Un doré singular, entre las nuevas adquisiciones del Museo de Bilbao
Se ha presentado en el Museo de Bellas Artes de Bilbao un conjunto de obras donadas o adquiridas en la segunda mitad del pasado año, cuyo ingreso fue aprobado por el Patronato del Museo el pasado mes de diciembre. Entre ellas e destaca un óleo de Gustavo Doré, Los vagabundos (1863), adquirido gracias a las aportaciones de Amigos del Museo, colectivo que en 2020 ha crecido un 10%. Junto a esa pintura se pueden mencionar piezas de Rafael Canogar, Vicente Ameztoy, Itziar Okariz, Ana Laura Aláez, Ibon Aramberri, Josu Bilbao, Juan Carlos Eguillor y José María Yturralde. Al acto asistieron Miguel Zugaza, director del museo; Javier Novo, coordinador de Conservación e Investigación; Miriam Alzuri, conservadora de Arte Moderno y Contemporáneo; y Jose Luis Merino Gorospe, conservador de Arte Antiguo.
Como se esbozaba en el párrafo anterior, una de las más importantes aportaciones de los Amigos del Museo y también una adquisición muy relevante de 2020, realizada en una casa de subastas madrileña, ha sido el cuadro de gran formato del pintor e ilustrador francés, Gustavo Doré (Estrasburgo, Francia, 1832-París, 1883), con el título de Los vagabundos, pintado tras uno de sus viajes a España en 1863, donde Doré revela la inclinación que tenía por representar a bohemios y personas excluidas de la sociedad, ya fueran mendigos o feriantes.
La composición encarna un periodo muy relevante del arte europeo del siglo XIX caracterizado por el enorme atractivo generado por la cultura y las costumbres españolas. A mediados del siglo XIX hubo una fuerte moda por lo español, tanto en el arte como en la literatura y otros aspectos de la vida cotidiana, una tendencia que tuvo su origen en los años del Romanticismo.
Sin embargo fue unos años después, durante la década de 1860, cuando ese interés creció de forma notable. A partir de ese período, atraídos por cierto exotismo fueron llegando escritores franceses Prosper Merimée, Teophile Gautier o Alexandre Dumas, o pintores como Edouard Manet, Henri Regnault, Georges Clairin o Jules Worms, cuyas vivencias quedaron reflejadas en el libro Souvenirs d’Espagne.
En ese contexto puede mencionarse el viaje que hizo Doré en 1862 con el barón Jean-Charles Davillier, quien escribió varias crónicas que fueron ilustradas por Doré y que se publicaron por entregas desde 1862 a 1873 en la revista Le Tour du Monde. Un año más tarde Hachette publicó con el título Voyage en Espagne la recopilación de esos artículos, teniendo una amplia difusión.
Para Gustavo Doré este periplo por España resultó clave para su producción como artista, ya que sus obras proyectaron el mito de España como un lugar exótico para el imaginario popular en Francia. Muchos de los temas del paisaje y paisanaje español no se limitaron a reflejarlo en obras sobre papel, sino que muchos de ellos tuvieron una versión pictórica, aunque no obtuvo tanto reconomiento como el de su faceta de ilustrador y dibujante. Aunque sí se puede destacar su labor como pintor en su trayectoria porque fue ambicioso en los formatos y en los temas que elegía para representar, lo que justifica el éxito que tuvo de crítica y público en esa época, tanto en sus exposiciones en Francia como en Londres.
Ahora este singular óleo de Gustavo Doré, Los vagabundos, se exhibirá en la sala O (otredad) del alfabeto del Museo de Bilbao, lo que sin duda va a reforzar el vínculo de la pintura europea con España y la escuela española, fermento moderno de las trayectorias de artistas claves de la colección del Museo y de autores como Ignacio Zuloaga, Juan de Echevarría o José Gutiérrez Solana, entre otros.
El año pasado el Museo de Bellas Artes de Bilbao dedicó una retrospectiva a Vicente Ameztoy (San Sebastián, 1946-2001), que previamente se había visto en Madrid, aunque con menos obras. Y ahora esa apuesta se refrenda con la adquisición de uno de sus originales retratos pintados sobre espejo, una obra fechada en 1970, sin título, que se puede ver en la sala E (Espejo).
Además gracias a los Amigos del Museo se han adquirido obras de artistas contemporáneas como Variation sur la même t’aime (1992), de Itziar Okariz (San Sebastián, 1965), perteneciente a una de las primeras series fotográficas de la artista, que ya está en la sala Y (Yo). Y junto a esa pieza algunos trabajos en video como Trepar edificios. Abando RENFE, Plaza Circular, Bilbao (2003) y Las estatuas (Jorge Oteiza, “Mi mujer”) (2018), así como la donación de su obra sonora Aplauso (2011) que se presenta en la sala TX (Etxe).
Y una instalación de Ana Laura Aláez (Bilbao, 1964), Cabeza-Espiral-Agujero-Puño-Esperma-Nudo (2008), que está formada por seis oscuras formas escultóricas colgadas sobre el muro. Una obra que fue creada para su exposición individual Pabellón de escultura, celebrada en el MUSAC de León. Junto a esa pieza ingresa en el Museo el video Butterflies (2004), que se proyecta en la sala H (Heads & Hands).
Entre los vídeos que ahora se incorporan cabe mencionar el que produjo Ibon Aranberri (Itziar-Deba, Gipuzkoa, 1969) en 2009 cuando grabó en el interior de la cueva de Iritegi (Oñati) antes del desmontaje de la estructura metálica con que Aranberri la había cerrado en 2003, una acción, esta última, que dio como resultado la escultura Zulo beltzen geometría, recientemente incorporada al museo. Y asimismo una escultura de Josu Bilbao (Bermeo, 1978), expuesta en la sala 32 y de título sarà-sarà, realizada durante el confinamiento. Junto a ella el artista ha donado una carpeta con bocetos y documentación relativa al montaje de la obra esàk-esà, que se instaló en 2018 en el hall moderno del museo con motivo de la exposición Después de 68.
Entre las donaciones recibidas el pasado año sobresale la que se hizo en memoria de Jorge de Barandiarán, director del Museo de Bellas Artes de Bilbao entre 1983 y 1996, recientemente fallecido. Son dos álbumes de recuerdos artísticos que pertenecieron a la mítica galería Lúzaro de Bilbao, un espacio expositivo que él dirigió junto con Asís Aznar y la colaboración de Carmen López-Niclós. Su actividad fue clave para la vida artística de Bilbao y el desarrollo de las artes plásticas de Euskadi en la década de 1970.
La donación está compuesta de 67 originales de los principales artistas que formaron parte del programa expositivo de Lúzaro, centrado en el arte de vanguardia, tanto de artistas españoles, como Rafael Canogar, Luis Feito, Lucio Muñoz, José María Yturralde o Francisco Peinado, como especialmente vascos como Marta Cárdenas, Juan Luis Goenaga, Andrés Nagel, Carmelo Ortiz de Elguea, Remigio Mendiburu o Juan Carlos Eguillor (San Sebastián, 1947-Madrid, 2011), de quien además, el museo ha recibido de una colección particular el cartel que Eguillor realizó en 1978 para conmemorar la primera Aste Nagusia bilbaína de la democracia.