Con muy buena afluencia de público por la expectación creada, la sala fue decorada con unas imponentes fotografías de Juan Adrio de las paredes de la Catedral de Santiago. Ventas y público respondieron a esta llamada, vendiendo gran parte de las piezas ofertadas, muchas de ellas con interesantes subidas, lo que viene a demostrar que el interés por el arte medieval sigue in crescendo.