Mitomanía en el mercado del arte
Zapatillas de ballet y guión de «Desayuno con diamantes» de Audrey Hepburn
A la hora de vender en una subasta, generalmente no se desvelan detalles sobre los propietarios, si acaso una información superficial como “colección europea”, “multimillonario americano” etc. No importa lo bueno que sea el lote, esta información no se suele desvelar, salvo que el propietario sea tan importante como su pieza. La cosa cambia cuando las obras vienen de las colecciones de los celebrities, y no lo decimos nosotros, lo dicen los remates. Claro que no es lo mismo tener un picasso que tener un picasso que era de Leonardo di Caprio o un basquiat que era de David Bowie. Los dos gigantes del mercado del arte han dedicado subastas enteras a estos coleccionistas. Véase la de David Bowie en Sotheby’s (noviembre 2016) o la de los 8 basquiats de Jonny Depp (mayo 2016) en Christie’s.
Por otro lado tenemos al actor italiano mencionado anteriormente que directamente colabora con la casa de subastas (Christie’s) para ventas millonarias dedicadas a fines benéficos. Raro sería que este tipo de subastas no tuviesen varios récords de artistas y recaudos importantes. Cada vez más se introducen estas personalidades en el mundo de las subastas, la fidelidad de sus fans no defrauda.
Tanto es así que hemos llegado al punto de ver ventas de objetos personales de estos actores/cantantes en las grandes y pequeñas casas de subasta. Se está percibiendo una ligera mitomanía ante la cual el mercado del arte no pierde oportunidad para aprovecharse. Un ejemplo muy claro fue no hace mucho (el pasado 27 de septiembre) en Christie’s Londres, donde dedicaron una venta a la actriz Audrey Hepburn. Entre los lotes ofrecidos, además de fotografías de ella hechas por fotógrafos conocidos, lo más deseado fueron sus folios anotados del guión de la película Desayuno con diamantes, el mechero que utilizó en el rodaje de My fair lady, u otros objetos aún más personales como sus zapatillas con las que practicaba ballet, su gran hobbie.
En cuanto a Sotheby’s, recordamos el tocadiscos que una vez usó David Bowie que se adjudicó por 257.000 libras. Y ya ni hablamos de la subasta de uno de sus mechones de pelo por más de 18.000 dólares en la americana casa de subastas Heritage Auctions. Pero volviendo a Sotheby’s, merece mencionar la venta del pasado mes de abril que hizo Russel Crowe de todos los objetos que le recordaban a su ex, que reunió en un catálogo titulado El arte del divorcio. Entre los lotes muchos llegaron a los 7 dígitos, ya que algunos estaban relacionados con los rodajes de sus películas.
Acercándonos más a este fenómeno en nuestro país, obviamente las ventas no ocurren a este nivel, pero recientemente hemos apreciado esta mitomanía. Lo más reciente ha sido la subasta del mobiliario y objetos del Hotel Ritz de Madrid, organizada por Ansorena. Como se puede ver en el artículo de ARS del lunes pasado, la vajilla de madreperla regalada por Imelda Marcos al hotel subió de 500 a 17.000 €, o lo más sorprendente: un lote de 10 cacharros de cobre entre cacerolas y sartenes que salía por apenas 100€ escaló hasta los 10.000€. Otro ejemplo parecido es el que protagonizó la casa sevillana Isbilya con la subasta de la colección de la folcklórica Paquita Rico, en la que se incluyeron , además de pintura y joyas, mobiliario y recuerdos personales.