Sala Retiro se despereza con dos ventas de Clavé por 30.000 euros
En la subasta del miércoles 25 de abril le acompañaron dos papeles vendidos de Tàpies y Dalí
Aunque la obra más cara vendida en la licitación de Sala Retiro no era de la mano del catalán Antoni Clavé (1913-2005), sí parece claro que la suma por la venta de los dos óleos de su mano le convirtió en la figura de la tarde. El primero de ellos, Chat et coq, 1948 (óleo y técnica mixta sobre lienzo, 43,5 x 62 cm; lote 766), mostraban evidentes recuerdos picassianos con el conocido Chat saisissant un oiseau de 1939 (ver Museo Picasso de París). Con certificado de Natalie Clavé (48HTMT33, abril de 2011), comentamos en nuestro artículo de previos (ver) que era pieza interesante por resumir del alguna manera del estilo doliente del Clavé de esos años, gracias a sus colores y a sus angulosas figuras. Comprado en Noruega, en Blomqvist, en octubre de 2011 por 14.245 euros más premium, su salida ahora por 18.000 euros lo hacía atractivo a los ojos de los coleccionistas; y así, no fue extraño que subiese tras sucesivas pujas hasta los 22.500 euros finales, que ofreció un teléfono. El mismo que pujó y terminó adjudicándose también el siguiente lote, también de su mano: Cavalier, c. 1946 (O/T, 27 x 21,8 cm; 767), que era la portada del catálogo; con etiquetas de la galería Taménaga de París y Tokio al dorso, su salida por 11.000 euros interesó a varios coleccionistas al teléfono, uno de los cuales terminó adjudicándoselo por 18.000 euros.
En óleo también, destacó la venta por 17.000 euros a otro coleccionista al teléfono de Los hermanos Fratellini, c. 1925 (O/L, 60 x 72 cm; 773) de Celso Lagar; con etiqueta de exposición con el título Toulouse La Parade y procedente de la Chappe Galerie de Toulouse, es un buen ejemplo de su temprana producción de payasos, arlequines y trabajadores en el mundo del circo, tan cercano a su experiencia vital. Con su frecuente fondo melancólico oscuro sobre el que destacan los vívidos colores de la alegría, tres personajes cargados de miserias y tristezas intentan hacer reír al público inexistente…
Respecto a los papeles, decíamos que hubo dos ventas destacadas. La primera, de Antoni Tàpies, Sin título, 1965 (27,3 x 65,3 cm; 750), a base de pintura, lápiz y collage sobre la cubierta del libro Antoni Tàpies. Boiseries, papiers, cartons et collages de Joan Teixidor, vendida a una puja previa por escrito por los 18.000 euros pedidos. La segunda, un gouache sobre fondo fotográfico de Salvador Dalí: Ocho de oros. Arcano menor, 1971 (30,8 x 23,8 cm; 765), un proyecto de juego de cartas Le Tarot Universel, según la catalogación de la sala. Con el conveniente certificado de Robert y Nicolás Descharnes (d4881), emitido en París en julio de 2008, fue adjudicado también a una puja previa por los 25.000 euros pretendidos. Del entorno de esos años, la Maternidad en el parque (O/L, 38 x 45 cm; 772), de Emilio Grau Sala, también encontró comprador por otra “orden de compra previa que defendemos en la mesa”, esta vez por 6.000 euros.
La pena fue la pintura antigua. Ninguna de las obras que destacamos en nuestro artículo de previos fue digna de consideración para los coleccionistas: ni la Santa Águeda de Ignacio de Ríes (22.000 euros; 898), ni los dos cobres del mexicano José de Ibarra (6.000 euros; 911), ni el Retrato de caballero mallorquín de Escuela española del siglo XVII (6.000 euros; 885). Sí subió en cambio, hasta los 3.750 euros, una Inmaculada de Escuela madrileña (O/L, 104 x 83 cm; 905). Daniel Díaz @Invertirenarte