Sorolla infinito y muy rentable dos años después de su aniversario
El Centenario Sorolla culmina con más de 2,5 millones de visitas a las numerosas exposiciones organizadas durante los tres años que ha durado esta celebración y que ha llevado consigo decenas de adquisiciones, muestras y libros en torno al pintor. Todavía ahora se pueden ver varias muestras suyas repartidas por la Península: Pintar sin miedo, en Burgos, es una de ellas; además de las organizadas en el Museo Carmen Thyssen de Málaga, la Galería de las Colecciones Reales en Madrid y la Fundación Bancaja de Valencia.
Últimamente las efemérides se nos están yendo de las manos. Entre los meses previos para calentar motores, la celebración en sí y los últimos coletazos, nos hemos acostumbrado a que duren no solo el año que toca, sino también el anterior y el posterior. Es decir, tres años. Así está pasando con Chillida y así ha pasado con Sorolla, al que llevamos recordando desde 2022.
El pintor de la luz, uno de los artistas españoles más universales, falleció el 10 de agosto de 1923 –el aniversario fue, por tanto, en 2023–; sin embargo, hasta ahora no se ha dado por concluido oficialmente el Centenario Sorolla (esa iniciativa declarada por el Ministerio de Cultura como “Acontecimiento de Excepcional Interés Público” para los ejercicios 2022, 2023 y 2024).
La apuesta ha sido ambiciosa, variada y por momentos reiterativa, pero el esfuerzo ha merecido la pena. El balance: 43 exposiciones temporales –y alguna más organizada fuera del programa oficial–, 42 publicaciones, una veintena de nuevas incorporaciones de obras suyas a colecciones públicas y casi 2,5 millones de visitantes, han servido para profundizar en su figura y demostrar que Joaquín Sorolla sigue siendo uno de nuestros artistas más rentables.
La casa-museo del autor en Madrid es la institución que ha liderado la programación durante los dos últimos años y que ahora ha cerrado sus puertas (la idea es rehabilitar el edificio existente y construir uno nuevo para multiplicar las salas expositivas, un proyecto que implica una inversión de 6,5 millones y que veremos terminado en 2026, si todo va bien). Pero el cierre del buque insignia de Sorolla no ha impedido que sus obras se sigan viendo en otros museos e instituciones. En Burgos, por ejemplo, desde finales de noviembre se puede ver la exposición titulada Pintar sin miedo en la Sala Beato Valentín Palencia de la Catedral de Burgos.
Organizada por la Fundación Consulado de Mar de Burgos, está comisariada por Pablo González Tornel –director del Museo Bellas Artes de Valencia–, se centra en la producción del autor más vinculada con su ciudad natal y en el contexto finisecular del 1900.
Un total de 32 pinturas componen el recorrido, la mitad de ellas firmadas por Sorolla. Esa quincena de pinturas en gran formato del artista son el principal reclamo de esta muestra, en la que también participan coetáneos como José y Mariano Benlliure, Antonio Fillol, Ignacio Pinazo Camarlench o Antonio Muñoz Degrain. La idea es contextualizar al autor con la realidad pictórica valenciana del fin de siglo a través de retratos, marinas, paisajes y escenas costumbristas de la vida rural local.
El atractivo de esta muestra es que abarca una doble celebración. Por un lado, se enmarca dentro del Centenario Sorolla que, como decimos, estuvo vigente hasta el 31 de diciembre de 2024; y, por el otro, rememora el 950 aniversario del traslado de la sede episcopal de Oca a la ciudad de Burgos. Pintar sin miedo podrá verse en Burgos hasta el 2 de marzo y es una de las cuatro exposiciones –junto a la del Museo Carmen Thyssen, La Galería y la Fundación Bancaja– con las que culminará un aniversario que en 2024 ha llegado a su fin. Sol G. Moreno