El Museo que lleva su nombre acoge en las salas superiores de la colección permanente una veintena de piezas de orfebrería, nácar y cristal de roca, además de un par de pinturas y esculturas procedentes de los fondos de la familia Thyssen-Bornemisza. La muestra, que contribuye a una visita más enriquecedora de los fondos habituales, se inaugura justo hoy, día en el que Hans Heinrich hubiese cumplido 100 años.