La expectación creada con esta obra no podría ser más elocuente. En las últimas licitaciones que la sala de ventas ha dedicado a arqueología, las piezas procedentes de Egipto han sido las que han cosechado resultados por encima de la media. Recordemos, por ejemplo, el retrato de Amenhotep III, que el pasado octubre saltó de los 300.000 dólares de estimación máxima hasta 1,3 millones de dólares. O también la cabeza de Sekhmet rematada en 600.000 libras, frente a su estimación máxima de 150.000 libras, el pasado julio en Londres. No es de extrañar, por tanto, que esta vez se haya decidido no publicar el precio estimado del lote estrella y así añadirle algo más de misterio.