En estos atribulados momentos que nos está tocando vivir, supone para mí un pellizco de tristeza escribir una necrológica del que fue mi gran amigo y compañero, el profesor Vicente Lleó Cañal, una de las figuras más representativas de la historia del arte español, junto a otros que ya se fueron, Juan Antonio Ramírez o el maestro Antonio Bonet. Catedrático de esta disciplina en la Escuela de Arquitectura y en el departamento de Historia del Arte de la Universidad de Sevilla, su erudición y afición a las letras la heredó de sus antepasados, bisabuelo y abuelo, que ostentaron la dirección de la Real Academia de Buenas Letras sevillana. Anglófilo convencido, dominaba además de esta lengua, el francés, tenía conocimientos de alemán e italiano, además del latín y griego que hablaba y traducía en clase ante el estupor de los estudiantes. Lector y estudioso incansable obtuvo desde muy joven importantes premios antes de presentar su tesis doctoral titulada Nueva Roma. Mitología y Humanismo en el Renacimiento sevillano, que se convertiría desde su publicación en un clásico para los investigadores de la historia del arte del siglo XVI. Su novedosa interpretación de la historiografía sevillana del Renacimiento inició una corriente de distintas vías de investigación sobre el tema que permitió a alumnos y estudiosos otros enfoques de la Sevilla quinientista.