Un bello florero de Jan Brueghel el joven en Ansorena

Un bello florero de Jan Brueghel el joven en Ansorena

Atractiva cita para los días 17 y 18 donde también destacan dos cartulinas de Óscar Domínguez

De tarde en tarde sale, en nuestro un tanto exiguo mercado nacional, una pieza que, dada su calidad, tamaño y autor, está llamada a brillar mucho más. Y pienso que el Cesto y frutero (tazza) con flores (O/T, 59 x 66 cm; 28) de Jan Brueghel II, el Joven (1601-1678), que ofrece Ansorena por 130.000 euros, podría ser una de ellas.

Formado en el taller de su padre Jan Brueghel, en este tipo de composiciones florales sigue los modelos aprendidos aportando con un toque más colorido y alegre, propio ya del barroco en el que se mueve y de un pintor con más brío y juventud. De calidad evidente, viendo los remates en el extranjero no sería para nada extraño que, gracias a algún coleccionista extranjero, subiese varias pujas. No en vano una pieza prácticamente idéntica como A basket and a tazza with roses, tulips and lilies, pero de 53,7 x 78,4 cm, se vendió en Dorotheum Viena en octubre pasado por 158.959 euros (remate, 128.000 euros). También Still Life of Flowers in a Basket on a Stone Ledge (O/T, 52,7 x 80,4 cm), muy parecido al que ahora sale a pujas pero sin la copa trasera que aporta no sólo una composición más interesante sino una nueva superficie gracias al bronce, alcanzó en Sotheby’s Londres en diciembre de 2014 las 218,500 GBP (275.747 euros, premium incl.).

Si avanzamos en el tiempo y nos incorporamos al siglo XIX, destacaría cuatro lienzos. El primero, el buen Retrato de María de Hahn y Echenagusia, 1890
(O/L, 81,5 x 65,5 cm; 29) de Raimundo de Madrazo. Si bien es cierto que es un tipo de pintura que cada vez tiene menos adeptos en nuestro país, sí hay aún coleccionistas en el extranjero que buscan este tipo de pintura. Prueba de lo primero es que salió a pujas en enero de 2004 en Durán desde 24.000 euros y, aunque se adjudicó por 40.000, su precio de salida ahora es de 24.000 euros; y prueba de lo segundo es que un retrato femenino de cuerpo entero y más complejo como La cita (O/L, 101,6 x 76,2 cm), alcanzó en abril pasado en Christie’s Nueva York los 52,600 USD (37.957 euros, premium incl.) en abril de 2014.

En esta línea preciosista, aunque vinculada más al mundo rural y costumbrista que a los retratos de las altas clases, se sitúan los óleos del alicantino Joaquín Agrasot, Costurera valenciana en el porche (O/L, 67 x 32,5 cm; 506), que se ofrece por 6.000 euros, y el del sevillano José Villegas, Personajes en el pueblo (O/L, 87 x 64,5 cm; 507) por 7.000 euros; buenas opciones, sin duda. Y de José Navarro Llorens, Niños con burros en el campo (O/L, 56 x 70 cm; 511), publicado en el tomo VI de Cien años de pintura en España y Portugal, 1830-1930; se ofreció en Segre en diciembre pasado por 27.000 euros y se ofrece ahora por 20.000 euros.

De la primera mitad del siglo XX, no pasen sin detenerse en los dos gouaches sobre cartulina del canario Óscar Domínguez: Mujer recostada, c. 1946 (20,6 x 27,8 cm; 190) y Mujeres en el balcón, c. 1948 (28 x 20,5 cm; 191). 11.000 euros se piden por cada uno de ellos; precio más que asequible  si tenemos en cuenta que en la cita pasada de esta misma casa, en noviembre, el delicado gouache de La costurera (27,8 x 20 cm) subió de los 15.000 euros iniciales hasta unos nada despreciables 24.000 euros (29.040 euros, premium incl.); y aunque éstos son más sencillos, tienen indudablemente su encanto.

Y ya que estamos con obras sobre papel, vean con detalle algunas oportunidades de piezas que por tener un soporte menor podrían pasar desapercibidas. Me refiero a los tempranos papeles de 1954 de Guinovart (87; 1.250 euros) y de Manuel Hernández Mompó (179; 1.200 euros), el 176 de Barjola (1.000 euros), y los paisajes de García Ochoa (211; 400 euros) y de Francisco Llorens (409; 950 euros).

Interesante también -porque ya hemos conocido sus sucesivas ventas en Durán-, es el gran lienzo de Meriem Mezian: Costa de Marruecos, 1974 (O/L, 113 x 196 cm; 567); los 60.000 euros que se piden dado el tamaño más que la temática, lo situarían como su obra más cara hasta el momento, superando los 55.000 euros pagados en Durán en enero pasado por su mucho más típico Concierto (O/L, 124 x 195 cm).

Y por último, aunque no por ello menos importante, dos magníficas piezas del pleno siglo XX. La primera, un Espejo hermético I, 1971 (Tm/T, 130 x 89 cm; 175), de esos que no se ven con frecuencia en nuestro panorama, de Manolo Rivera. Con etiquetas de las galerías Juan Mordó, de Madrid, y Georg Dahlberg, Estocolmo, se piden 22.000 euros; y aunque es cierto que a día de hoy el mercado no le ha concedido aún el peso (ni el precio) que sin duda tendrá, quizá, por eso mismo, puede ser mejor compra. Y de Gerardo Rueda, un aparentemente simple, pero exquisitamente delicado Homenaje a Zurbarán III, 1965 (pintura sobre lienzo y madera, 102 x 83,5 cm; 192), para paladares muy exigentes, verdaderos, que ya conozcan los matices de sus composiciones…, y que vean los 25.000 euros iniciales como una verdadera oportunidad, lo cual no es nada fácil… Daniel Díaz @Invertirenarte