Ucelay, centro de las miradas en Goya

Ucelay, centro de las miradas en Goya

Interesante colección de pintura vasca en la cita del día 23

José María de Ucelay (1903-1979) es de esos pintores que se escapan de las manos, que no se dejan encerrar en un sencillo adjetivo. Formado en París desde 1922, en 1936 fue nombrado director de Bellas Artes del Gobierno vasco. Tras dirigir el pabellón de Euskadi en la exposición de París de 1937, se exilia al Reino Unido donde vivió más de diez, lo cual también ayuda a entender su peculiar mirada, barroca, colorista y con un asombroso dominio de la línea, del modelado, del claroscuro, que le conceden una plasticidad absolutamente genuina.

Según su biógrafo Kosme de Barañano, sus cuadros poseen un misterioso poder por “su sentido del espacio, del aire y de la atmósfera que circunda a las figuras”; y sentencia: “Su obra es un puente que separa la pintura de nuestro tiempo y aquella de la gran tradición».

Goya ofrece dos piezas de gran calidad. La primera, un muy buen Retrato del Padre Donosti (O/táblex, 97 x 95 cm; 158), expuesta en la galería Toisón de Madrid (1957, núm. 8), Guernica (1975, núm. 11) y en la retrospectiva de la BBK «Ucelay» (Bilbao 2003, núm. 7). Su precio de salida, 12.000 euros. Y la segunda, un más historiado e igualmente preciosista Cesta punta, c.1962 (O/L, 88 x 62 cm; 159), que también estuvo en la muestra de Guernica (1975, núm. 21) y en la de la BBK (Bilbao 2003, núm. 16; cat. 16, pág. 64); su precio es de 20.000 euros.

Apenas hay obra de su mano en el mercado, y la poquísima que ha salido no se ha vendido: su también buen Retrato del cazador (O/L, 150 x 161 cm), pintado hacia 1961 salió a pujas en Sala Retiro en marzo y en diciembre de 2006 por 78.000 y 55.000 euros, pero que hubo interesados; y en marzo de 2014, Gran Vía de Bilbao ofreció un tardío Las artes: danza, música, pintura, 1975 (O/táblex, 52 x 58 cm) por 22.000 euros, pero tampoco apareció comprador…

El resto de la colección de pintura vasca tiene un interés menor por ser obras más tardías, lejanas al esplendor de los Zubiaurre, Arteta, Guiard, etc. De hecho, la acuarela de Anselmo Guinea, Pescadora en el puerto (24,5 x 20,5 cm; 162), que sale por 150 euros, es un pálido reflejo de las que hizo, con mucha calidad, en Capri y sus años romanos. De Jenaro Urrutia, se ofrece un volumétrico Bodegón con florero, Virgen y frutas (O/L, 78 x 75 cm; 155) por 2.500 euros; de Jesús Apellániz, Aldea vasca (O/L, 60 x 73 cm; 153) y Camino de Logroño, Laguardia (O/L, 60 x 73 cm; 156) por 600 euros cada uno; y de Antonio Santafé, Niebla. Mundaca, Vizcaya, 1972 (O/L, 60 x 73 cm; 154) por otros 600 euros. Hay también piezas de Carlos María Mieza (168 a 173, y 179-180) y de Ángel Larroque (187 y 188). Insertado por la temática, aunque muy encima de todos ellos, sale a pujas de nuevo el ya conocido Monte Ulía. San Sebastián, 1917 (O/L, 52,4 x 72,2 cm; 189) de Joaquín Sorolla, regalo del pintor al poeta Juan Ramón Jiménez y a su esposa Zenobia Camprubí; con certificado de Blanca Pons-Sorolla, esta vez su salida es nada menos que de 300.000 euros, intentado aprovechar quizá el tirón vasco…

Del final del siglo XIX y comienzo del XX, debemos destacar tres obras. La primera, una acuarela de buen tamaño del filipino Juan Luna, Anciano (84 x 42 cm; 129), que se ofrece con una salida de 2.500 euros; como venimos diciendo con autores de este origen, no sería extraño que subiese; recordemos que en junio pasado, en Claude Aguttes, su Franciscain et jeune femme, 1880 (59 x 40 cm) subió de 2.000 a 25.000 euros… De José Navarro Llorens, un lienzo con calidad, Gitana en un burro (57 x 65 cm; 194) por 3.000 euros; y de Fernando Álvarez de Sotomayor, su Estudiante de Santiago de Compostela (O/L, 95 x 74 cm; 195), saldrá por 6.000 euros.

Y en pintura antigua, tres sugerencias para ver con detalle. De Escuela española, de finales del siglo XVI o comienzos del XVII, Retrato de Dña. Ana de Austria (O/L, 152 x 115 cm; 37) por 3.000 euros; de Escuela italiana, siglo XVIII, una Natividad (O/L, con inscripción Franco. Herrera Pinx., 52 x 66,5 cm; 74) con calidad y buen tamaño por 1.000 euros; y un Cristo atado a la columna (O/L, 116 x 79 cm; 77), atribuido a Juan Fernández Navarrete, el Mudo, por 12.000 euros. Daniel Díaz @Invertirenarte