Miguel López-Remiro: «Picasso es un clásico que se vuelve un contemporáneo infinitamente revisable»

Miguel López-Remiro: «Picasso es un clásico que se vuelve un contemporáneo infinitamente revisable»

Tomó posesión el pasado 1 de enero y aún está adaptándose al cargo, pero el nuevo director del Museo Picasso de Málaga llega con un claro objetivo: dejar su propia impronta. Por delante tiene cinco años, durante los cuales piensa situar al artista en el centro de la ciudad. Tras un año de récord de visitas por el Año Picasso, López-Remiro se enfrenta al difícil reto de igualar esas buenas cifras en el museo.

Miguel López-Remiro ha asumido el puesto de director artístico del Museo Picasso de Málaga tras ganar un concurso internacional. Tiene una dilatada carrera en el ámbito artístico, tanto cultural como educativo. Profesor doctor en la Universidad Europea de Madrid, ha sido director fundador del Museo de la Universidad de Navarra y subdirector del Guggenheim de Bilbao, además de comisario de instituciones como la Fundación Sorigué. Ahora llega a Málaga para ponerse al frente de su museo más visitado.

 

  • ¿Cómo ha sido su desembarco en este nuevo centro?
  • Me he encontrado un equipo muy profesional, compacto y bien articulado. Enfocado a la gestión de la colección y con una media de estancia en el museo muy alta, porque muchas de las personas que trabajan aquí llevan desde su inauguración [en 2003]. Además, tienen una relación muy especial con ese concepto de que el Picasso de Málaga es un museo que ha transformado la ciudad.
Miguel López-Remiro, director del Museo Picasso Málaga.
Pablo Picasso. Mosquetero con espada. 1972. Óleo sobre lienzo. 116 × 89 cm. Museo Picasso Málaga. Donación de Bernard Ruiz-Picasso. Fotografía: Rafael Lobato. © Museo Picasso Málaga. © Sucesión Pablo Picasso, VEGAP, Madrid, 2024.
Pablo Picasso. Hombre sentado en un sillón. 1925. Pintura al óleo modificada sobre lienzo. 100 × 81 cm. Fundación Almine y Bernard Ruiz-Picasso, Madrid. © FABA Foto: Hugard & Vanoverschelde. © Sucesión Pablo Picasso, VEGAP, Madrid, 2024.
  • Creo que llegó en un momento complicado para los trabajadores…
  • Cuando se me nombró director acababa de firmarse un convenio, que pienso es un paso. Ahora estoy familiarizándome con la situación, entrevistándome con todas las personas con las que trabajo y teniendo reuniones específicas con áreas concretas. Estoy interesado en que haya mucha comunicación interna que sea efectiva para que el personal trabaje en equipo y asegurar el bienestar de las personas.

 

  • ¿Qué ideas tiene para liderar el primer museo malagueño?
  • Quiero traer mi impronta artística y curatorial para crear algo que genere un bien cultural. Hay periodistas que han hablado de continuismo o rupturismo, pero yo no creo en una cosa ni en otra; creo en la centralidad de la figura de Picasso. Me gustaría acrecentar la visión del artista malagueño con una voz académica, y que nos vinculemos de una manera más fuerte con otros museos dedicados al pintor. Quiero trabajar con organizaciones culturales internacionales, buscar colaboraciones y congregar a artistas.

 

  • 2023 ha sido un año de récord para todos, también para el centro malagueño. ¿Cree que es posible mantener esas cifras?
  • Llegar a un público amplio y diverso es el objetivo que tenemos todos, salvaguardando por supuesto las obras y nuestra propia misión. Me da la sensación de que los números del Año Picasso pueden repetirse, por los indicadores que hemos visto en este primer mes. Hay mucho interés por parte del público en ver a Picasso y visitar las exposiciones temporales que se están organizando. Por eso, lo que tenemos que hacer es activar nuestras colecciones a través de programas educativos en el auditorio, dentro de las salas y provocar incluso que sucedan en la calle.

