.000 euros, aunque cabe adivinar que no será venta fácil.
Cercano en planteamiento está la gran acuarela del también catalán Baldomero Galofre, Barcos en la tempestad (62 x 96 cm; 628, ver), con un mar embravecido que hace que abunden los blancos y hagan fuerte contraste con el azul del mar y los tonos oscuros del navío, del velamen y del celaje. Los 5.800 euros pedidos no son una oportunidad, pero piezas del tarraconense así no se ven todos los días. Más habitual, en cambio, es la tabla del sevillano Emilio Sánchez Perrier con un típico A orillas del Guadalquivir (40 x 56 cm; 630); eso sí, con un tamaño ya mediano y su habitual calidad, percibida tanto en el dibujo de los nenúfares del primer plano como en lo esponjoso de la arboleda del fondo, que justifican los 23.000 euros pretendidos (antes de cerrar esa época, merece la pena ver con detalle la acuarela de José Villegas realizada en Roma, Joven del harén (83 x 65 cm; 471, ver), por unos nada fáciles 8.000 euros).
Si retrocedemos al siglo XVIII, me parece especialmente interesante el lienzo con Ruinas italianas (101 x 148,5 cm; 602), del círculo de Giovanni Paolo Pannini; es el mundo idealizado tardobarroco, de belleza perdida, sugerida por la serliana como foco de atención y la escultura al inicio de la exedra, y unos personajes cuyo tamaño habla de la grandilocuencia de las ruinas, al más puro estilo Piranessi. Procedente de las colecciones de Lord Mounttemple, de Evelyn Ashley, del Conde de Iveagh y del vizconde Kemsley, comenzará las pujas por 30.000 euros. Y ya que estamos con los extranjeros, sería interesante estudiar con más profundidad la abocetada tablita de 25 x 19 cm (3.000 euros; 600, ver) que la casa atribuye a Theodore Chasserieau, Diana y Acteón.
Más cercanos ya a nuestra mirada del siglo XXI, destacaría la dolorosa pero fina Naturaleza muerta (O/L, 53,5 x 73 cm; 472), del mejor periodo de Celso Lagar. Con etiquetas de París de la galería Berrie-Raspail y de M. Claude Robert, esos contornos con profundo negro de herencia francesa ofrecen formas rotundas, netas. Los 8.000 euros no dejan de ser una cantidad importante para los tiempos que corren tras la devaluación en el mercado de la Escuela de París pero, frente a los que prefieren sus visiones más amables de Honfleur o sus circos, prefiero esta época de contornos duros, nada complacientes con la pintura del momento, típica de sus iniciales años 20, de donde son, por cierto, sus mejores ventas.
También de la Escuela de París, aunque mucho más edulcorado y tardío, me parece especialmente interesante Sous la lamp, 1950 (O/L, 55 x 46,5 cm; 477) de Emilio Grau Sala, por el que se piden 12.000 euros. Pero me interesa resaltar más bien el contraste apenas nueve años después; frente a lo relamido y revisitado ya del mundo francés, y tras la herencia de Dau al Set, se ofrece un buen abstracto de Juan José Tharrats, titulado Finixondel, 1959 (Tm/L, 101 x 80 cm; 529), con calidad y tamaño, por apenas 3.000 euros… O del abreviado pero intenso Arlequín (Tm y collage/papel/L, 35 x 24 cm; 101) de Antoni Clavé, pero por el que se piden ya 12.000 euros. Y añado para aumentar el contraste, tras amable aviso de Santi Prat (ver), el lienzo de 1961 de Gerardo Rueda, Bandera, 1961 (65 x 81 cm; 104), por 9.000 euros (en mayo de 2015, Blandarte vendió, por cierto, una pieza muy similar de 97 x 130 cm por 8.500 euros).
Y la otra pieza de la que debemos hablar, sencilla pero de alguna manera importante al ser pintada por Julio Romero de Torres: Retrato de dama(óleo y temple/L, 59 x 43,5 cm; 158). Menor pues el cordobés tira de oficio y apenas introduce en el lienzo otro elemento que no sea la cara y el color, pero hay que reconocer que incluso en esa parquedad y sobriedad el retrato tiene fuerza y atractivo, y más si pensamos que se piden 16.000 euros, que subirán. Daniel Díaz @Invertirenarte