Roberta González reaparece en Alcalá Subastas
La sala de ventas incluye en su siguiente cita un carboncillo de la pintora perteneciente a la colección del artista checo Ota Janeček.
Hay ocasiones en las que las revisiones contemporáneas de la historia del arte descubren talentos pasados por alto. En el caso de Roberta González (1909 – 1976), hija del afamado escultor Julio González, hubo que esperar hasta el año 2012 para que se le dedicase una exposición. En la muestra, titulada Roberta y Julio González que tuvo lugar en el IVAM en 2012, se pudo contemplar el corpus de su producción en relación con el de su padre y mentor. Varias décadas de trabajos se agruparon para la ocasión, desde las obras de juventud, claramente influenciadas por el escultor barcelonés, hasta pinturas de madurez de la década de 1940.
A ese esfuerzo por situar a Roberta en el mapa, hay que sumar la venta que se produjo en diciembre de 2012 en Christie’s París de Femme assise effrayée por 3.000 euros. Fue el mejor resultado obtenido por una obra gráfica de la artista hasta el momento. Alcalá Subastas se une a esta tendencia con el lote 963, Figura femenina en carboncillo, que tendrá un precio de salida de 400 euros.
Dentro de la colección de dibujos que se incluyen en la licitación del 21 de marzo, es la única mujer representada. Dicho conjunto fue reunido por el artista multidisciplinar –dominó la pintura, escultura, grabado y artes decorativas– Ota Janeček, y todas las piezas tienen como autor a un miembro español de la denominada Escuela de París. Janeček mantuvo una estrecha relación con todos ellos como consecuencia de la exposición celebrada en 1946 en varias ciudades importantes de Checoslovaquia (Praga, Olomouc, Brno…). Esta se centró en los exiliados republicanos asentados en la capital francesa, y fue comisariada por el propio Ota.
Roberta González ya se vio desdeñada en aquel entonces por la crítica, que llegaba únicamente a nombrarla entre sus compañeros varones sin hacer más comentarios. Que una artista como ella, tan bien situada en la escena cultural del momento, fuese ignorada, se debió muy probablemente a su empeño por promocionar la obra de su padre. Dicho esfuerzo hizo que descuidase su propio legado y que nunca viese reconocido su talento en vida.
La subasta de la que nos ocupamos supone una buena oportunidad para adquirir una pieza de su etapa de producción más personal –está fechada en 1948–, en un momento en el que su figura se está revalorizando.
Otro lote de interés es el 973, un boceto de Óscar Domínguez para ilustrar el libro de Paul Éluard Poème et verité, firmado y fechado en 1947, con un precio de salida de 2.000 euros.
También es destacable Figura reclinada de Baltasar Lobo, lote 996, que sale también por 2.000 euros. Una obra del mismo autor y muy similar en tema, calidad y dimensiones fue vendida en Artcurial en París el 2 de junio de 2015 por 2.500 euros.
La prueba de estado de Miró, Ensayos, es una de las más peculiares de la licitación. El lote 997, con un precio de salida de 6.000 euros, cuenta con anotaciones del propio artista por tratarse de una reproducción no definitiva. La edición final se publicó en 1935 y uno de los grabados fue vendido en Christie’s Nueva York en noviembre de 2015 por 10.033 euros.
Por último, cabe señalar las obras de Luis Fernández, Anciano y niño (lote 1032) y Figura (lote 1033). La primera partirá de 6.000 euros y la segunda de 10.000 euros. El pintor asturiano tuvo una venta afortunada el pasado 12 de diciembre, alcanzando uno de sus gouache 26.000 euros en Subastas Segre. Héctor San José.