Una cierta mirada a los últimos 60 años de América Latina en el Reina Sofía

Una cierta mirada a los últimos 60 años de América Latina en el Reina Sofía

Hasta el 13 de octubre el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía acoge la exposición Giro gráfico. Como en el muro, fruto de la colaboración con la Red Conceptualismos del Sur (RedCSur), una plataforma de investigación internacional que ellos describen como un “posicionamiento plural Sur-Sur”, que ya tuvo fruto en una muestra Perder la forma humana. Una imagen sísmica de los años ochenta en América Latina, celebrada hace diez años en el mismo museo. Tras su clausura en Madrid, Giro Gráfico viajará al Museo Universitario Arte Contemporáneo de UNAM (MUAC) en Ciudad de México.

Francisco Toledo. Papalotes de los desaparecidos. 2014. Centro de Documentación Arkheia, MUAC, UNAM-DIGAV

Comisariada por Red Conceptualismos del Sur, en la que participan cinco personas y casi una treintena de investigadores de numerosos países americanos, la selección de piezas y documentos abarca 60 años, desde la década de los 60 hasta la actualidad, reflejando episodios acaecidos tanto en América Latina, El Caribe o incluso los Estados Unidos y pone el foco en las violaciones de derechos humanos y de censura que también han denunciado intelectuales americanos y europeos. El concepto de giro está ligado a revuelta, a desafío al poder y cuestionar lo que viene impuesto.

Los responsables de este proyecto colectivo han agrupado la exhibición en nueve conceptos: Gráficas intempestivas, Arseñal, Cuerpos gráficos, La demora, Persistencias de la memoria, En secreto, Pasafronteras, Territorios insumisos y Contracartografía, que aglutinan y relacionan casos muy diversos y distantes, intentando no imponer un relato lineal, restringido a geografías estancas. Además se han habilitado dos espacios llamados Ágora del presente y Biblioteca cuir. En el primero se incluyen referencias a acciones gráficas muy recientes -vinculadas, por ejemplo, a la lucha por la despenalización del aborto en Argentina o al proceso constituyente en Chile- y, en el segundo, el público encuentra fanzines y publicaciones independientes que puede leer plácidamente.

Colectivo Fuentes Rojas. Bordando por la paz y la Memoria. Una víctima, un pañuelo, 2011-2019. Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía. Depósito indefinido de la Fundación Reina Sofía, 2019 (Donación del Colectivo Fuentes Rojas)

En la primera sala, dedicado a Gráficas intempestivas, se observan gráficas que se  caracterizan por su transtemporalidad. En ellas se entrecruzan y retroalimentan prácticas muy recientes con otras ocurridas desde los años 60 en adelante. Así, ‘Resistencias tipográficas’ convoca la imprenta de tipos móviles para componer con tipografías tradicionales de madera y metal sus afiches, retomando el gesto que el artista argentino Juan Carlos Romero (1930-2017) inició con su instalación Violencia, en 1973. Y también se puede citar el Grupo Mira que circuló, mediante copias heliográficas, en la Ciudad de México, un conjunto de signos críticos a los medios masivos, la modernidad urbana, la corrupción estatal. Las resonancias se prolongan en la invención de un vocabulario gráfico emplazado en las calles en medio de la revuelta estudiantil uruguaya y la resistencia contra la dictadura en Chile.

En La demora se contrapone la inmediatez de algunas respuestas gráficas a las protestas con la forma más lenta de producir imágenes con otras prácticas como el bordado y el tejido, que han sido utilizadas por diversos colectivos. Uno de ellos quizá sea El Salvador, un país del que se reúne un conjunto de testimonios realizados por mujeres de ese país durante el conflicto armado (1980-1992). Los bordados denuncian las capturas y torturas, los bombardeos o las masacres ejecutadas por el ejército y suponen un ejercicio de memoria histórica. Las telas con sus historias bordadas eran entregadas a los visitantes extranjeros en los campos de refugiados en busca de solidaridad internacional.

Otro concepto importante es Persistencias de la Memoria, en la que se incluyen algunas prácticas activistas y piezas en torno a la memoria histórica en las que se han recuperado técnicas, estrategias visuales o consignas que han surgido de las luchas por no olvidar en diversos países, desde el cartel de Natalia Iguiñiz (1973, Perú) Mi cuerpo no es el campo de batalla (2004) -que subvierte la obra de Bárbara Kruger Your Body is a battleground, de 1989- para denunciar la violencia sexual acaecida en Perú, un país en el que durante la dictadura de Fujimori se llevó a cabo un programa de esterilizaciones forzadas.

