Me temo que para el gran público, Eduardo Rosales (1836-1873) sigue siendo un gran desconocido a día de hoy, una de esas figuras de las que hablan a veces los especialistas pero que, en realidad, no termina de entenderse exactamente por qué. Algo de eso le sucedió en vida al propio pintor, sobre todo con sus últimas obras cuya técnica fue absolutamente incomprendida.
En ARS Magazine respetamos tu privacidad. Utilizamos cookies estrictamente necesarias para garantizar el correcto funcionamiento de nuestro sitio web. Asimismo, utilizamos cookies opcionales con fines estadísticos y analíticos para personalizar tu experiencia de navegación y presentarte información acorde a tus preferencias. Tienes la opción de aceptarlas todas, de ajustar su configuración según tus preferencias o de rechazarlas. Asumiremos que está de acuerdo con esto, pero puede optar por no participar si lo desea. Leer más