Sotheby’s, lo que la verdad esconde

Sotheby’s, lo que la verdad esconde

Las ventas de Modigliani, Picasso, Van Gogh o Malevich dejan 683 millones de dólares en dos días; grandes cifras, pero muy por debajo de lo esperado por la casa

El pasado jueves día 5, Sotheby’s facturó 306 millones de dólares en su subasta de arte Impresionista y Moderno; el día anterior, la venta de la colección del último directivo de Sotheby’s, A. Alfred Taubman, produjo 377 millones, lo que hace un total de 683 millones. Sin duda, son cifras astronómicas, pero ¿cómo ha percibido el mercado estas ventas y cómo ha quedado Sotheby’s tras las subastas?

Si tenemos en cuenta que las cifras de las estimaciones se ofrecen sin las comisiones y los impuestos, y las cifras de la facturación los incorporan ya, los 306 millones del jueves muestran estar ligerísimamente por encima de la estimación: 275,6 a 369,2 millones. El día anterior sucedió lo mismo con los apenas 377 millones de la venta de colección Taubman, más cerca aún de la estimación baja, 374,8 millones (la alta ascendía nada menos que a 526,6 millones).

Parece claro, pues, que las estimaciones de ambas licitaciones fueron excesivamente optimistas. Y al venderse bastantes lotes por debajo de esa estimación, la imagen de menor interés y, en cierto modo, de fragilidad es muy evidente.

Y con ello Sotheby’s tiene ahora dos problemas serios. El primero, de imagen, pues esta semana es la gran venta de Christie’s, su competidora por excelencia, con piezas sobresalientes entre las que destaca el gran Desnudo de Modigliani por el que se estima una venta superior a los cien millones de dólares. La segunda, y quizá más grave, es que por subastar la herencia de su directivo Taubman, Sotheby’s ofreció una garantía de 500 millones de dólares a sus herederos, que por ahora no ha recuperado… Y esto es lo que realmente queda, por encima de los grandes lotes vendidos, de los records y de los no vendidos.

 

Pasemos ahora a resumir brevemente los resultados de ambas subastas.

En la de Taubman, el 90% de los lotes encontraron comprador. Destacó la venta del Modigliani, Portrait of Paulette Jourdain, c. 1919 que habiendo comenzado sus pujas por 17 millones, fue escalando posiciones hasta superar la estimación de 25 a 35 y adjudicarse por 38 millones, el precio más alto de la velada, que se queda finalmente con comisiones e impuestos ya incluidos en los 42,8 millones de dólares.

En una línea semejante, se ofrecían dos piezas importantes de Mark Rothko, cada una estimada entre 20 y 30 millones. Incluido ya el premium, Untitled (Lavender and Green), 1952 alcanzó los 20,4 millones –los pagó, por cierto, el mismo que se llevó el Giacometti por 4,2 millones de dólares sin premium-, mientras Nº 6/ Sienna, Orange on Wine, 1962 se quedó en apenas 17,6 millones.

Otra nota verdaderamente alegre fue el récord obtenido por Frank Stella, quizá motivado por su gran retrospectiva actual en el Whitney Museum; y así, su Delaware Crossing, 1961 comenzó sus pujas por los ocho millones de la estimación baja y fue escalando cifras hasta el cierre de martillo por 12 millones, que son 13,7 millones con premium incluido. Recordemos en este sentido que su anterior record era 6,6 millones, justo hace un año en Christie’s.

Sin embargo, como decíamos, muchos lotes se vendieron por debajo de la estimación. Un primer ejemplo de ello puede ser el de Picasso, por cuyo Femme assise sur une chaise, 1938 – propiedad de Versace por un tiempo-, se pedían 25/35 millones; las pujas en la sala subieron de los iniciales 14,5 millones hasta los 17 millones, momento en que entraron en juego Giancarlo Giammetti y su compañero, el diseñador y coleccionista Valentino, hasta que se retiraron al llegar a los 17,7 millones; con premium, 20 millones, muy lejos de los 25 estimados…

Similar fue la puja por el Willem de Kooning, Untitled XXI, 1976, estimado también entre 25 y 35 millones; dos coleccionistas subieron las pujas desde los 14 millones hasta los 22, que con premium se quedan en 24,9 millones.