También se puede ver algún proyecto colaborativo como Postales para la memoria, que convocó a la ciudadanía a diseñar postales para las víctimas, utilizando internet como plataforma. El drama de los desaparecidos en México, donde se ha denunciado cien mil casos en los últimos años, vuelve a figurar en esta zona de la exposición a través del proyecto de intervención en espacios públicos como Huellas de la Memoria, que surge en 2014 y donde cada año, en el Día de la Madre, se congregan cientos de personas de toda Centroamérica para reclamar una búsqueda incesante.

Exposición GIRO GRÁFICO. COMO EN EL MURO LA HIEDRA. Mayo, 2022. Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía. Archivo fotográfico del Museo Reina Sofía.
Colectivo Vao Bandeira "Canalha", 2016. Colección del colectivo.

La muestra también recoge algunas de las iniciativas surgidas en Estados Unidos ante el aumento de asesinatos de personas afroamericanas por parte de la policía, como la serie I Am and My Life Matters (Yo soy y mi vida importa) (2011-2020) que ahonda en las reclamaciones del movimiento Black Lives Matter a partir del retrato y el nombre de algunas de las víctimas, como Eric Garner o Trayvon Martin.

De la experiencia de La Voz de la Mujer, una cooperativa gráfica feminista formada por migrantes bolivianas y paraguayas radicadas en Argentina, surgió la noción de una gráfica Pasafronteras, un término que remite a saberes que rebasan los límites geopolíticos y que da título al siguiente espacio de la exposición. Otro ejemplo actual de esta gráfica pasafronteras es Zapantera Negra, un proyecto impulsado por el colectivo EDELO (En Donde Era la ONU), formado por los artistas Caleb Duarte y Mia Eve Rollow, para conectar el imaginario visual de las Panteras Negras con las luchas rurales de las comunidades mayas en Chiapas dentro del movimiento zapatista.

Otro espacio está dedicado a Los territorios insumisos, que alude a modos de resistencia empleados por personas, colectivos y pueblos de lugares rurales o urbanos, entendiendo que el ‘territorio’ no es un pedazo de tierra, sino un concepto más amplio que incluye las formas de vida que lo habitan y cuya sostenibilidad debe preservarse. Sus tácticas insumisas se valen de materiales tan diversos como inscripciones gráficas, sellos, bordados, o carteles, entre otros.

El itinerario diseñado por el equipo coordinador de la Red Conceptualismos del Sur nos lleva hasta el claustro de la tercera planta del edificio Sabatini, donde se muestran las Contracartografías producidas por colectivos como el Grupo de Arte Callejero e Iconoclasistas (Argentina), Bureau d’Études (Francia) y Redretro (México). En oposición a la cartografía tradicional, estos mapas de gran tamaño denuncian las relaciones de dominación y explotación en el mundo y visualiza zonas afectadas por problemáticas sociales y económicas, con el objetivo de reivindicar políticas de memoria frente al olvido de las víctimas en diversos conflictos.

En una sala adyacente al claustro se reúne bajo el título Arseñal – un neologismo que nace de cruzar los conceptos “arsenal” y “señal”- una serie de herramientas que han sido usadas en manifestaciones callejeras (fotografías, pancartas, banderas, etc.) que fueron reutilizados en diferentes espacios y momentos históricos por parte de la ciudadanía. Se hace referencia, por ejemplo, a la campaña por “100 artistas argentinos desaparecidos” organizada por la Asociación Internacional de Defensa de Artistas Víctimas de la Represión en el Mundo (AIDA) -creada en 1979 en Francia y que se expandió a distintas ciudades europeas.

Y de ahí a Cuerpos gráficos,  un conjunto de acciones que proponen el cuerpo (colectivo e individual) como soporte de la gráfica. Son prácticas realizadas en la calle a modo de denuncia o de demanda con materiales precarios y fuera de la gráfica canónica. Entre ellas figuran algunas realizadas por la artista chilena Luz Donoso (1921-2008) a finales de los 70 y principios de los 80 durante la dictadura de Pinochet.

Y por último, la zona En secreto, dedicada a los colectivos de liberación sexual surgidos en los años 70 y 80 en América Latina, que pusieron en circulación, a veces de forma clandestina, acciones gráficas para politizar el espacio público, además de formar grupos de lectura y redes de intercambio en torno a la edición de revistas y boletines.