Zóbel reina de nuevo, también en Ansorena
La cita se salda con buenas ventas donde destacaron los óleos de Ortega Muñoz y Ulpiano Checa, y la chaqueta de ante donada por Julio Iglesias
Sólo había que esperar. En nuestro artículo de previos de la licitación de Ansorena (ver) ya comentamos el interés que, entre los coleccionistas, iba a suscitar una vez más el lienzo de Fernando Zóbel, El Roge, 1978 (O/L, 44 x 41 cm; lote 445), pues salía a pujas por unos, en principio, atractivos aún 34.000 euros. Expuesto en la galería Sur de Santander en 1980, donde fue comprado por un familiar de los actuales propietarios, varios coleccionistas al teléfono fueron subiendo sus pujas hasta rematarse en la cifra de 46.000 euros, que con las comisiones y los impuestos sumados, 22%, asciende a 56.120 euros. Nada nuevo bajo el sol; seguimos comprobando de una parte la pujanza del autor y confirmamos por otra que, en nuestras subastas, es uno de los autores medios más buscados, sinónimo casi de buena venta asegurada.
Hubo ayer otras ventas interesantes en el apartado del siglo XX. La siguiente más destacada fue, sin duda, la del paisaje de Godofredo Ortega Muñoz de 1967, Viñas o Rioja (O/L, 73 x 92 cm: lote 564), que pasó de 39.000 a 42.000 euros; no es que sea una gran subida, pero para los tiempos que corren no está nada mal, y más teniendo en cuenta que estas piezas hace años superaban con frecuencia los cien mil euros. En línea similar, y comprado por el mismo coleccionistas al teléfono, otro Paisaje (O/L, 50 x 65 cm; lote 568), pero de 1976 de Benjamín Palencia, pasó de 11.000 a 13.000 euros.
Lo que ya no fue tan habitual fue el ofrecimiento de 18.000 euros por Plage Grouville, 1966 (O/L, 60 x 93 cm; 562), uno de esos lienzos un poco tardíos ya de Emilio Grau Sala, un tanto deshechos y poco dibujados, de playas, que salía por 16.000 euros.
Y tres gratas sorpresas, para terminar este apartado. La venta por 8.000 euros de El agujero, 1967 (pintoescultura, 61 x 50 cm; 444), de Lucio Muñoz; la subida de 6.000 a 7.500 euros de Sin título, 2002 (A/L, 222 x 222 cm; 448), uno de esos rostros sufrientes de Santiago Ydáñez; y los 6.500 euros ofrecidos por el aguafuerte y aguatinta con carborundum, Le puisatier, 1969 (HC, 106 x 67 cm; 520), de Joan Miró.
Como comentamos, la pintura finisecular ocupaba un apartado importante en la cita, por calidad de las obras ofrecidas, por la cantidad y por los precios. Ya sabemos lo complicado que es, a día de hoy, vender en precios de hace años este tipo de pintura. Un ejemplo palmario de ello lo vivimos la pasada semana en la cita de Fernando Durán, que apenas obtuvo compradores para esas piezas compradas en el extranjero en el año 2004 y 2005 (ver).
Ansorena, ajustó más los precios de inicio y sí obtuvo algunas ventas, esperadas las más e inesperada la más alta, la adjudicada a un coleccionista online que ofreció nada menos que 40.000 euros por el wagneriano lienzo de Ulpiano Checa, Rapto de Proserpina (O/L, 165 x 101 cm; lote 130), que había salido a pujas por 38.000 euros; la obra, sigue de cerca el boceto fechado en 1888 depositado en el museo del pintor, en Colmenar de Oreja.
Entre las esperadas, la tabla de Vicente Palmaroli, Concierto de mandolina (O/T, 50 x 65 cm; 127), versión ligeramente simplificada y menos esforzada que la del Museo del Prado, subió en buena lógica de 18.000 a 20.000 euros. Y, aunque menores en tamaño, también eran esperadas las ventas por los 4.000 euros pedidos de la tablita de Francisco Pradilla, Muchacha con turbante (O/T, 36,5 x 26 cm; 132), a un coleccionista en la sala, y la subida de 4.000 a 6.000 euros del lienzo de 1887 de Ignacio Pinazo, Retrato de niño (O/L, 62 x 41 cm; 133), que sin ser especialmente atractivo, sí mostraba perfectamente su técnica y calidad, de modo singular en los lazos rojo bermellón y la tela blanca.
