Si siempre es una alegría que salga al mercado una pintura del sevillano Bartolomé Esteban Murillo (1618-1682), todavía lo es más cuando se trata de este tipo de obras de calidad contrastada, tan características de su mano, con una santa coronada sobre fondo oscuro, casi tenebrista, y con la mirada hacia el cielo mientras sostiene la espada con la palma del martirio: Santa Catalina de Alejandría (O/L, 121 x 91 cm; lote 614).