Lío en Valencia con la compra del Paolo de San Leocadio
Hace más de año y medio que publicamos en la web de ARS Magazine la adquisición de Cristo portacruz de este artista italiano por el Museo de Bellas Artes de Valencia, a propuesta de su Fundación de Amigos. La Generalitat incluyó en los presupuestos de 2022 una partida de 275.000 euros para su compra, pero lo cierto es que aún no se ha cerrado definitivamente la transacción. ¿Qué está pasando?
Cuando en octubre de 2021 anunciábamos la compra de un Cristo portacruz de Paolo de San Leocadio para el Museo de Bellas Artes de Valencia, imaginamos que el pago y posterior traslado de la tabla a las dependencias del centro sería inminente. Sin embargo, han pasado 19 meses y la operación aún no se ha completado. ¿Por qué? Hay ventas que pueden demorarse más de la cuenta, porque siempre es difícil llegar a acuerdos entre ambas partes; pero no debería ser el caso de esta tabla, cuyo precio –275.000 euros– ya se había previsto en los presupuestos participativos de la Generalitat con cargo a 2022. También existen opiniones e informes favorables que avalaban dicha adquisición, por lo que no se entiende que todavía no se haya hecho efectiva.
La iniciativa de compra de esta obra del artista nacido en Reggio Emilia en 1447 partió de la Asociación de Amigos del museo valenciano, que puso todo su empeño y sus esfuerzos en desarrollar una campaña para promover la adquisición. Finalmente, el gobierno de la comunidad incluyó entre sus partidas una con el importe de la tabla y así lo anunció en mayo de 2021 en su página.
Entre los informes que se elaboraron durante aquellos meses, cabe mencionar el emitido desde el propio Museo de Bellas Artes de Valencia. En él se aludía a la idoneidad de la compra del Cristo portacruz y su posterior incorporación a los fondos de la colección. Como alicientes principales, mencionaban el óptimo estado de conservación de la pieza y la oportunidad única para adquirirla, dada la escasez de pinturas del artista en el mercado.
Esta misma tesis era apoyada meses más tarde por la profesora de la Universidad Complutense Matilde Miquel Juan, quien estudió la obra en directo y se mostró ilusionada ante la posibilidad de que colgase de las paredes del Museo de Bellas Artes de Valencia.
En su informe incidía, además, en la importancia para Valencia de dicha obra (hasta el momento la entidad solo posee una tabla del pintor italiano y es de época tardía). Otros especialistas que analizaron en persona el Cristo portacruz y dieron la bendición fueron Joan Molina –impartió incluso una conferencia sobre este asunto– y José Gómez Frechina.
La iconografía del Cristo portacruz representado de medio cuerpo fue un modelo del que se conocen otras versiones: la primera se conserva en el monasterio del Corpus Christi e iglesia del santo Cristo del Hospital de Villareal. A ella se suma otra procedente del Archivo de la catedral de Barcelona.
La partida presupuestaria y los informes de viabilidad de la compra ya están preparados desde el año pasado pero, sorprendentemente y hace solo unos días, la Junta de Valoración de Bienes del Patrimonio Cultural Valenciano –compuesta eminentemente por economistas y periodistas– ha manifestado sus dudas. Considera necesarios nuevos informes que avalen la compra. Veremos cuánto tiempo más se demora la adquisición, ya comprometida, del Cristo portacruz de Paolo de San Leocadio al Bellas Artes de Valencia.