Menos esperado fue, aunque no extraño, el remate por 16.000 euros, dos pujas por encima de los 15.000 euros pedidos, de Preparándose para partir (O/L, 159 x 130 cm; 126), del catalán Román Ribera Cirera. Y los 12.000 euros ofrecidos desde un teléfono por la tabla del gaditano José de Cala y Moya, El pachá y sus favoritas, 1878 (O/T, 38 x 55 cm; 125), absolutamente imbuido del ambiente orientalista del momento. Por último, como parecía lógico, no hubo interesados que pagasen los 73.200 euros finales, premium ya incluido, por el lienzo de José García y Ramos, Salida del baile de máscaras (O/L, 66 x 80,5 cm; 162), que se había comprado en Sotheby’s Nueva York en abril de 2007 por 70.630 euros al cambio (96,000 USD; ver).
En la pintura antigua, dos ventas destacadas. La primera, los 20.000 euros ofrecidos en la sala por un conocido coleccionista español de pintura antigua, por la Alegoría del fuego, c. 1765/72 (O/L, 200 x 178 cm; lote 15), un modelo para la realización de las colgaduras del dormitorio de Carlos III en el Palacio Nuevo de Madrid, diseño de Guillermo de Anglois y Antonio del Castillo. Salía por 15.000 euros y fue subiendo hasta los 20.000 euros finales. Lo curioso del caso fue su pareja, Alegoría de América, de dimensiones diferentes (O/L, 232 x 150 cm; lote 16); salía por la misma cifra, 15.000 euros y fue pujado por el mismo coleccionista que, frente a una supuesta puja previa defendida por la mesa, no quiso llegar a los mismos 20.000 euros y se quedó sin vender al no superar el desconocido precio de reserva con el que Ansorena trabaja con frecuencia…
La otra venta fue la del lienzo de Mariano Salvador Maella, La adoración del Cordero místico por los veinticuatro ancianos del Apocalipsis, 1767/8 (O/; 52 x 41,5 cm; lote 25), modelo para el fresco del cuarto del obispo de la Real capilla de Palacio en Madrid; un coleccionista al teléfono ofreció 10.000 euros, cubriendo así el precio de inicio, y en esa cifra se adjudicó.
Por último, unas notas referidas a la subasta benéfica de la Fundación Real Madrid. El objeto que más caro se vendió fue una chaqueta de ante firmada y donada por Julio Iglesias (ver), que se ofrecía por 900 euros; nadie contaba con dos entusiastas admiradoras del cantante, que fueron subiendo una tras otra sus pujas hasta adjudicarse nada menos que… ¡por 11.000 euros! Esa especie de mitomanía, además de ayudar en una causa justa como son los distintos proyectos con la juventud de la Fundación Real Madrid, es la que lleva a los coleccionistas a subir sus pujas por objetos de sus ídolos vitales. Así, no fue extraño que la raqueta de Rafael Nadal se adjudicase por 5.500 euros (ver), el mono de Ferrari firmado por Fernando Alonso por 4.000 euros (ver), una bota y un guante de Iker Casillas por 2.800 euros (ver), una guitarra de Alejandro Sanz por 4.000 euros (ver), el guión de José Luis Garci de Volver a empezar, por 2.600 (ver), o un paquete VIP para la 22ª edición de los Latin GRAMMY (pareja de tickets de nivel platino para la entrega de los premios (noviembre del 2021), para la Fiesta Oficial de Celebración, para el Latin GRAMMY Premiere (donde se entregan los premios en las categorías que no son televisadas), etc.; ver) por nada menos que 8.500 euros. Como han podido leer, buenas y curiosas ventas. Daniel Díaz @Invertirenarte