Polonia recupera un turchi de la familia Lubomirski

Polonia recupera un turchi de la familia Lubomirski

 

El pasado día 1 de junio se celebró en la embajada del país en Tokio el acto de devolución de una Virgen con el Niño atribuida a Alessandro Turchi que fue robada por los nazis durante la Segunda Guerra Mundial. Pertenecía entonces a la familia Lubomirski y tras décadas desaparecida, compareció en el mercado neoyorquino en la década de los 90 y muy recientemente en el país nipón. Más allá de la obligada restitución, surge de nuevo la pregunta ¿quiénes son sus legítimos propietarios, la familia o el Estado? En este caso su destino parece estar claro, el Museo Príncipes Lubomirski, actualmente en construcción.

Polonia recupera un Turchi de la familia Lubomirski, una pieza más del gran puzzle de su patrimonio expoliado por los nazis durante la Segunda Guerra Mundial. Se trata de un nuevo paso adelante en el necesario proceso de restituciones llevadas a cabo durante los últimos años. Gracias a él se han podido recuperar hasta la fecha más de 600 obras de las 66.000 que se cree que fueron sustraídas. Como caso reciente, debemos recordar la devolución en enero de este año del Ecce Homo y la Dolorosa de Dieric Bouts que en su día perteneció a la familia Czartoryski (ver aquí).

En este caso, se trata de una Virgen con el Niño atribuida al pintor italiano Alessandro Turchi (Verona, 1578, Roma, 1649). La pintura formó parte de la colección de Stanislaw Kostka-Potocki (1755-1821), un interesante personaje de cuna noble que fue también político y escritor a quien retrató en 1780 Jaques-Louis David. Tras su muerte, el cuadro pasó a manos de Henryk Lubomirski, que reunió sus colecciones en la ciudad de Przeworsk. Además de la pintura que nos ocupa, a esta familia pertenecieron importantes dibujos de Alberto Durero que también fueron expoliados durante la Segunda Guerra Mundial, si bien estos fueron recuperados después de la contienda.

Después de años desvanecido, el cuadro reapareció en los años 90 en el mercado neoyorquino para hacer lo mismo el año pasado en la casa nipona Mainichi Auctions Inc. Fue entonces cuando fue localizada por agentes del Ministerio de Cultura polaco. Aunque fue adquirida por un coleccionista japonés, las gestiones para su devolución han sido muy ágiles. De hecho, el acto de entrega tuvo lugar el pasado 1 de junio en la embajada de Polonia.

Atribuido a Alessandro Turchi. Virgen con el Niño. Expoliado durante la Segunda Guerra Mundial a la familia Lubomirski.
Imagen del acto de devolución de la "Virgen con el Niño" atribuida a Alessandro Turchi que tuvo lugar en la Embajada de Polonia en Tokio. En él participó por streaming el Ministro de Cultura polaco, Piotr Gliński.

No cabe duda de que se trata del cuadro sustraído, pues figura en la entrada número 145 del Sichergestellte Kunstwerke im Generalgouvernement [Obras de arte incautadas en el Gobierno General], un listado compilado en 1940 por Kajetan Mühlmann en el que se detallan un total de 521 piezas (entre ellas, la Dama del armiño de Leonardo).

Más allá de las devoluciones, surge de nuevo la pregunta sobre el destinatario final de la restitución y el lugar al que será destinado. Como señalaba Patricia Fernández Lorenzo en su artículo al hablar de las tablas de Bouts de los Czartoryski (ver aquí), resultaba anómalo que el gobierno polaco hubiera realizado las reclamaciones sin contar con la representación y el consenso de los herederos.

Sin tener conocimiento exacto sobre el caso del turchi, lo cierto es que los medios de información gubernamentales polacos no mencionan en ningún momento a los legítimos poseedores a quienes debería restituirle en un principio la pintura. Aunque el caso es bien distinto, esta situación nos retrotrae a lo sucedido recientemente con los bronces de Benín (ver aquí). Devueltos por Alemania a Nigeria, este los entregó finalmente a su legítimo propietario.

¿Ocurrirá lo mismo con el gobierno polaco y entregará las obras a las familias a las que les fueron expoliadas, o acabarán en un museo de carácter estatal? De momento, parece que su destino final será el Museo Príncipes Lubomirski, actualmente en construcción en Wroclaw. Como indicaba Hértor San José al referirse al caso del país africano, el debate moral –y también económico, no lo dejemos de lado– está una vez más servido.