Otros interesantes datos… Por el Schiele adjudicado por el martillo por 1,4 millones,  Taubman pagó 299,500 dólares en 1999; el otro, Seated Male Nude fue vendido por 3,4 millones al mismo comprador que pagó 14,8 millones de dólares por el temprano lienzo de Clyfford Still que Taubman compró en 1981. En cambio, por La Sieste de Picasso vendida por apenas 650,000 dólares, Taubman lo compró en 2013 por nada menos que 1,3 millones…

 

La licitación del jueves siguió por unos derroteros bastante similares. Tres cuartos de los 47 lotes ofrecidos fueron vendidos, y el intermediario parisino Christian Ogier comentó que “The prices are still so high, with the house pushing the estimates too hard. It doesn’t make for lively bidding».

La sorpresa de la velada fue la venta por 67,5 millones de dólares del Picasso de la época azul. La Gommeuse, 1901, pintada con apenas 19 años, muestra un terrible, deformado y melancólico desnudo de cabaret con labios rojos, breve tocado rojo en su pelo, y una singular historia en su parte trasera. Comprado por William Koch en Sotheby’s London en 1984 por 1,4 millones de libras, los 67,5 millones pagados muestran su revalorización y la fuerza de este breve periodo del malagueño.

La segunda gran venta de la tarde fue la del Paysage sous un ciel mouvementé, 1889 de Van Gogh; pintado en Arlés un mes antes de su ingreso en el sanatorio de Saint-Rémy, se pedían unos 70 millones de dólares, quizá por haber estado fuera del mercado durante muchos años… Sin embargo, la pretensión se demostró absolutamente lejana a la realidad, pues el precio final fue de 54 millones. David Nash, dealer en Nueva York, comentó: “There was vigorous bidding, even though bidders were a bit sparse on the van Gogh». En cambio, por Le Bébé Marcelle Roulin, 1888 hubo siete coleccionistas que pujaron hasta rematarse por 7,6 millones, lejos de los cinco de la estimación alta.

Uno de los lotes más esperados era el de Kasimir Malevich, Mystic Suprematism (Black Cross on Red Oval), 1920-22. Colgado durante más de cincuenta años en el Stedelijk Museum de Amsterdam, y expuesto en diferentes muestran desde el museo de Leningrado hasta el Guggenheim Museum de Nueva York, los herederos prefirieron sacarlo a subasta. La estimación alta era de 45 millones, pero se quedó en 37,8 millones, la tercera mejor venta de la noche (su récord sigue en los 60 millones pagados en Sotheby’s Nueva York en 2008 por Suprematist Composition, 1916).

Por las atractivas Nymphéas, c. 1908 de Claude Monet esperaba Sotheby’s una venta cercana a los 50 millones, pero su precio final fue sólo de 33,9 millones. Es interesante anotar su fuerte revalorización en estos últimos años pues se pagaron por ella cinco millones en Christie’s Nueva York en noviembre de 1995 (7,8 justada la inflación), 8,4 millones (11,6 justada la inflación) en Sotheby’s Nueva York cinco años después, en 2000; y ahora, 33,9 millones en 2015.

Mucho más modestos, pero interesantes también, fueron la venta de Les Poissardes Mélancoliques, 1892 de James Ensor por nada menos que siete millones de dólares, su nuevo récord; y que el Caillebotte, Argenteuil scene, se fue a los 6,7 millones de dólares.

 

Hasta hace unos años, una parte del éxito era conseguir piezas sobresalientes, y la otra, venderlas. Ahora, siendo esto necesario, uno debe procurar también que su competidor no se lleve las mejores piezas; hemos comprobado que el riesgo puede ser pagar un precio excesivamente alto por tenerlas, subastarlas y venderlas, pero no recaudar la suficiente. Las garantías fueron también el problema en la crisis de 2008… Daniel Díaz @Invertirenarte