Una mirada renovada a los dibujos renacentistas de la Biblioteca Nacional
Desde el pasado 15 de octubre puede visitarse en Madrid la exposición La colección de dibujos españoles e italianos del siglo XVI de la Biblioteca Nacional de España. Se trata de una ocasión única para conocer in situ parte de una de las colecciones sobre papel más importantes de nuestro país, habitualmente guardada en los depósitos de la institución por motivos de conservación. Es fruto de un proyecto de investigación que ha puesto el foco en una de las partes menos estudiadas de la colección.
La Biblioteca Nacional de España atesora entre sus fondos la mayor colección de dibujos de nuestro país. Formada durante la segunda mitad del siglo XIX, fue posible gracias a las adquisiciones hechas a José de Madrazo, Valentín Carderera y Manuel Castellano. A partir de ellas, en las últimas décadas la institución ha ido estudiándola en forma de catálogos razonados y exposiciones. De esta manera, han ido viendo poco a poco la luz los volúmenes sobre los dibujos de ornamentación desde el siglo XVI al XIX; o aquellos destinados a cubrir el catálogo razonado de artistas como Vicente Carducho, Luis Paret y Alcázar o Rosario Weis.
En esta línea de estudio y difusión de sus colecciones se presenta ahora la exposición La colección de dibujos españoles e italianos del siglo XVI de la Biblioteca Nacional de España, que es el resultado de un proyecto de investigación financiado por el Ministerio de Economía, Industria y Competitividad dirigido por los profesores de la Universidad de Alcalá, Gonzalo Redín Michaus y Benito Navarrete Prieto. La exhibición presenta setenta y siete dibujos –muchos de ellos inéditos y nunca presentados al público–, que recogen desde la primera idea del artista para una obra, apenas rasguñada sobre el papel, hasta su plasmación casi definitiva. Se articula en dos grandes secciones dedicadas al dibujo italiano y español del siglo XVI. El dibujo italiano se estudia a través de sus diferentes escuelas, desde la toscana a la romana, pasando por Venecia, Génova o Lombardía. Los exquisitos dibujos de Parmigianino, quizá los folios más atractivos de toda colección, compiten en belleza con algunos dibujos inéditos ahora atribuidos a Orazio Samacchini, Camillo Procaccini y Bartolomeo Passerotti, todos ellos reflejo de esa sensibilidad creciente del nuevo siglo –el XVII– que se aprecia en sendos diseños de Agostino Carracci y Guido Reni.
Muy interesante es el apartado dedicado al dibujo romano, en el que se incluyen dos importantes cuadernos. El primero se abre en la primera ilustración de la vida de Alejandro Farnesio diseñada por Giovanni Guerra. El segundo, que es además un referente para el estudio del coleccionismo del dibujo ya durante el siglo XVII, fue propiedad del VII marqués del Carpio. De él se muestra un estudio preparatorio para la bóveda de la capilla del romano Palacio Mattei realizado por Giuseppe Agellio.
El nexo de unión entre Italia y España, con El Escorial y su decoración pictórica como epicentro, está representado por artistas de la talla de Federico Zuccari, Luca Cambiaso o Giovanni Battista Castello «il bergamasco», de los que se muestran dibujos relacionados no solo con su actividad al servicio de Felipe II, sino también con sus lugares de origen. Como complemento, el dibujo español presenta grandes hallazgos de figuras capitales del Renacimiento en nuestro país como Damián Forment, Pietro Morone, Luis de Vargas o Angelino de Medoro, que se combinan con otros diseños ya conocidos de Gaspar Becerra, Blas de Prado o Francisco Pacheco. La colección de dibujos españoles e italianos del siglo XVI de la Biblioteca Nacional de España podrá visitarse hasta el próximo 16 de enero. Para la ocasión se ha editado un catálogo razonado que se suma a la versión italiana titulada Disegni spagnoli e italiani del Cinquecento della Biblioteca Nacional de España, editada por De Luca Editori d’Arte, que vio la luz a principios de este año.