Descripción
Activista político, provocador y polémico, el artista disidente chino Ai Weiwei se ha convertido en la voz de la conciencia: Oriental y Occidental. Su trabajo es uno de los referentes del arte contemporáneo más crítico y radical. Ha roto en mil pedazos una vasija milenaria, llenado de pipas la Tate Modern, participado en la construcción del estadio olímpico de Pekín y visitado a los refugiados en Lesbos. Y sigue su andadura como caballero andante.
Por Rosalía Sánchez