Sorolla y Malantic triunfan en Ansorena
El óleo del valenciano se adjudicó por 50.000 euros, apenas una puja más que los 48.000 del filipino en la cita de los días 9 y 10 de abril
Como era previsible, el triunfador de la subasta en Ansorena fue, una vez más, Joaquín Sorolla. De su mano se ofrecía un lienzo, Busto de caballero, 1884 (O/L adherido a otro soporte, 52 x 41,7 cm; 740), pintado con 21 años y una maestría muy superior a lo esperado para esa edad tanto en el manejo del pincel como en los toques de color. Lejos ya de los planteamientos decimonónicos, se percibía ya, claramente, una vitalidad nueva, diferente.
Adjudicado en Christie´s Nueva York en febrero de 1994 por 82,000 USD (73.176 euros), más comisiones e impuestos y transporte a su actual emplazamiento en Madrid, se ofrecía por la mitad de precio, 45.000 euros, que subieron como era previsible hasta los 50.000 finales. Una buena compra, sin duda, aunque algunos esperábamos un precio ligeramente más alto, incluso para ser una pieza temprana y no especialmente vistosa para el coleccionismo, que suele buscar obra más representativa.
Como contraste, me parece que la segunda mejor venta de la cita habla por sí sola. Se trata de un acartonado y muy académico Retrato de militar, 1857 (O/L, 94 x 74 cm; 734), del filipino Antonio Malantic; lo cual significaba que, sin tener una calidad alta, como parecía bastante evidente, los apenas 4.000 euros pedidos iban a ser muy escasos. Eso comentamos en nuestro artículo de previos (ver), y así fue. La única incógnita que quedaba por resolver podía ser el precio del remate tras las sucesivas pujas tanto de compradores que pensaban en una posible reventa posterior a sus clientes filipinos como de coleccionistas finales en el mundo asiático y filipino. Y los 48.000 euros del remate final creo que explican no sólo la fuerza del mercado internacional sino también que los parámetros no son los de la calidad; mejor dicho, y procurando ser más exacto y preciso, que nuestra calidad alta la pagamos a un precio bastante más inferior que lo que pagan ellos por su calidad baja.
Creo que esta idea se percibe también en la venta del Álbum filipino con acuarelas que recogían el terremoto de Manila del 3 de junio de 1863 (17,5 x 24 cm; medida de las hojas: 17 x 23 cm; 814). Se trataba de una recopilación de once gouaches, de calidad más bien mediana, donde se mostraba el estado de distintos edificios significativos con las piedras del derrumbe a su alrededor; más allá del aspecto artístico, lo que buscaba el dibujante sin demasiada pericia era el dato histórico. La salida, por 12.000 euros, se disparó hasta los 34.000 del remate, esperada subida también.
Si retrocedemos a los maestros antiguos, debemos mencionar en primer lugar la venta por los 40.000 euros pedidos del doble Retrato de los Infantes de la Cerda (O/L, 198 x 170 cm; 652), ofrecido como anónimo del comienzo del siglo XVII. Procedente de la Casa Ducal de Medinacelli de la colección del Duque de Tarifa según etiqueta al dorso, se adjuntaba informe de Enrique Valdivieso con la propuesta de atribución a Juan Pantoja de la Cruz… Veremos en qué para finalmente.
La otra venta importante fue la también esperada del espectacular -por tamaño- San Bartolomé (temple y oro sobre tabla, 214 x 57,5 cm; 645) de la mano de Gonzalo Díaz y Nicolás Carlos (activos en Sevilla desde finales del siglo XV). Procedente de la iglesia de San Miguel de Alcalá de Guadaira (hasta 1808), luego pasaría al santuario de Nuestra Señora del Águila de Alcalá de Guadaira (c. 1911), de donde pasó a colección particular. Ofrecido por 18.000 euros, en esa cifra se remató a una puja previa por escrito.
En los inicios ya del siglo XX, por terminar la crónica, sobresalieron las esperadas ventas del bilbaíno Juan de Echevarría. De su mano se ofrecía una primera Gitana granadina (O/L, 109 x 75 cm; 745), con etiquetas de la galería Theo de Madrid y de la exposición del Ministerio de Educación Nacional Un siglo de arte español, de 1856 a 1956. Con esa influencia francesa que caracterizó lo mejor de su producción, no fue extraño que pasara de los conservadores 12.000 euros de inicio a los 26.000 finales. Algo similar sucedió con el Florero (O/L, 60 x 50 cm; 746), con etiquetas de las galerías Biosca de Madrid y Nevrie Sala de exposiciones y subastas, de Bilbao, que pasó de 4.000 a 17.000 euros. Y, en menor medida, con el cartón: Ondárroa (O/cartón, 44,5 x 33 cm; 747), con etiqueta de la galería Jorge Juan de Madrid, que subió de 3.000 a 7.000 euros. Y que, sumados los tres, hacen un total de 50.000 euros en remates.
Por último, no podemos olvidarnos de los 34.000 euros ofrecidos por el lienzo del peruano Fernando de Szyszlo, Noche estrellada XIII, 1979 (O/L, 158 x 158 cm; 254), procedente también de la galería Theo de Madrid, que había comenzado las pujas desde 30.000. Daniel Díaz @Invertirenarte