 

  • Tiene experiencia en el ámbito privado, tras su paso por el Museo Universidad de Navarra, ahora le toca gestionar un centro de financiación mixta. ¿Cómo afronta este reto?
  • Creo que los modelos mixtos son muy interesantes. Por un lado, está la financiación pública, y, por el otro, la gestión privada. El museo tiene que encontrar también las formas de articular sus fondos y velar por las actividades con sus propios ingresos, por ejemplo, de las entradas, la tienda o el alquiler de los espacios que tenemos. Al mismo tiempo, conseguir patrocinios puede ayudarnos a crear nuestros programas, incrementarlos y desarrollar nuevas líneas de creación en torno al arte, la investigación y la educación. Como he dicho, esa doble visión público-privada es un modelo interesante y en muchos sentidos es muy eficiente.
  • En vuestro caso, la familia Picasso resulta fundamental. ¿Cómo es la relación con ellos?
  • Muy estrecha. Bernard Ruiz-Picasso, como presidente ejecutivo del museo, promueve la idea que estaba en el propio artista; la de tener en su ciudad natal un centro que acogiera su obra.

 

  • ¿Va seguir prestando cuadros y participando en la programación del centro?
  • Sí. De hecho, recientemente se ha firmado junto con el consejero de Cultura de la Junta de Andalucía una nueva cesión de obra por parte de la familia. Incluye piezas que ya se habían expuesto, pero también otras inéditas, lo que supone un incremento de casi un 40% de nuevas obras.

 

  • ¿Es un depósito o formará parte de alguna exposición temporal?
  • La cesión está asociada a una muestra que inauguramos el 18 de marzo llamada Pablo Picasso: estructuras de la invención y comisariada por Michael Fitzgerald. A lo largo de tres años, se van a poder ver 152 obras nuevas cedidas por la Fundación Almine y Bernard Ruiz-Picasso. Es un recorrido que incluirá además cinco focus exhibitions realizadas por académicos que ha invitado Fitzgerald para alimentar ideas sobre la figura de Picasso y que podrá generar argumentos de investigación en torno a su obra.

 

  • El autor del Guernica es una figura fundamental del arte español sobradamente estudiada. ¿Se puede decir algo nuevo de él?
  • Creo que es un clásico contemporáneo. Las lecturas que se pueden hacer de él son infinitas. Hay muchas posibilidades de vincular sus dibujos con otros dibujantes, por ejemplo, o con el mundo de la danza, la música o la arquitectura. Hay tantas cosas que se pueden explorar de él y su obra, que le otorga esa categoría de clásico que se vuelve un contemporáneo infinitamente revisable. Creo que nosotros, como Museo Picasso, debemos seguir apostando por esa figura de manera permanente.

 

  • En su caso, además, las lecturas no son solo académicas, sino también artísticas, ¿no?
  • Claro, me dedico a la gestión curatorial, pero también soy artista desde los 15 años. Tuve la gran suerte de tener a una gran mentora, como fue Elena Asins. Para mí fue un altar de información que me guió y me ayudó. Aunque es una cuestión que no tiene que ver con mi profesión de curador, es cierto que mi impronta está marcada por ese acercamiento desde la práctica. Ella siempre me dijo que no olvidara ese aspecto mío de artista. Nerea Méndez y Sol G. Moreno
Pablo Picasso. Niño con una pala. 1971. Óleo sobre lienzo. 195 × 130 cm. Fundación Almine y Bernard Ruiz-Picasso, Madrid. © FABA Foto: Marc Domage. © Sucesión Pablo Picasso, VEGAP, Madrid, 2024.
Pablo Picasso. Retrato de Olga. 1923. Óleo sobre lienzo. 33 × 24 cm. Museo Picasso Málaga. Depósito del Ministerio de Cultura. © Derechos reservados. © Sucesión Pablo Picasso, VEGAP, Madrid, 2024.